
Detrás de La Redonda
En la parroquia de la Inmaculada Concepción, de Belgrano, funciona una gran red de acción social para ayudar a los más necesitados
1 minuto de lectura'
Dar es la palabra que sintetiza el trabajo que en la parroquia de la Inmaculada Concepción, de Belgrano, realizan los voluntarios de Cáritas, las socias de Liga de Madres de Familia y los jubilados del Centro Ardillas. Dar tiempo, trabajo, conocimientos. Todo vale a la hora de ayudar al prójimo.
Con objeto de que la asistencia sea sólo un medio para lograr la promoción a través de herramientas que permitan desarrollar emprendimientos, los 194 voluntarios de Cáritas reciben todos los días a 75 familias, a 80 hombres y tienen un registro de 200 personas que asisten en diferentes momentos del año. Principalmente atienden a los "más pobres, débiles y desprotegidos"; algunos se acercan por propia voluntad y otros son invitados por los colaboradores que recorren, sobre todo, las plazas Manuel Belgrano y Barrancas.
"Intentamos que la gente que está pidiendo en la calle no lo haga más –explica Marta Knox, coordinadora de Cáritas–. Lo importante es sostener en el tiempo la propuesta que se les haga." Para eso, cuentan con un equipo de psicólogos, médicos y asistentes sociales que los escuchan en la sede de la parroquia y también los visitan en sus casas.
Entre las actividades que proponen hay talleres para hombres donde, entre otras cosas, realizan estampados de buzos y remeras para empresas. Las mujeres aprenden técnicas de trabajo en madera, yeso, latón, cerámicos o porcelana para realizar trípticos, portarretratos, floreros, cajitas y adornos. Tres veces al año se realiza una feria en el atrio de la iglesia donde venden sus productos. Así obtienen un 90% de ganancias, y el 10% restante es para la compra de materiales que usarán en el taller. "Espiritualmente les ayuda mucho, se entusiasman, se sienten contenidas", cuenta la profesora Sonia, vecina de Belgrano, que hace cuatro años trabaja en el Taller Esperanza.
"Trabajamos mucho con el tema de la autoestima para que ellos puedan aprovechar sus fortalezas más que sus carencias, potenciarlas y salir adelante", enfatiza Knox. La mayoría de los asistentes vive en la provincia de Buenos Aires y trabaja en Belgrano.
Laura y Sabina son dos mamás que todos los días llegan desde Malvinas Argentinas y Moreno, respectivamente, para trabajar en casas de familia mientras sus hijos van a la escuela Casto Munita. Antes de conocer el taller pasaban tres horas en la plaza Belgrano esperando la salida de sus chicos; ahora aprovechan su tiempo aprendiendo artesanías. "Todo lo que aprendo lo hago en mi casa con las cosas que tengo", cuenta Laura. Elena, en cambio, vive en Belgrano donde cuida a un anciano. Se entusiasma cuando piensa que al regresar a su país, Paraguay, llevará regalos hechos por sus manos.
Otras posibilidades que ofrece Cáritas son el apoyo escolar a los alumnos de la escuela Casto Munita, un ropero en el que se entrega ropa recibida en donación y previamente reacondicionada en el sector llamado costurero, y el comedor para hombres mayores de 30 años en situación de calle porque, según Knox, son los que más dificultades tienen para encontrar un lugar donde comer.
Las mujeres pueden asistir a las charlas sobre prevención que todos los miércoles da Susana Cruells. "Vienen dos grupos muy marcados. Señoras mayores que están más instruidas que las jóvenes, y chicas jóvenes muy alertas sobre su salud y la de sus hijos." Entre los temas tratados está el calendario de vacunas, bronquiolitis, neumonía y menopausia, pero hay uno del que Susana no puede hablar. "Este año le escapo a las charlas sobre alimentación porque no pueden comprar casi nada. Me golpea en el alma porque no puedo enseñar cómo prevenir la osteoporosis si no pueden comprar la leche y el queso que tienen el calcio que necesitan."
Las problemáticas que más afectan a los que reciben ayuda son desocupación, desalojo, falta de documentación, adicciones, deserción escolar y problemas de salud. Para cubrir las necesidades de todas las familias necesitan donaciones de alimentos (sobre todo, arroz, leche, azúcar y aceite), ropa de abrigo para hombres y chicos de entre uno y 10 años, y calzados hasta el número 35. Todos los talleres son gratuitos y enfatizan en la reinserción laboral y social.
La Liga de Madres de Familia es una entidad que trabaja en la Redonda para ayudar a quienes más lo necesitan y, a la vez, realizar actividades sociales. Sus integrantes son 100 mujeres casadas que se reúnen el segundo lunes de cada mes para tomar el té y compartir alguna charla con profesionales. Una vez por mes hacen paseos por la ciudad y no se olvidan de festejar fechas como el Día del Amigo o de la Madre.
Para las socias y para la comunidad en general, ofrecen tres talleres: yoga, folklore y tejido. En este último producen prendas que son donadas a instituciones de la zona. En 2007 lograron realizar 800 abrigos y este año esperan superar ese número.
"La liga de madres es una ayuda para las familias que lo necesitan. El objetivo principal es ayudar al otro a través de donaciones", cuenta su presidenta, Irma Pennini, que siente "mucha gratificación al poder hacer cosas por los demás". Para continuar con la producción de tejidos, solicitan la donación de lana y agujas. Pero también invitan a los profesionales que quieran acercarse a conversar sobre la relación entre abuelos y nietos, la ecología o el uso de la tecnología en la tercera edad.
El Centro de Jubilados Ardillas es otro grupo de personas mayores que se reúne todos los martes para organizar actividades solidarias. La principal es el padrinazgo de una escuela rural en Villaguay, Entre Ríos, con 30 alumnos que todos los años reciben el cariño y las donaciones que estos abuelos logran recaudar.
Este centro es una entidad sin fines de lucro que, a su vez, participa de la Unión Entidades de Belgrano, el Parlamento de la Tercera Edad y el Foro de la Seguridad Social. Son 80 integrantes, entre 70 y 90 años, que desde hace quince trabajan solidariamente en favor de los más necesitados y también de la parroquia.
Así, con la perseverancia de Juana Miralles, una de sus integrantes, consiguieron que en 2007 el Ministerio de Cultura porteño otorgara a la iglesia un subsidio de 40.000 pesos para restaurar el ábside, obra que hoy se está finalizando. "Todo lo que se hace en beneficio de la iglesia es muy gratificante, porque nos cede gratuitamente un lugar para reunirnos y nosotros podemos sentirnos seguros –reconoce Juana–. Nos gustaría que la gente pueda pensar que si un centro de jubilados puede conseguir estas cosas, ellos también pueden hacer algo."
Cáritas, Liga de Madres de Familia y Centro de Jubilados Ardillas: tres instituciones que bajo el amparo de la Redonda revalorizan cada día el significado de la palabra dar.
Actividades
Centro de Jubilados Ardillas
Martes, de 10 a 12
Liga de Madres de Familia
Segundo lunes de cada mes, de 16 a 18
Cáritas
Comedor: lunes a sábado, a las 19.
El Costurero: reformas de ropa donada y confección de ropa. Martes, de 14 a 18.30.
El Ropero: se entrega ropa a mujeres, niños y hombres desocupados y sin techo. Lunes y miércoles, de 15 a 18.
Atención de familias: voluntarios ofrecen a las familias escucha y contención antes de derivarlas a los comedores, merenderos y ropero. Miércoles, de 15 a 17.
Hospital Pirovano: colabora con recursos humanos y materiales (pañales, ropa de cama y de bebe confeccionada por El Costurero).
Taller de trabajo para desocupados: hombres, lunes, de 16 a 18. Mujeres, miércoles, de 14.30 a 16.
Asesoramiento legal: abogados en lo civil y comercial asesoran sobre temas de desalojos, sucesiones, separaciones y divorcios, cuota alimentaria, bienes de familia y otros.
Apoyo escolar: la escuela Casto Munita deriva a niños con dificultades de aprendizaje. Se benefician 100 niños al mes.
Asistencia psicológica: se atiende la demanda espontánea de problemas ligados con la salud mental.
Ministerio del alivio: acompañamiento a personas solas, ancianas o enfermas a domicilio.
Planificación familiar: asesoramiento a mujeres y parejas sobre métodos naturales para regular la concepción.
Envíos a la provincia de Buenos Aires y al interior: ropa y alimentos. Lunes y miércoles, de 9 a 12.
Orientación y reorientación vocacional: asistencia a jóvenes y adultos.
Movilidad: las donaciones pueden entregarse en La Redonda o ser retiradas por un servicio de transporte a cargo de Cáritas.
Feria artesanal en el atrio de la iglesia: sábado 20 de septiembre, a las 19, y domingo 21 de septiembre, durante todo el día.
Secretaría de la parroquia de la Inmaculada Concepción: 4784-3596 y 4783-8008.
Lea el suplemento completo mañana en Zonal Belgrano
1
2Stefano Marconi Sgroi, el niño de 9 años que es fan de los autos y tiene el coeficiente intelectual más alto del país
3Una joven argentina fue premiada por la paz en La Haya y recibió una ovación por su emotivo discurso: “A los héroes de América”
4Qué implica “dormir bien” y por qué a algunas personas les cuesta lograr un sueño reparador


