
Geraldine Brezca, la argentina que trabajó con Tarantino
Participó en las películas del cineasta estadounidense durante 17 años y se ganó el crédito de "ángel de cámara"; hoy se dedica a sus propias obras y asegura que "es una montaña rusa trabajar en Hollywood"
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Un simple viaje de estudios. Ese fue el motivo por el que la argentina viajó a Los Ángeles en 1994. No tenía planeado quedarse más de 3 meses. Sin embargo, una vez allá, ya no volvió. La entonces estudiante de Diseño de Imagen y Sonido de la UBA nunca imaginó que terminaría trabajando con uno de los mejores directores de la meca del cine: Quentin Tarantino.
La dinámica de trabajo de la cineasta es peculiar. Los videos del backstage de Bastardos sin gloria hablan por sí mismos. Nombra las tomas con el humor que la caracteriza y los actores no pueden evitar estallar en carcajadas cuando cierra la claqueta frente a sus ojos. Entonces, el misterio del porqué de su apodo de a poco deja de serlo...
"Para Quentin el momento antes de que el actor comience la escena es súper importante y me dio a mí la tarea de bendecir las tomas", dice ante la primera obligatoria pregunta.
En diálogo con LA NACION, Brezca cuenta detalles imperdibles del detrás de escena de las películas del galardonado director.
-Fuiste a estudiar inglés a Los Ángeles y te quedaste: ¿Por qué tomaste esa decisión?
-Me fui a Los Ángeles a fines del ´94 a estudiar inglés por tres meses pero, como ya venía haciendo la carrera de Diseño de Imagen y Sonido, decidí tomar clases de cine.
Antes de irme para allá conocí a un profesor argentino de UCLA [Universidad de Los Ángeles], que me invitó a tomar sus clases de oyente. Al día siguiente de mi llegada, me dio un tour por la escuela de cine y ahí sentí que me quedaba.
-¿Cómo fue que comenzaste a trabajar con Quentin Tarantino?
-Mi primera película con él fue Jackie Brown. Llegué ahí a través de una amiga, porque su ex marido era el foquista de Quentin [Ziad Doueiri, director de cine libanés]. Lo que recuerdo es que el primer día de rodaje, él estaba en su oficina con la puerta entreabierta y yo lo miré y pensé: "Este loco es un genio, qué miedo".
-¿Por qué crees que te siguió eligiendo después de colaborar en Jackie Brown?
-Enseguida conectamos. La realidad es que al venir yo por el lado de Ziad, la confianza ya estaba fundada y además nos divertimos mucho. Yo era meritoria de cámara. Mi curiosidad y entusiasmo por estar en el set era tal que creo que Quentin lo sintió, y luego la relación fue creciendo.
-Sus películas se caracterizan por ser excéntricas: ¿Cómo son los procesos de rodaje?
- Estas pelis son un viaje, donde te relacionás con gente con un objetivo en común y con quienes convivís durante seis meses. El nivel de intensidad que se genera permite crear relaciones creativas importantes.
-Parece ser bastante cansador…
-Y… luego de una peli de él tenés que compensar con vida sana, yoga, casita, tranquilidad.
-Pasaste de ser asistente de cámara a claquetista y en los créditos figuras como "camera angel": ¿Qué significa para vos el título?
-El título fue inventado por Quentin en el pasado. En Kill Bill comenzaron con el juego de la claqueta a nivel más creativo. Yo tuve el honor de ser claquetista en Bastardos sin gloria y ahí transformé mi expresión como artista. Poder hacer síntesis en una palabra sobre lo que está ocurriendo me permitió un lugar de creatividad importante.
-¿Cuál es tu rol?
-Yo sincronizo con la peli en un nivel muy sutil. Y por otro lado, me gusta el tema de lo simbólico: tanto en Bastardos sin gloria como en Django sin cadenas tuve la oportunidad de expresar sentimientos de revancha contra la decadencia humana y también de homenajear a directores a quienes admiro.
-En los videos del backstage se puede ver que existe un proceso creativo detrás de tu trabajo; me refiero a los nombres de las escenas: ¿Podés nombrarlas a tu gusto o tenés límites?
-No… Cuando dije "Diego Maradona", por ejemplo, me llamó la atención porque no hay lugar para los deportistas en nuestras claquetas. En Django sin cadenas, el primer día de rodaje con Leo Di Caprio, yo dije "rude" y paró la filmación. Me preguntó delante de todos si eso fue lo mejor que se me ocurrió. Fue un momento muy tenso, en el que muchos me apoyaron, especialmente [el actor] Christoph Waltz. Luego dijo: "Ahora decí "rouge" y para la próxima que se te ocurra algo mejor".
La tensión pasa, pero pasa porque enseguida participás de una escena que te vuela la cabeza. Es interesante porque el proceso es duro, pero increíblemente inspirador.
-Trabajaste con él durante muchos años: ¿Cómo es tu relación con Quentin hoy?
-Quentin es mi hermano. Nos adoramos. Estoy con muchas ganas de ver The hateful 8, que es mi primera película totalmente sorpresa.
-Además trabajás muy cerca de los actores: ¿Tenés una relación de amistad con alguno de ellos?
-Tengo mucha interacción con los actores porque estamos horas y horas en un mismo lugar, atravesando un proceso.
***
Hoy su realidad es otra. Vive en Nueva Orleans con su marido suizo, a quien conoció luego de finalizar su documental Elle, que fue seleccionado para participar en el New Orleans Film Festival (2014). Trabaja en alfarería, jardinería y pronto comenzará a ofrecer clases de yoga.
No descarta volver a colaborar con Tarantino en un futuro, pero sí admite que "Hollywood tiene lo suyo y se idealiza mucho. El sistema piramidal es grotesco". Y agrega: "Es como una montaña rusa trabajar en esas películas: picos altos y bajos; difícil de mantener el centro. Tenés que lidiar con mucho lobby y y si querés dedicarte a tu obra, no te alcanza el tiempo. Llega un momento en el que te la tenés que jugar e ir por más".
Si bien cuenta que extraña la Argentina por sus amigos y su familia, adoptó Nueva Orleans como su nueva casa: "El trabajo comunitario entre artistas que se genera acá, no lo experimenté en ningún otro lado. En Los Ángeles o en Buenos Aires, siento que cada uno está trabajando en su obra. Son ciudades que te alienan más. En cambio, la riqueza cultural y la necesidad de compartir es lo que hace que esta ciudad siga adelante".
Podés ver su obra en www.piruandchreegooshop.com.
Stephanie Chernov
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