
Libertad Lamarque llegó a Mar del Plata para recibir su premio
Sin apuro: la tardanza de la experimentada actriz le impidió participar en la ceremonia de apertura, pero llegó sonriente ayer para recibir su premio.
1 minuto de lectura'
MAR DEL PLATA.- "¡Y qué apuro hay!". La muletilla que no se cansa de repetir y que ha marcado su modo de vida le jugó una mala pasada a Libertad Lamarque, tanto como para que se quedara el jueves sin poder participar de la ceremonia de apertura del XII Festival Internacional de Cine.
Esa misma tranquilidad la llevó a demorar su entrevista con La Nación, tanto como para que finalmente la nota se concretará a bordo de la limousines que la llevaba hasta el Teatro Colón.
Simpatiquísima, radiante, cargó con todas las culpas de esa ausencia: "Tenía el auto preparado en la puerta, me estaba esperando el chofer, pero me demoré en el aeropuerto hablando con los periodistas y cuando llegué al hotel, la ceremonia ya la estaban pasando por televisión".
Libertad Lamarque fue distinguida ayer por los organizadores del festival ante una platea repleta de sus eternos admiradores.
Emocionada , feliz en el escenario junto a su querida Eva Franco, se animó a cantar una estrofa de Madreselva como una original forma de anunciar el filme homónimo que ayer se proyectó dentro del homenaje.
La primera vez
Dice que le gusta Mar del Plata y recuerda con muchísimo cariño su último paso por estas costas hace ocho años, cuando en el Teatro Opera encabezó el espectáculo A todo tango.
A pesar de su larga trayectoria en el cine nacional, Lamarque concurre por primera vez al festival que se realiza en esta ciudad: "Esto se lo debo a Julio Mahárbiz, un divino total que se ha esmerado para que no me falten flores en mi habitación ni las uvas más ricas que he comido en mi vida".
Por eso se esmeró tanto en aclarar que la organización nada tuvo que ver con su ausencia en la ceremonia de apertura: "Víctor Laplace me dijo que él se cambió el saco y salió, pero yo soy mujer y tenía que ponerme otro vestido y maquillarme", cosa para la que dijo "siempre fui muy lenta".
Libertad guarda un gratísimo recuerdo del diario La Nación, que le obsequió la página de sociales donde figura su nacimiento. "Me parece increíble que yo esté allí, en un diario de 1908; es uno de los regalos que guardo con más orgullo", aseguró.
Una vida feliz
Celosamente acompañada y mimada por Irene, su incondicional secretaria, compañera y amiga, Libertad Lamarque está radicada en Miami.
Remarca que allí tiene una vida feliz: "Soy muy de la casa, salgo poco y, de vez en vez, veo algún espectáculo que me atrae".
Mañana emprenderá su viaje de regreso hacia aquellas costas. Por eso quiere disfrutar al máximo de esta Mar del Plata, de la que se irá con las maletas llenas de aplausos y cariño. Todos los que se merece.
El público y su respaldo
MAR DEL PLATA (De un enviado especial).- Sin duda, hay títulos para todos los gustos. Y los espectadores, que en los tres primeros días de este festival llegaron a los 17.000, pueden regodearse y, a veces, hasta mostrarse indecisos frente a tanto material para ver.
El precio para acceder a cada una de estas funciones es sumamente accesible a cualquier bolsillo: tres pesos frente a los siete que deberían abonar para asistir a cualquiera de las producciones que se muestran comercialmente.
Para el cronista, obviamente, es imposible presenciar tanto cúmulo de títulos. Pero de entre ellos no pueden dejar de mencionarse la excelente producción chilena Mi último hombre, de Tatiana Gaviola; la norteamericana En busca de Ricardo III, de Al Pacino; la brasileña El juego del cuatrillo, de Fabio Barreto o la mexicana Sin remitente, de Carlos Carrera.
El clima marplatense, con días escasos de sol y temperaturas bajas es también muy propicio para ver buen cine. Los organizadores, mientras tanto, tratan de que el festival halle su buen rumbo y se esmeran por limar asperezas que al principio irritaron tanto a las personalidades extranjeras como a los periodistas.
Las larguísimas colas que se forman frente a cada una de las salas son un reflejo de que, en este aspecto, el éxito está asegurado.



