La prostitución creció más del 40%

Que sea el oficio más antiguo del mundo no implica que deba crecer. Sin embargo, crece. En la Capital, hay casi 6000 trabajadoras sexuales más que a mediados de la década de los noventa. Resulta un incremento del 42,85%. Por la crisis, sostienen ellas/os. Por la demanda, agregan en el gobierno.

En Flores, en Constitución, en Once. O en Palermo, Chacarita, Núñez. Extendida por toda la geografía porteña, la oferta y la demanda de sexo agrupaba a unas 14.000 personas en 1995, según las estadísticas de la Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas (AMMAR). Hoy, después de una crisis brutal, esa cifra parece irrisoria: de acuerdo con el cálculo de Elena Reynaga, secretaria general del gremio, suman 20.000 entre las mujeres y hombres que en la Capital ejercen la prostitución.

El desempleo y la inseguridad, además, ayudaron a modificar ciertos hábitos de la actividad, explicó Reynaga. Por ejemplo: creció el ejercicio de la prostitución en departamentos y decreció la oferta en la vía pública. Además, los travestis tomaron como propias ciertas calles que antes pertenecían a las trabajadoras sexuales (éstas las abandonaron para refugiarse en espacios cerrados). Y aparecieron algunas zonas nuevas -pocas y no demasiado exploradas, por ahora- como los alrededores del Parque Lezama, y cambió el horario, porque la noche, en el siglo XXI, es un peligro. Mientras tanto, la Legislatura porteña estudia cómo tratar la prostitución en el nuevo Código Contravencional.

"Muchas de las trabajadoras sexuales son jefas de hogar. Antes eran empleadas domésticas o al menos tenían algún trabajo, pero ahora ya no saben qué hacer. Hay que llevar un mango a la casa", analizó Reynaga.

Juan Carlos López, secretario porteño de Justicia y Seguridad Urbana, definió el incremento de la oferta y demanda de sexo con una lógica de mercado: "Si hay 20.000 trabajadoras sexuales es porque hay 200.000 personas que consumen esa actividad".

Policía v. jefas de hogar

El Gobierno de la Ciudad no combate la prostitución. No es su idea. "Salvo que exista alguna red de explotación", explicó López. En ese caso, el tema es de la policía. Y la Policía Federal no responde al jefe de gobierno local, Aníbal Ibarra, sino al gobierno nacional. A todo esto, la Policía Federal no opina; ni siquiera ante las acusaciones de Reynaga. "Yo trabajé hasta hace cuatro años. Siempre en Flores. Cada viernes, venía un enviado de la comisaría 50a. a cobrarnos 400 pesos a cada una. Y nosotras éramos 300. Sacá la cuenta", propuso la titular de Ammar. "La Policía no hace comentarios", respondieron a LA NACION en la Federal.

Sexo en la ciudad

La aparición de los departamentos no es nueva, según López. Pero sí creció después de la crisis, de acuerdo con Reynaga. Antes , por ejemplo, representaba el 60 por ciento del negocio. "Las zonas más importantes de oferta de sexo en la calle son Flores, Constitución y Once. En cada una trabajan unas 400 chicas. Pero la verdad es que más del 75 por ciento de las trabajadoras sexuales prefiere los espacios cerrados", comentó Reynaga. El otro 25%, el que camina la calle, en general elige el día, porque dice que la noche es muy insegura. Y esto representa otro cambio, como tantos que se produjeron desde el estallido de la última crisis socioeconómica en la Argentina.

Otros horarios, otra relación entre la vía pública y los espacios cerrados. Y más trabajadoras sexuales en la ciudad de Buenos Aires. Muchas más.

Encuesta

Edad: un trabajo realizado por la Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas (Ammar), indica que el 65% de las trabajadoras sexuales tiene entre 20 y 40 años. Un 3% es menor de 18 años.

Educación: el mismo trabajo, realizado con fondos aportados por la Organización Mundial de la Salud, indicó que el 58% de las consultadas tenía estudios primarios completos; un 33% había terminado el colegio secundario y tan sólo un 3% tenía estudios universitarios. Un 6% no había estudiado.

Estado civil: el sondeo, que se realizó sobre 400 casos en la ciudad de Buenos Aires, indica que el 13% de las mujeres encuestadas estaban casadas; el 21% vivía en pareja y 49% eran solteras.

Por Por José Ignacio Lladós <br/> De la Redacción de LA NACION

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