Tras el paro de la CGT: más de 50.000 pasajeros afectados por la medida de fuerza en el subte porteño
La protesta que se mantuvo desde las 14 hasta las 15 fue realizada por la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro; el gobierno denunció penalmente a la agrupación
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Desde las 14 hasta las 15, todas las líneas del subte y el Premetro pararon como consecuencia de una medida de fuerza de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro (Agtsyp-Metrodelegados). Según la empresa concesionaria del servicio, Emova, la medida afectó a más de 50.000 usuarios. En tanto, el gobierno porteño denunció penalmente a la agrupación sindical.
En la estación 9 de Julio, donde confluyen las líneas B, C y D del subte, la escena era de apuro y tensión. Cinco minutos antes del inicio de la medida, un trabajador de Emova avisó en voz alta: “En cinco minutos empieza el paro”.
Fue en la estación Carlos Pellegrini donde se concentró la tensión: algunos pasajeros, al enterarse en ese momento, se acercaron a los molinetes entre la resignación y el enojo. Algunos insultaban, otros se retiraban en silencio. “¡Pero ustedes son unos vagos!”, gritaba un hombre mientras decidía pasar igual.
Los que salían de la línea B buscaban combinaciones alternativas y corrían hacia las líneas C y D, creyendo que solo se trataba de una interrupción parcial. Pero el panorama era el mismo. Frente a los molinetes, otros usuarios se apuraban, saltaban las escaleras, ignoraban las advertencias de los empleados. Una trabajadora del subte sostenía el cartel que iba a colocar a las 14 para anunciar el cierre. “¡Apurate, que no llegás!”, le gritaban a una mujer que duda. A las 14, todo se detuvo.
Silvia, de 76 años, llevaba una carpeta con estudios médicos en la mano. Estaba parada en la entrada de la Línea C, y su enojo era evidente: “Son unos tarados los que hacen esto. Yo tengo un turno, vengo desde Retiro y jamás escuché nada”. Se quedó un rato largo mirando los molinetes, como si esperara que alguien se lo explicara mejor.
Laura Leguizamón vivió un momento de tensión que la dejó sacudida. “Viste lo que me dijeron, encima que no avisan que no hay servicio tratan remal a la gente. Es inhumano lo que hacen”, contó a LA NACION. Minutos antes, había pasado los molinetes sin saber del paro, con los auriculares puestos. Uno de los trabajadores le gritó desde lejos: “¡No entendés que no hay servicio!”. Al sacarse los auriculares, Laura se topó con su rostro enojado. “¿Y por qué no ponen algo afuera que lo diga?”, preguntó. Otro trabajador intervino, subiendo aún más el tono: “Te estoy gritando para avisarte”. La discusión se volvió tensa y terminó con Laura alejándose, visiblemente molesta.
Un joven con dos valijas quedó atrapado entre tres estaciones, sin saber cómo seguir. Había salido de Constitución con la esperanza de llegar a Plaza Italia, donde pensaba tomar un colectivo a Zárate. “Viajé todo el día y ahora no sé cómo volver a casa, no puedo esperar hasta las 15”, dijo a LA NACION mientras revisaba las apps de transporte, frustrado. Su plan de conexión se vino abajo sin previo aviso.
Los metrodelegados
Desde el gremio denunciaron la “presencia de personal contratado de forma fraudulenta bajo la falsa forma de personal de seguridad”. “No aceptaremos que se realicen contrataciones ilegales en el ámbito del subterráneo y el Premetro”, se indicó en el comunicado que firmaron el secretario general de la asociación, Roberto Pianelli, y el secretario adjunto, Néstor Segovia.
“Nuestra organización gremial ha denunciado ante la Secretaría de Trabajo de la ciudad de Buenos Aires, en distintas y sucesivas oportunidades, los intentos de tercerización de los trabajos que corresponden a nuestro convenio colectivo. Le pedimos disculpas al público usuario por los inconvenientes que le pudiéramos causar y los invitamos a acompañar nuestro reclamo sobre las contrataciones”, se indicó.

En una entrevista televisiva, Pianelli ofreció mayores detalles respecto del motivo que originó la medida de fuerza. “Hace dos días nos encontramos a las 5, sin previo aviso, a unas 150 personas que estaban en los puestos de trabajo realizando nuestras tareas. Emova redujo la cantidad de personal en un casi 20% desde la pandemia. Nosotros veníamos reclamando la incorporación de personal y de golpe nos encontramos con este grupo de gente", contó a Todo Noticias.
Perjudicados
Cuando faltaba media hora para el final de la medida, dos chicos atravesaron los molinetes pese a haber sido advertidos de que no había servicio. Consultados por este medio, explicaron que recién les habían avisado del paro. “¿Pero ayer no pararon?”, se preguntó uno de ellos en voz alta. Luego agregó que no estaba de acuerdo con la protesta y que “los perjudicados siempre son los que laburan”.
Los molinetes, ya a esa hora, estaban cubiertos con diversos objetos colocados para impedir el paso. “¿Por qué es esto?”, preguntó un joven a uno de los trabajadores de Emova. La respuesta fue breve: “Por un tema de seguridad”.
Cuando faltaban pocos minutos para las 15, los pasajeros empezaron a acumularse en los accesos. Sentados en las escaleras, en grupos, esperaban. Algunos se molestaban al enterarse de que el servicio no se reanudaría hasta la hora exacta; otros, en silencio, se resignaban.
A las 15 en punto, el paro culminó. “Compañeros y compañeras, terminó”, se escuchó entre los pasillos. De inmediato, las estaciones, antes vacías, comenzaron a llenarse. Varias personas corrieron hacia los andenes. Algunos saltaron los molinetes. Otros, tras pagar el pasaje, también.

La concesionaria
Desde Emova, en un escrito al que accedió LA NACION, repudiaron “el anuncio realizado por Agtsyp de una medida de fuerza para este viernes a las 14 en todas las líneas, que perjudica a miles de usuarios de manera directa, así como también a quienes necesitan trasladarse por toda la ciudad”.
Sobre la denuncia dijeron: "La compañía informa que este personal tiene un rol específico y temporario, y no reemplaza ni interfiere en las tareas que realiza el personal de Emova. Su función es brindar apoyo, colaborando de esta manera en el resguardo de quienes transitan y trabajan en el subte".

Por otro lado, este viernes desde la administración porteña anunciaron que denunciaron a los metrodelegados. “En la presentación, realizada ante el Ministerio Público Fiscal por expresas instrucciones del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, [el ministro de Justicia de la ciudad, Gabino] Tapia solicitó que se investigue la comisión de los delitos o contravenciones cometidos por los metrodelegados y se identifique y sancione a los responsables de llevar adelante la medida de fuerza”, comunicaron desde el gobierno porteño.
Ya presentamos la denuncia penal contra estos extorsionadores.
— Jorge Macri (@jorgemacri) April 11, 2025
Que sepan estos kirchneristas que usar a los porteños de rehenes para hacer campaña no les va a salir gratis. https://t.co/TmRw5BN892 pic.twitter.com/1kwIbto6im
El anuncio de la retención de tareas se produjo en la misma jornada en que la Confederación General del Trabajo (CGT) llevó adelante un paro general que afectó servicios de todo tipo. El subte fue uno de ellos.
Se plegaron al cese de actividades trenes, taxis, aviones y bancos. En relación con los comercios, las grandes cadenas de supermercados y establecimientos barriales decidieron abrir sus puertas.
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