
Lefebvristas otra vez en escena
La decisión de pedir autorización a la Santa Sede para permitir que los fieles puedan recibir la comunión en sus propias manos y no exclusivamente en la boca suscitó la reacción de la comunidad lefebvrista reunida en la Fraternidad Sacerdotal San Pío X que definió el cambio del rito como "una catástrofe espiritual".
En una carta abierta al Episcopado argentino que en su última asamblea plenaria resolvió dirigirse a la Santa Sede para adoptar una práctica ya extendida en muchos países los seguidores del controvertido obispo francés Marcel Lefebvre suspendido por el Papa y fallecido en marzo de 1991 afirman que no han sido explicados los fundamentos del cambio litúrgico.
Advierten además que "la irreverencia y la desacralización llevarán lenta pero infaliblemente a la negación de la presencia verdadera de Cristo en la Eucaristía".
La salud no es argumento
La declaración dirigida a los obispos lleva la firma del superior de la fraternidad en el distrito América del Sur el sacerdote francés Xavier Beauvais de 38 años que tiene su sede en Buenos Aires.
Los seguidores de Lefebvre cuestionan las razones de salubridad esgrimidas por las autoridades episcopales al justificar la petición llevada a la Santa Sede aunque es difícil que el reclamo sea atendido en virtud de que la comunidad no cuenta con el reconocimiento pontificio.
Al modificar el rito de la comunión para cuya aplicación es indispensable la autorización de la Santa Sede los obispos argentinos se plegaron a una tendencia recogida en los últimos años por la mayoría de las conferencias episcopales vecinas.
Su aprobación en la última asamblea plenaria provocó la reaparición en público del grupo lefebvrista apartado de la Iglesia desde la sanción que Juan Pablo II le impuso a monseñor Lefebvre impulsor del movimiento.
Francia el peor ejemplo
En abierta confrontación con lo aprobado por el Episcopado el superior Beauvais sostuvo que "el cardenal Quarracino no explicó cuáles son los inconvenientes malsanos del rito en vigencia".
Agregó en diálogo con La Nación que el presidente del Episcopado no aclaró "si las medidas tomadas son para preservar al sacerdote al comulgante o a ambos y si las precauciones higiénicas valen solamente para nuestro país".
Beauvais y los 15 sacerdotes lefebvristas que lo acompañan en nuestro país no aceptan el criterio de asimilar en la liturgia prácticas de uso corriente en otros países.
"Desconocemos por ejemplo las medidas actuales tomadas por sus congéneres del Episcopado francés pero teniendo en cuenta su actual evolución en materia moral y lo que aconsejan para prevenir el SIDA podemos imaginar cómo es el rito de la distribución de la Eucaristía en Francia" expresa el superior lefeb-vrista en la carta a los obispos.
Añade que "a juzgar por el trámite meramente burocrático y dado que son muchos los países que ya la tienen en práctica los obispos tendrán que elaborar un nuevo documento para pedir perdón al pueblo católico argentino por haberlo dejado tanto tiempo en la sordidez".
Similitudes con Lutero
La comunidad lefebvrista teme que "la irreverencia y la desacralización llevarán a la negación de la presencia verdadera de Cristo en la Eucaristía". Afirma que ello sucedió con la reforma de Lutero y sus seguidores con la que existe una extraña similitud: el menor respeto y adoración a la Sagrada Eucaristía".
En tono enérgico advierte a los obispos: "Ustedes serán los responsables de esa nueva catástrofe espiritual para nuestra abatida patria".
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