
El Graf Spee está hundido en juicios
Los rescatistas quieren vender partes del buque para seguir la operación, pero el gobierno no los deja
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MONTEVIDEO.- Se advierten aguas turbulentas para el rescate de buques que naufragaron en el Río de la Plata, entre ellos el famoso acorazado alemán Graf Spee, donde yacen sumergidas no sólo grandes historias, sino también riquezas incalculables.
Por un lado, aguas turbulentas que dificultan la extracción de piezas; por el otro, aguas turbulentas en la órbita estatal, que complica la venta de lo extraído y que permitiría recuperar utilidades para ser invertidas en los operativos de rescate.
El buzo Héctor Bado está dedicado desde hace muchos años a hurgar en las aguas del Río de la Plata; este verano su nombre trascendió fronteras por la misión de rescatar el Graf Spee. Los restos del legendario buque de la marina alemana están en la bahía de Montevideo y Bado logró recuperar el famoso telémetro, instrumento de precisión considerado de avanzado nivel tecnológico para comienzos de la Segunda Guerra Mundial.
Los argentinos que llegan a Montevideo por vía fluvial pueden apreciarlo a simple vista, ya que fue expuesto frente al Ministerio de Turismo, que está ubicado en el puerto de la capital uruguaya.
Un acorazado con historia
Con el rescate de esa pieza simbólica se buscó dar empuje a otros operativos pendientes. El Graf Spee fue el acorazado alemán que echó a pique a una decena de buques mercantes aliados hasta que protagonizó, frente a las costas uruguayas, la única batalla naval del siglo XX en el Río de la Plata. Luego, con algunas averías y pocas municiones, ingresó en el puerto de Montevideo.
Tras quedar envuelto en una trampa diplomática pergeñada en la embajada británica en Montevideo, el buque alemán quedó acorralado en el estuario más grande del mundo. Horas después, Langsdorff lo sacó del puerto y lo hundió al hacer explotar varias cargas explosivas. Pocos días después, en Buenos Aires, el comandante alemán se vistió con su uniforme de gala y se suicidó.
Estos atractivos históricos resultaron un poderoso imán para que llegarán aquí varios equipos de la TV de Europa y de los Estados Unidos a registrar el rescate y recordar aquella legendaria batalla naval. También se acercaron inversores extranjeros interesados en negocios.
¿Cuál es la ganancia? Según la normativa vigente, una vez obtenida la habilitación para el rescate de un buque que naufragó, lo que se recupera se reparte en mitades entre el sector privado y el Estado.
Sin embargo, eso no se ha hecho fácil. Bado dijo a La Nacion que la Comisión de Patrimonio le impidió hacerse de lo que le corresponde, lo que le ha generado importantes pérdidas. Esa comisión es un organismo del Ministerio de Educación y Cultura, que asesora sobre el cuidado del patrimonio histórico.
Según Bado, se han acumulado varias piezas rescatadas, cuyo valor es de "varios millones de dólares", pero se mantienen en custodia y no pueden ser comercializadas.
Dice que de esa forma ni ellos pueden recuperar dinero, ni el Estado puede hacerse de lo que le corresponde. Y, además, el público no puede observar estos elementos.
Ante esa situación, y al aprovechar el caso del Graf Spee, se ha puesto en el centro de la atención pública el tema de los rescates bajo las aguas. Bado instruyó a sus abogados para que inicien acciones judiciales para defender sus derechos y a la vez, presionar ante la opinión pública.
"Para empezar, queremos nuestra mitad: hay miles de objetos que hemos recuperado y que están ahí, guardados, sin que nadie haga algo para cumplir los compromisos", dijo Bado.
Agregó que "la acción es contra la Comisión de Patrimonio, porque dice que el titular de ese ente los trató de ladrones de tesoros. "La demanda -adelantó Bado- será por incumplimiento de contrato."
Dijo que el problema derivó en el alejamiento de inversores norteamericanos interesados en este negocio.
La cuestión de dividir lo rescatado no encuentra solución. El presidente la Comisión de Patrimonio, Jorge De Arteaga, ha efectuado comentarios que irritaron a los rescatistas: "Y ahora qué... al Graf Spee lo vamos a dividir en dos? Estamos todos locos, eso no se va a hacer. Es todo un juego que nos está llevando a la estupidez".
De Trafalgar a las playas uruguayas
Héctor Bado dio a conocer ricos detalles históricos sobre las distintas piezas rescatadas que aún no pueden se pueden comercializar.
"Hay una gran cantidad de monedas que están bajo custodia del Banco Central del Uruguay. También hay un cañón del barco Agamemnon, que es la única pieza de esa naturaleza que hay en el mundo, navío que, vale recordar, participó de la Batalla de Trafalgar", agregó Bado, que tiene los derechos para el rescate del antiguo navío británico.
"Era uno de los buques de primera línea de la armada británica y uno preferidos por el almirante Horatio Nelson; además, como este cañón que rescatamos no hay otro cañón certificado de haber participado en aquella batalla".
Dijo que el Agamemnon (construido en 1781 en Hampshire y que tenía 64 cañones) está hundido, desde 1809, en la Bahía de Maldonado, a ocho metros de profundidad. Se lo encuentra a la altura de la parada 12 de la rambla de la Mansa, en Punta del Este, está a mitad de camino entre la playa y la isla Gorriti.
Dicho buque trascendió en la historia cuando pasó a comandarlo el propio Nelson. Se destacó en el bloqueo de Tolón y otras misiones en Nápoles y Túnez. Luego de una activa participación en Copenhague en 1801, adquirió fama en la Batalla de Trafalgar. El 28 de junio de 1809 naufragó a la entrada del Río de la Plata.
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