
En Luján, un tigre mató a un león
En el zoológico: varios testigos contaron cómo ocurrió el ataque en una jaula que se abre para el público; las autoridades del lugar no quieren hablar del tema.
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Muchos de los visitantes que el domingo último fueron al Zoo Luján jamás imaginaron que su rato de diversión se convertiría en un paseo de terror.
Sorprendidos y conmovidos, vieron cómo un tigre atacó ferozmente y mató a un cachorro de león.
"Fue una experiencia horrible. Un tigre rompió un alambrado y levantó al león como si le quitara el sombrero a un chico. Luego lo mordió en el cuello y lo dejó sin vida", dijo a La Nación Raúl Zalazar, de 35 años, visitante del predio.
El zoológico, situado en el Acceso Oeste, Kilómetro 58, partido de Luján, tiene 15 hectáreas. Y ofrece entre sus principales atracciones la posibilidad de que, ante la mirada atenta de sus organizadores, el público ingrese en las jaulas y hasta acaricie a felinos salvajes.
Es un parque privado cuyo titular, Jorge Semino, evitó definiciones (ver recuadro), mientras que fueron vanos los intentos de La Nación por obtener comentarios en la Municipalidad de Luján.
Sí resultó llamativo que tampoco se permitiera al cronista tomar fotos. "Son mansitos, peros fotos no", se dijo frente a la jaula. También fue evidente que los empleados consultados tenían temor de hablar.
Según relataron testigos, el hecho que enlutó la tarde, y que pudo haber sido una tragedia mayor, ocurrió pasadas las 18, en una jaula de 15 metros de largo, donde -separados por un alambrado- conviven tres tigres y seis leones.
A esa hora, unas doce personas estaban cerca de la jaula, porque -según el testimonio de cuatro de ellas- minutos antes, Jorge Semino, dueño del zoológico, les había ofrecido entrar para tocar a los tigres.
Y de hecho, a las 10, cuando Zalazar y Claudia, su esposa, junto con un grupo de amigos, llegaron a Zoo Luján, no pensaron que ocho horas más tarde verían en vivo y en directo una lucha entre dos animales.
"Cuando llegamos, el lugar era un paraíso. Los animales estaban muy mansitos, se los podía tocar", recordó Claudia Zalazar.
"Luego de las 14, Semino, como si una tigresa fuera un simple perro, con una soga la sacó a pasear. Decía que la podíamos acariciar, pero que no le tocáramos la cabeza", relató.
La ley de la selva
Al llegar el atardecer, tanto el matrimonio Zalazar como sus amigos notaron que los animales se comportaban de otra manera.
Su esposa precisó: "Los leones se pusieron nerviosos. Pero, según explicó Semino, alguien se había excedido con el líquido contra las moscas".
Otro de los visitantes, Gerardo Vera, de 35 años, apuntó que en el momento del ataque había tres tigres -uno de ellos hembra-, un león mayor, dos leones cachorros y, en un pequeño refugio, una leona con otros dos cachorros.
Raúl Zalazar siguió su relato. "Uno de los tigres se corrió hacia el alambrado que lo separaba de los leones cachorros y, como si nada, alcanzó con sus garras a uno de ellos y le mordisqueó su pata izquierda delantera".
Añadió que, en ese momento, quien se presentó como Semino se encontraba ya en el interior de la jaula a la que, pocos minutos antes, había invitado a ingresar a los visitantes.
"El pequeño león forcejeó para liberarse de las garras del tigre. Por un momento, lo consiguió. Pero no fue por mucho", dijo.
Vera completó el trágico relato: "Primero, el tigre pareció calmarse. El dueño del zoológico lo serenaba con palabras como suave, suave. Pero no sirvió de nada. El animal se volvió hacia el alambrado y lo traspasó como si fuera de papel".
Luego vino el desenlace. "Fue horrendo. El tigre mordió al leoncito en su cuello y, pese a que Semino lo castigaba duramente con una pala plana, no paró hasta que se llevó al pequeño animal contra un rincón", dijo Vera.
El animal quedó tendido en el piso de la jaula, sin moverse. Estaba muerto. "Fue tétrico. Escuchamos el ruido de las vértebras al quebrarse", dijo la esposa de Vera, María Rosa.
Los cuatro coincidieron: "No queremos pensar qué podría haber ocurrido si aceptábamos la invitación a ingresar en la jaula".
Más aves ultimadas en La Plata
LA PLATA.- Dos flamencos y cuatro patos fueron hallados muertos en el zoológico local, sin que hasta el momento se haya determinado si el hecho fue una nueva agresión o un ataque perpetrado por perros.
Se analiza esta posibilidad porque en todos los casos las aves tenían los cuerpos desgarrados.
Este hecho fue tomado con cautela por las autoridades del paseo, ya que sus características distan de las emergentes en las anteriores matanzas de aves, ocurridas el 26 de marzo último y anteayer.
Una de las cuestiones que causan extrañeza, según los voceros consultados, es que los perros se hayan lanzado al agua para obtener sus presas, aunque técnicamente los investigadores no lo consideran determinante.
Lo cierto es que las aves fueron halladas en uno de los lagos del fondo del zoológico, con la característica común de los desgarrones aparentemente producidos por dentelladas.
Respecto de los animales muertos el último martes por la madrugada, está en duda si en uno de los casos hubo un ataque con un elemento punzante, o las aves fueron víctimas de perros tras ser heridas con disparos de armas.
Ante las reiteradas muertes, las autoridades decidieron adoptar mayores medidas de seguridad.
Se convino con la jefatura departamental que cuatro policías presten servicios permanentes dentro del predio. Además, se realizan continuas rondas externas con efectivos de caballería, móviles policiales y policías con perros.
"Capaz era otro"
En diálogo con La Nación , Jorge Semino dijo desconocer que hayan matado a un león en su establecimiento. "Si hubiera pasado, yo me habría enterado", dijo.
-¿Pero usted estuvo en Zoo Luján el domingo último?, preguntó La Nación .
-Sí, estuve un rato por la mañana y volví a la tarde.
-¿Y no presenció ningún ataque de un tigre a un león?
-Pudo haber sido otra persona, un empleado. Un veterinario me dijo que puede llegar a haber un león herido, pero nada anormal.
-Varias personas dicen que hablaron con usted ese día y que vio la agresión.
-Se habrán confundido de persona.
-Aseguran que usted le gritaba al tigre "suave, suave" y que luego le pegó con una pala en la cabeza para que dejara a su presa.
-Capaz era un empleado, los domingos hay mucha gente.
-¿Desmiente que usted estaba presente el domingo?
-Los visitantes pueden haber estado con otra persona. Tenemos más de 60 empleados.



