Los niños karatecas que se rieron de los cacos
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Para los hermanos tailandeses Khruasuwan, Sriddej, de 12 años, y Smithi, de 9, todo empezó como un juego de niños. Fanáticos de la televisión, imitaban a las Tortugas Ninjas y a Bruce Lee. Nunca imaginaron que la ficción se trasladaría a la realidad.
Pero llegó el fin de semana último, cuando tuvieron que enfrentar a dos asaltantes que intentaron robarles sus bicicletas en la estación Barrancas del Tren de la Costa.
Al principio, los tailandeses, con su inocencia a cuestas, creyeron que se trataba de una broma. No fue así. Era cosa seria. Sriddej le pegó una patada en el abdomen a uno de los delincuentes -que medía 1,80 metro y tenía 20 años- y lo dejó tendido en el piso. El compinche, de 15 años, lo atacó, pero el niño, con hábiles maniobras, logró esquivar cada avance del joven ladrón.
Luego de ese hecho, los niños fueron requeridos por los medios para relatar su hazaña.
El mayor, Sriddej, es flaco y verborrágico. Es hincha de Boca y tiene a Diego Maradona como máximo ídolo. Smithi es todo lo contrario. Gordo y callado. Fanático de River. Se identifica con el delantero chileno Marcelo Salas.
Sin embargo, a la hora de defenderse no dudaron en apelar a sus conocimientos boxísticos.
Los pequeños atletas, que viven en Belgrano, llegaron a la Argentina hace ocho meses porque su padre, Somwang Khruasuwan, fue designado segundo secretario de la embajada de Tailandia.
Se comunican en inglés, pues todavía no lograron aprender el castellano. Además de practicar boxeo tailandés, su deporte nacional, juegan fútbol, ping pong y basquet.
"Por suerte todo salió bien, pero no me gusta que mis hijos peleen. Los ladrones salieron corriendo cuando vieron que un ciclista llamó a la policía, quizá la historia hubiera sido distinta", expresó el padre sobre el episodio.
La vida para la familia tailandesa transcurre con total normalidad en Buenos Aires. "Nos pudimos adaptar muy bien. Siempre estamos recorriendo los rincones de la ciudad. Nos encanta", dijo la madre de los chicos, Ravipan Khruasuwan.
Vida de chicos
Los pequeños van al colegio Islands International School. Sriddej está en séptimo grado y Smithi, en cuarto. Con ellos va su hermanita, Prang, de 5 años.
"Nuestros compañeros, cuando se enteraron de lo que pasó, nos felicitaron, no lo podían creer. En los recreos, nuestros amigos nos piden que hagamos una demostración de boxeo", comentó Sriddej, en perfecto inglés.
No tienen problemas para relacionarse en el colegio. Las maestras los ayudan y "ellos ponen mucho empeño en el estudio", contó su padre.
A Sriddej le encantan la matemática y el inglés. "Cuando sea grande quiero ser diplomático, como mi papá. Me encanta viajar y relacionarme con muchas personas de todo el mundo."
Pero Smithi tiene otros planes para el futuro: desea ser soldado para defender a su patria.
Los hermanos Khruasuwan parecen llevarse de maravillas. Tienen algunas discrepancias, como los equipos de fútbol. Pero en algo jamás podrán ponerse de acuerdo:
-¿Quién pelea mejor?
(Al unísono) -Yo.
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