De Mendoza a la costa: el tortugo que pasó 38 años en cautiverio llegó a Mar del Plata para emprender el camino hacia la libertad
Jorge, que se calcula que tiene unos 60, fue trasladado desde el acuario cuyano; a partir de diferentes etapas, buscarán que el animal regrese al océano en el largo plazo
MAR DEL PLATA.- Casi un océano, todo para él solo, le significa al tortugo Jorge ese piletón con 120.000 litros de agua de mar natural al lado del estanque de tamaño casi diez veces menor en el que vivió –hasta esta madrugada– casi cuatro décadas en cautiverio. No será la libertad literal, pero quizás sí el primer avance firme hacia un reencuentro con el hábitat que abandonó en 1984, cuando lo rescataron débil y desorientado en las costas próximas a la ciudad de Bahía Blanca.
Toda una aventura esta nueva etapa en la vida de un animal que pesa algo más de 90 kilos, que se estima que tiene unos 60 años y que acaba de cerrar su larga permanencia en el acuario municipal de Mendoza para iniciar otra historia, ahora en el Centro de Rehabilitación del Aquarium Mar del Plata.
Cuatro horas en avión viajó Jorge, asistido por dos veterinarios durante todo el vuelo, cómodo sobre una goma espuma mojada que lo mantuvo seguro ante movimientos bruscos y húmedo, como requiere su organismo hasta reencontrarse con el agua.
“Hace un año que estamos trabajando en este proyecto y requirió que, poco a poco, en Mendoza le empezáramos a subir la salinidad para ver cómo respondía”, explicó a LA NACION el director científico de Aquarium Mar del Plata, Alejandro Saubidet, y celebró que el tortugo respondió muy bien al chapuzón inicial que compartió con dos profesionales del lugar, encargados de seguir de cerca sus reacciones.
El gobierno de Mendoza y una entidad bancaria se hicieron cargo del avión en el que lo trasladaron hasta Mar del Plata. Todo salió en tiempo y forma, según coincidieron expertos de ambos acuarios que compartieron este recorrido desde Cuyo a la costa atlántica.
Razones
Que Jorge haya tenido que abandonar Mendoza tiene que ver con la reconversión del acuario de esa ciudad, que modificó su perfil para conformarse ahora como un Centro para la Conservación de la Biodiversidad.
El secretario de Ambiente y Desarrollo Sostenible de esa provincia, Sebastián Fermani, aclaró que más allá del traslado ordenado queda en Mendoza la tutela legal del animal. “No nos desentendemos en ningún momento de Jorge”, aclaró antes de que el tortugo emprendiera el viaje.
Al llegar al Aquarium de Mar del Plata lo pesaron y le realizaron extracciones de sangre para análisis clínicos a efectos de chequear una vez más su estado de salud y tomarlo como punto de partida de cómo reaccionará al nuevo espacio que le prepararon, más que generoso si se tiene en cuenta el reducido estanque en el que vivió 38 años.
“Aquí, como allá, estará en esta primera etapa a un metro y medio de profundidad, pero con muchísimo más lugar para que se mueva”, explicó Saubidet. La expectativa es que en la medida que responda de manera positiva lo llevarán hasta casi tres metros, etapa en la que quizás probarán si pueden empezar a intentar cazar y así alimentarse por sus propios medios, paso indispensable si hay en su futuro una oportunidad para regresar a aguas abiertas.
Antes de llegar a Mar del Plata también afrontó un cambio de dieta. En Mendoza, su menú eran carnes varias y aquí, como al resto de la fauna que integra el acuario y los shows, no hay otra opción que pescado.
Para el verano, en la medida en que mejoren las temperaturas, el predio en el que recaló dispone de una laguna artificial, también con agua marina, en el que Jorge podría afrontar una nueva prueba y acercarse un poco más a su original vida en el mar.
Una de las condiciones que se fijó en el acuerdo firmado entre las partes es que esta flamante incorporación al centro de rehabilitación marplatense no sea parte de los animales expuestos a las visitas del público. Así lo habían reclamado organizaciones ecologistas que no querían que el cambio de destino signifique que pase de un acuario a otro.
Aquí, según consultas realizadas por LA NACIÓN, creen que las condiciones estarían dadas como para que la nueva vida del tortugo Jorge pueda, en un futuro no muy lejano, quedar a la vista del público en general.