El tercer paro de controladores aéreos en cinco días vuelve a paralizar hoy los vuelos
Miles de pasajeros, otra vez rehenes de la medida gremial, que se suma a las realizadas viernes y domingo
13 minutos de lectura'
Las pantallas del aeroparque Jorge Newbery se tiñeron de rojo apenas amanecía. Allí, una pareja se acercó a mirar con ansiedad: su vuelo de Aerolíneas Argentinas, programado para las 8, no figuraba en el tablero. “Nos acaban de avisar que no sale, no recibimos ni mail ni tampoco ninguna información, ni siquiera nos figura”, dijeron a LA NACION, con un gesto de desconcierto.
Como ellos, decenas de pasajeros intentaban descifrar la situación: algunos insultaban frente a las pantallas y otros corrían hacia los mostradores de atención de cada aerolínea para exigir respuestas.
Miles de personas volvieron a quedar hoy cautivas del paro convocado por la Asociación de Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (Atepsa), que agrupa a los controladores aéreos y paralizará los vuelos en todo el país durante un total de seis horas. La medida llega luego de otras dos jornadas de protesta, el viernes y el domingo pasados. En esos días, más de 44.000 usuarios de aerolíneas fueron tomados de rehenes por el cese de actividades organizado por el gremio.
Una hora antes del inicio del paro convocado por los controladores aéreos, el hall principal estaba dominado por la soledad. Los monitores exhibían cancelaciones en cadena: el primer vuelo en rojo apareció a las 6.55, con destino a Iguazú, apenas cinco minutos antes de que comenzara la medida de fuerza que se extendería hasta las 10. Desde las 7 hasta las 9.36, se cancelaron 16 servicios, en su mayoría de Aerolíneas Argentinas, y uno de Flybondi. Los pasajeros iban y venían, atentos a cada actualización que aparecía en la pantalla.

En todas las ocasiones, las huelgas se diagramaron en dos franjas. Hoy, los aviones no podrán despegar en ningún aeropuerto del país entre las 7 y las 10, y entre las 14 y las 17. “Quedan exceptuadas de la medida todas las operaciones de aeronaves que eventualmente se declaren en emergencia, como aquellas que presten servicio sanitario, humanitario, de estado y o búsqueda y salvamento”, aclaró Atepsa desde sus redes sociales.
Además, se sumarán otras dos jornadas de paro el jueves, de 13 a 16 y de 19 a 22, y el sábado, en las mismas franjas horarias.
En el sector de atención al cliente, las filas superaban a las de embarque. Pablo Quintana, un mendocino que llevaba horas varado, se mostró indignado. “Estoy desde las 4 de la mañana y hace media hora vi que mi vuelo aparecía cancelado. Vine acá y no me dan respuestas. Primero una me dice que tal vez lo habían pasado a Ezeiza más tarde, y después me confirman que está cancelado. Yo necesito volver a casa. Mi vuelo era a las 6.20 a Mendoza, por fuera del paro, entonces lo que dicen es mentira porque pararon antes o había un problema en el avión. No te dan explicaciones, nada, y yo sigo sin poder volver”, dijo.
En otra esquina del hall, una pareja de turistas brasileños, Laura y Theo De Souza, permanecía sentada con gesto de desazón. Habían llegado a la Argentina para recorrer el sur y debían despegar hacia Ushuaia a las 7.20. “Vinimos a la Argentina de paseo y hasta ahora no sabemos cuándo vamos a viajar. Hoy teníamos actividades y el hotel ya pago, pero no tenemos reembolso. No sabemos si perdemos todo”, se lamentaron ante LA NACION, mientras miraban sin esperanza el sector de atención al cliente.
El ambiente se tensó todavía más a las 7 en punto, cuando una empleada de Aerolíneas en la zona de embarque comenzó a aplaudir sin motivo aparente. Ese gesto coincidió con el inicio formal de la primera jornada de paro del día. Minutos después, los altoparlantes confirmaron la noticia con una frase escueta: “Se informa que pueden haber demoras en sus vuelos”.
En el Aeroparque, las caras de los viajeros lo decían todo: bronca, cansancio y resignación. Los mostradores rebalsaban de reclamos mientras las pantallas seguían en rojo. Nadie sabía cuándo despegará y, mucho menos, si su viaje será reprogramado o cancelado de manera definitiva. La incertidumbre reinaba en cada rincón de la terminal.
Pasajeros damnificados
Según las estimaciones de las principales aerolíneas, que situaron en casi 45.000 los pasajeros damnificados en las dos primeras medidas, otros 60.000 verán afectados sus viajes en las tres jornadas de paralización de servicios que comienzan hoy. Así, el total superaría los 100.000.
Aerolíneas Argentinas (AA) informó que el viernes hubo 10.500 pasajeros perjudicados y el domingo, 4400. Para hoy, la empresa confirmó que la situación se resolverá igual que en las otras dos ocasiones: con reprogramaciones –es decir, cambios de horarios que se realizan siempre en el mismo día–, cancelaciones y efecto arrastre de la operación a lo largo de todo el día. Esto es así porque las aerolíneas tienen un cronograma ya armado y no es posible sumar vuelos cuando son cancelados.

Estos cambios se empezarán a ejecutar hoy mismo, lo que “disparará las notificaciones a los pasajeros” durante esta jornada. La compañía de bandera es la empresa más afectada. “Dentro de una operación prevista de 295 vuelos, se verán afectados 178 servicios: 82 vuelos cancelados (todos de cabotaje) y 96 vuelos con cambios de horario. En total, la medida perjudicará a más de 15.000 pasajeros”, informó anoche AA en un comunicado. Y agregó: “Se estima que, al momento, la serie de medidas ya representó un costo de entre 1,5 y 2 millones de dólares”.
“Aerolíneas Argentinas ya denunció ante EANA y ANAC casos de vuelos con autorización de despegue, cuyo permiso fue denegado una vez que los pasajeros estaban en el interior de la aeronave, y debieron ser desembarcados. Muchos de esos pasajeros ya habían sido reprogramados de vuelos anteriores, multiplicando la frustración y el perjuicio de esta acción directa de Atepsa”, señalaron desde la empresa a este medio.
En el caso de LATAM, señalaron: “Debido a las medidas del día de hoy, la compañía canceló un vuelo desde Aeroparque a San Pablo y otro desde Ezeiza a Lima. Asimismo, LATAM reprogramó en total nueve vuelos en Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y Bariloche, afectando a 2500 pasajeros entre cancelaciones y reprogramaciones”.
Por su parte, Flybondi detalló que canceló seis vuelos y reprogramó 50, incluyendo cambios de aeropuertos. En total, más de 6800 pasajeros resultaron afectados. “No se descartan demoras en el resto de la programación del día. Flybondi lamenta las graves molestias que están sufriendo sus pasajeros, quienes desde el viernes pasado son rehenes de medidas de fuerza. Ya son más de 14.000 las personas afectadas en los tres días que llevan las medidas, que vulneran su derecho a viajar y dañan la conectividad aérea tanto a nivel nacional como internacional”, expresaron a LA NACION.
“Aquellas modificaciones que sean programadas con antelación serán informadas a través del correo electrónico ingresado como contacto en la reserva [si fue por compra directa]. En caso de haberse realizado la compra en una agencia de turismo, se aconseja consultar por esa vía. Recomendamos utilizar los canales de autogestión en la aplicación de Aerolíneas Argentinas (disponible en iOS y Android) o vía la web aerolineas.com, donde además encontrarán información sobre otros canales de atención”, anunciaron a través de un comunicado.
En el caso de haber recurrido a una agencia como intermediaria de la compra, agregaron, la notificación depende de la información suministrada: si el usuario dejó su correo personal, se hará por esa vía, pero también puede llegarle la actualización del estado directamente a la empresa. En cualquier caso, ingresando a la página web, en la home, donde está la solapa que dice “Estado de vuelo”, se puede chequear el status con los datos de la reserva.
Caos en el preembarque
La zona de preembarque seguía en pausa. Apenas había movimiento: unas pocas personas iban y venían, algunas arrastraban sus valijas sin apuro, otras las desplazaban por unos metros para volver a detenerse enseguida. La mayoría de los equipajes estaba inmóvil, alineado frente al sector de servicio al cliente de Aerolíneas Argentinas. Allí se concentraba la escena: filas largas, valijas apoyadas en el suelo, papeles en la mano y rostros de fastidio.
Aerolíneas Argentinas, con la mayor cantidad de cancelaciones, concentraba también el enojo más visible, aunque en Flybondi también se repetía la postal: una fila que no dejaba de crecer y pasajeros que esperaban explicaciones.
Algunos hacían la fila con paciencia, otros se rendían y buscaban un lugar para sentarse. Varios improvisaban asientos en un caño metálico que cruzaba el hall, todos con la mirada fija en el mostrador, como si con observar fijamente la atención al cliente todo pudiera resolverse más rápido. También hay quienes se acomodaban en el piso, resignados, apoyando la espalda contra la pared o utilizando la valija como respaldo. El silencio se interrumpía cada tanto con comentarios en voz alta, preguntas sueltas o quejas que no encontraban respuesta.
Entre ellos estaba Tatiana Romero, que ya sabía que los vuelos iban a ser cancelados. Su pasaje estaba en el horario de la medida de fuerza, y había asumido la posibilidad de que no pudiera volar. Sin embargo, su caso tuvo un giro inesperado. Mostró el celular a este medio y tenía un mail de Aerolíneas Argentinas en el que se modificaba la hora de salida de su vuelo.
“Yo estaba contenta porque dije: bien, voy a poder volar. Me avisaron a las 6, me vine dos horas antes, todo ok. Se hicieron las 6 y me fui a preguntar. Todos decían que mi vuelo iba a salir. Y mirá, son casi las 8 y estoy acá en servicio al cliente porque nunca salió. Yo sabía de las cancelaciones, pero ¿para qué me avisan de un vuelo que no iba a salir? Para mí ellos ya sabían que no iba a salir mi vuelo”, dijo enojada.
Alrededor suyo, la confusión era compartida. Pasajeros que revisaban compulsivamente sus celulares y muchos que se limitaban a mirar los carteles en rojo que repetían la misma palabra: cancelado. La espera se volvía pesada. Algunos cruzaban pocas frases entre ellos, casi siempre para compartir la misma duda: qué va a pasar con los vuelos, con el dinero de los pasajes o con los planes que se desarman en cuestión de horas.
A pesar de que la primera parte del paro se extendió hasta las 10, en las pantallas ya figuraban seis vuelos cancelados por fuera de ese tramo. La segunda parte de la medida todavía no comenzó –está programada entre las 14 y las 17–, pero las cancelaciones ya afectan a vuelos previstos entre las 11.20 y las 13.10. Cuatro corresponden a Aerolíneas Argentinas y dos a JetSMART, lo que genera más incertidumbre entre los pasajeros.
Cuando faltaba media hora para la finalización de la primera parte del paro, el Aeroparque comenzaba a recuperar algo de su ritmo habitual. Había más gente circulando, las filas de preembarque empezaban a llenarse y muchos esperaban con temor que su vuelo pudiera ser nuevamente suspendido. “Yo veía mi vuelo en horario, pero no confiaba. Recién mi esposa me dijo que en la pantalla aparecían vuelos cancelados por fuera del horario que ellos habían puesto. Mienten. Somos sus rehenes”, protestó Lucas Soto desde la fila de preembarque, acompañado por sus dos hijos de 4 y 8 años, en diálogo con LA NACION.
A las 10, con el cierre de la primera parte del paro, la incertidumbre todavía se mantenía: el temor de que las cancelaciones se extiendan y que la segunda parte de la medida profundice los problemas atravesaba a todos los pasajeros en la terminal.
En Ezeiza
En el aeropuerto de Ezeiza la mayoría de los vuelos que salieron son a destinos internacionales. Solo siete de los que figuran en la franja horaria de la huelga son de cabotaje. Pertenecen a Aerolíneas Argentinas (AA), JetSMART y Andes. En los carteles que anuncian el estado aparecen en rojo como “demorados”. El de la low cost dice que se consulte a la compañía.
No hay mucha gente esperando, y la razón es que, como contó la mayoría a este medio, son vuelos reprogramados para los que tienen que esperar apenas dos horas: los que salían cerca de las 15, ahora lo harán a las 17. Una pareja que volvía a Mendoza, en donde viven, contó que se enteraron del cambio cuando se acercaron al mostrador de AA. Pero Carolina, una chica que tiene el mismo destino, aseguró que a ella le avisaron con antelación vía mail. A ninguno les afectó ese cambio.
Otro caso fue el de Nadia, una señora que salió ayer de España, llegó sin problemas y en horario, y hoy le avisaron de la reprogramación de su vuelo, a través de Avianca, hacia Neuquén.
Un grupo multitudinario de adolescentes que iban a Bariloche por el viaje de egresados se acercaban con entusiasmo al embarque nacional. Una de las madres que los acompañaba desde lejos contó que no estaban enterados de que hubiese problemas con la partida, pero en la pantalla de anuncios, cuando empezaron a figurar, después de las “demoras”, los nuevos horarios, apareció reprogramado de las 14.15 a las 17. Todos esos que figuraban en rojo se movieron para la franja entre las 17 y las 17.15, menos unos de JetSMART a Salta, que de las 11.30 se movió para las 20.30, probablemente una consecuencia del efecto arrastre de la medida de esta mañana.
Desde AA detallaron a qué se debe la diferencia en las imágenes de uno y otro aeropuerto. En diálogo con LA NACION dijeron que la operación de la empresa está concentrada en Aeroparque, con la excepción de “unos pocos vuelos domésticos”. En general, en Ezeiza la actividad de AA es nocturna y de vuelos internacionales. En esa área, al tener menos cantidad de vuelos, se pudieron correr fuera de los horarios de la medida de fuerza, algo más complejo de hacer en Aeroparque. De todas formas, aunque este último concentra más gente, “todos fueron notificados ayer”.
Conflicto gremial y tensiones
La protesta de hoy forma parte de un cronograma de acciones en reclamo de recomposición salarial que Atepsa viene anunciando desde el 13 de agosto, tras el vencimiento de la segunda conciliación obligatoria y su prórroga. Lo fue ratificando y ampliando hasta un total de cinco fechas con paralizarán los servicios aeronáuticos en todos los aeropuertos del país. Esta semana se concretarán las tres mencionadas –hoy, el jueves y el sábado– con los pasajeros en el medio de la lucha gremial.
El sindicato de los controladores sostiene que las autoridades no presentaron ninguna propuesta de actualización salarial, lo que llevó a profundizar el plan. El conflicto, argumentan, lleva casi 11 meses y los enfrenta con la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), la sociedad del Estado, bajo la órbita de la Secretaría de Transporte de la Nación, que presta los servicios de navegación aérea.
Desde la EANA, en representación del Gobierno, rechazaron las medidas de fuerza al señalar que “afectan un servicio esencial garantizado por ley” y recordaron que se presentaron “varias propuestas concretas para alcanzar un acuerdo, llegando al 15% del aumento, las cuales fueron rechazadas sistemáticamente por la conducción” de Atepsa.
Según la empresa estatal, en las últimas semanas se realizaron 17 audiencias de negociación con el gremio, pero no fue posible llegar a un acuerdo.
1Día del Médico en la Argentina: por qué se celebra hoy y las mejores frases para enviar en la jornada
- 2
Hay alerta amarilla por tormentas y calor extremo para este jueves 4 de diciembre: las provincias afectadas
3Del sueño europeo a la incertidumbre: la familia argentina que quedó atrapada por un cambio de las leyes migratorias
4Nuevo estudio: advierten sobre una práctica muy peligrosa para la salud que cada vez es más usada con intereses comerciales




