
Jockey Club: el resultado de las elecciones que enfrentaron a dos propuestas de gestión
Los socios debieron votar presidente e integrantes de la comisión directiva
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Tras una extensa jornada electoral, que tuvo lugar ayer en el palacio de la avenida Alvear, la asamblea de socios del Jockey Club eligió a su nuevo presidente y a la mitad de los miembros de su comisión directiva. La lista ganadora fue la oficialista Unidad, encabezada por el actual presidente del club, el empresario Juan Mariano Villar Urquiza, quien es, a su vez, vicepresidente de la compañía de lubricantes Bardahl. La propuesta se impuso con 1311 votos (74,11%), de un total de 1769.
Atrás, con 458 sufragios (25,89%), quedó el proyecto de la oposición, Jockey Club Siglo XXI, encabezada por el consultor Miguel Ángel Martínez Beccar Varela, director y socio de la consultora Infomedia. Al igual que el cargo de presidente, todos los integrantes de la comisión directiva se recambian cada dos años.
Socios allegados a ambas listas destacaron que, básicamente, lo que se debatió en los comicios fue la continuidad del lineamiento que viene dirigiendo al club desde hace una década -desde que Unidad lleva la presidencia- o la irrupción de un “cambio” a nivel social, deportivo y administrativo.
La propuesta que llevaba como bandera la lista presidida por Martínez Beccar Varela era profesionalizar la gestión del club. En otras palabras, su equipo proponía conformar un equipo ejecutivo calificado, con sueldos pagos, que se ocupara de la administración del día a día. Este grupo, detallaron en su carta de intención, estaría “dirigido por una Comisión Directiva que funcione como un directorio moderno y estratégico”.
De haber ganado las elecciones, esta medida hubiese marcado un punto de inflexión en la administración del club de 143 años, cuyas decisiones son actualmente tomadas por los 21 miembros de la comisión directiva, cuyos miembros trabajan ad honorem.
Según definieron socios afines al proyecto, la lista opositora buscaba “oxigenar la conducción del Jockey”. Según se leía en su propuesta de intención, intentaba que el club volviera a ser “la mejor opción”, tanto a nivel social y cultural como también a nivel deportivo. “El Jockey Club enfrenta desafíos que no pueden seguir postergándose”, se leía entre las propuestas.
En tanto, socios allegados a la lista ganadora, afirmaron, en diálogo con LA NACIÓN, que la propuesta opositora implicaba romper con el espíritu del club, que consideran que funciona bien con una conducción no asalariada y conformada únicamente por socios con más de 10 años de antigüedad.
La situación del club
El Jockey Club tiene cerca de 7000 socios, un número superior al que había tenido en 2017 -6867-, que había caído tras la pandemia a 6057.
El problema de fondo del que hablan los socios es el del envejecimiento poblacional del club, dado que los vitalicios no pagan cuota. Estos llegaron a representar el 37% del total en 2021, porcentaje que, según fuentes cercanas a la administración, estaría comenzando a mejorar. De hecho, uno de los principales logros que se le atribuye a la lista Unidad es una medida que sirvió para paliar esta realidad. La política incluyó permitir que ingresen al club sin pagar una cuota inicial los jóvenes menores de 25 años que fueran hijos o nietos de socios con más de 10 años de antigüedad.
La cantidad de nuevos miembros incluye casi únicamente hijos o nietos de socios, dado que si una persona sin parentesco con otros socios busca asociarse al club debe pagar un aproximado de 80.000 dólares como cuota de ingreso, lo que muchos interpretan como “una invitación a no asociarse”. Los hijos y nietos varones mayores de 25 años de socios, en tanto, deben pagar entre 300.000 y 800.000 pesos como cuota de ingreso, según la antigüedad dentro del club de su pariente.
Ninguna de las dos listas tiene entre sus iniciativas la inclusión de mujeres como asociadas al club, un cambio que terminó de aplicarse por completo, tras años de tratativas, en el Club Universitario de Buenos Aires (CUBA). En el Jockey, en cambio, las mujeres no pueden entrar a la sede Retiro y continúan accediendo a la de San Isidro como “mujer de socio”, “hija de socio” o “viuda de socio”.
Es por eso por lo que, pese a que se les permite acceder a algunas canchas de tenis, al golf y al campo de deportes, no pueden votar en las elecciones internas ni tampoco enviar cartas de protesta al club.