
El MIT tiene el futuro en un laboratorio
El Media Lab creado por Nicholas Negroponte en 1985 desarrolla novedosos programas aplicados a la educación
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CAMBRIDGE, Estados Unidos.- Parece el futuro, o uno de esos sitios que muestran los documentales, donde se diseñan los efectos especiales para las películas. Pero no. Es el Media Lab del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT).
Hasta aquí se acercó el ministro de Educación, Juan Llach, porque entre sus planes figura la firma de un convenio para recibir asesoramiento sobre nuevas tecnologías aplicadas a la educación, que es una de las cosas que se investigan en este sitio.
La Nación también lo recorrió: un ambiente iluminado por luces tenues de colores, lleno de computadoras de ultimísima generación y juguetes de todo tipo, desparramados por pisos y estanterías. Como si muchos chicos hubiesen hecho un gran desorden luego de haber jugado durante horas.
Lo curioso, en todo caso, es que aquí no hay chicos, sino gente que trabaja frente a sus máquinas.
Son parte del MIT, que, en realidad, es mucho más que este Media Lab.
El Instituto Tecnológico de Massachusetts es una universidad. Pero no una cualquiera, sino un enorme monstruo (en el mejor sentido de la palabra) fundado en 1865 gracias a los esfuerzos de William Barton Rogers, un naturalista que tuvo la visionaria idea de crear un instituto que ayudara en el proceso de industrialización del país.
El MIT hoy tiene 21 departamentos académicos que se ocupan de los más variados temas; desde ingeniería hasta humanidades, pasando por biología, física, diseño aeronáutico, tecnología para la salud... la rama que uno se imagine, se puede estudiar en el MIT.
Los 1300 millones de dólares anuales de presupuesto y los más de 20.000 por año que deben pagar sus estudiantes le aseguran su supervivencia (en la Argentina, las 37 universidades públicas viven con 1800 millones de pesos).
Telenovela para anestesistas
Pero este Media Lab es sólo uno de los programas del MIT. Sin embargo, basta para impresionar a cualquier visitante. Nació de una idea de Nicholas Negroponte en 1980, quien se apartó del grupo de tecnología aplicada a la arquitectura para, junto con otra gente, abrir hacia 1985 el Media Lab.
En un principio el laboratorio se encargó del desarrollo de la música electrónica y la holografía. Hoy los desarrollos se han expandido hacia áreas como el video digital y los sistemas multimedia de las computadoras. Todo eso mezclado con desarrollos aplicables a ciencias sociales, naturales, diseño, etcétera.
Por eso, mientras se recorre el extraño sitio, un grupo de investigadores les enseña a unas cámaras de video a reconocer rostros y gestos. "Puestas dentro de un vehículo, por ejemplo, podrían servir para reconocer cuando un automovilista se está quedando dormido y activar un sistema que lo impida", explica el guía.
Otros trabajan en una especie de televisión, cuyas imágenes se pueden señalar con los dedos en la pantalla. En este caso, un comercial muestra una pareja en una escena similar a una telenovela. Pero en cuanto uno toca el pelo de ella, aparece en la pantalla el precio del peinado y los datos de la peluquería. Lo mismo si uno apoya el dedo en el saco de él o en cualquiera de los objetos de la habitación.
"Esto tiene muchas aplicaciones en educación -continúa el guía-. En este caso, se les puede enseñar a los médicos, cirujanos y anestesistas con videos que tengan este sistema."
El recorrido sigue regalando maravillas: un grupo intenta enseñarles a los objetos a interactuar con las personas. "En el futuro, uno podría explicarle a la cocina que esta noche vienen a cenar diez personas -agrega el guía-. Ella podría decidir el menú, chequear qué está haciendo falta y hacer las compras vía on line."
Aplicaciones educativas
En cuanto a las aplicaciones específicas para el área educativa, los proyectos también son numerosos.
Marina Umaschi Bers, una argentina ex estudiante de Comunicación en la UBA, está desarrollando para su tesis en el MIT sistemas que integren las nuevas tecnologías y el aprendizaje de las ciencias sociales.
¿Qué hace concretamente?
Marina enciende una computadora y relata: "Este es mi proyecto Zora. Es una ciudad virtual, donde los chicos son los propios diseñadores y constructores".
Marina recorre la ciudad virtual con el mouse. En esta ciudad viven todos los chicos, aunque cada uno participa desde su casa o su escuela. "La idea es que cada uno tenga su propia casa virtual, que allí ponga sus cosas preferidas, que pueden ser una bandera, un personaje, una foto. Luego, que las defina, les otorgue valores y explique por qué las puso allí. Lo interesante es que enseguida los chicos, que constantemente interactúan entre ellos, empiezan a darse cuenta de que necesitan también espacios públicos y leyes para la ciudad, así es que se arman debates interesantísimos. Toda esa información queda grabada y los maestros la pueden analizar."
Experiencias novedosas
Otros proyectos en los que trabaja Marina son la construcción de robots relacionados también con la capacidad de asignar valores a objetos y acciones determinadas, y otro programa de computación que permite a los chicos interrelacionarse, contar sus historias, sus ideas, y descubrir puntos en común entre ellos.
Colegas de ella, por ejemplo, desarrollaron un diario on line. Como si se tratara de un periódico escolar virtual. Luego explicaron algunas experiencias en este campo, que obtuvieron al aplicar estas nuevas tecnologías en lugares como Tailandia y Costa Rica.
El ministro de Educación argentino salió del lugar entusiasmado.
"Toda esta tecnología de Internet potencia enormemente la interactividad de la gente. Yo creo que ésa es una de las razones fundamentales por las cuales en la Argentina hay que avanzar en proyectos así. Toda esta tecnología está puesta al servicio de lo que podríamos llamar la sociabilidad educativa, algo muy distinto de la imagen que pretenden algunos de la tecnología como algo antihumano."
En cuanto a las posibilidades de que el ministerio firme un convenio con el MIT, Llach aseguró que "la puerta está abierta. Ellos tienen un gran interés también porque quieren mostrar este costado de la tecnología, en especial en lugares donde suspuestamente sería difícil hacerlo. El próximo paso es que nosotros desarrollemos un proyecto y lo conversemos con ellos".





