El rompehielos Almirante Irízar inició la segunda etapa de la Campaña Antártica de Verano

Tras diez años inactivo producto de un incendio en 2007 y luego de que, en noviembre, se confirmara su participación en la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2017-2018, el rompehielos ARA Almirante Irízar zarpó del puerto de Ushuahia y así inició las tareas de la segunda etapa.

Su objetivo, junto a los buques Estrecho de San Carlos y Canal Beagle, será replegar a las dotaciones de las bases temporarias y refugios que en este momento se encuentran en refacción de sus instalaciones, además de replegar residuos y material remanente que debe trasladarse a Buenos Aires para su posterior tratamiento.

Durante el traspaso de carga desde el buque Canal Beagle al rompehielos Almirante Irizar se embarcó la general de la base Orcadas y de la base San Martín, dos grupos electrógenos, una moto de nieve y una cámara frigorífica para la base San Martín, un grupo electrógeno y una cámara frigorífica para la base Esperanza, además de 300 tambores de combustible de avión y 200 tubos de gas entre otros materiales e insumos.

Un largo camino

En abril del 2007, el entonces buque insignia de las operaciones navales y científicas sufrió un grave incendio en altamar, a unos 260 kilómetros de Puerto Madryn. Su reparación llevó 10 años, hasta que el 26 de septiembre del año pasado volvió a zarpar desde el Complejo Industrial y Naval Argentino (Cinar) para realizar pruebas de mar y verificación de sistemas y equipos.

Cuando retornó el 2 noviembre a Buenos Aires tras superar las pruebas de hielo en la Antártida -la última etapa de su restauración- fue que se confirmó su regreso a las campañas antárticas, a las que dio comienzo el 26 de diciembre, cuando zarpó desde la dársena E del puerto porteño.

El 29 de enero de este año, sus tripulantes realizaron un emotivo homenaje a los 44 marinos del ARA San Juan, desaparecido desde el 15 de noviembre en el Atlántico Sur. A través de su cuenta de Twitter, publicaron una foto de la embarcación y el número 44 formado por el personal a bordo del Irízar.

El regreso del buque permite a la Argentina realizar por sus propios medios el reabastecimiento y recambio de personal en las 13 bases permanentes y temporarias del país en la Antártida.