
Murió uno de los condenados por el asesinato de Cabezas
Es Héctor Retana, miembro de la banda platense de Los Hornos
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LA PLATA.- Héctor Miguel Retana, uno de los asesinos de José Luis Cabezas, murió anteayer, a los 31 años, en la cárcel.
Retana, que padecía sida, falleció por un paro cardíaco, carente de toda defensa orgánica, tras una infección pulmonar generalizada.
Hasta hace días, Retana estaba preso en la Unidad Penitenciaria Nº 9, en esta ciudad. El 2 de febrero de 2000, la Cámara de Apelaciones de Dolores lo había condenado a prisión perpetua por participar en el crimen de Cabezas, el 25 de enero de 1997, en Pinamar.
Retana estaba en la Unidad 9 desde el 16 de mayo de 1997. Por entonces, informó a La Nación el Servicio Penitenciario provincial, ya había evidenciado los síntomas del mal que terminó con él.
El jueves de la semana última, su salud se agravó, con lo que fue trasladado al hospital San Juan de Dios. Pesaba 40 kilos, 30 menos que lo normal en él.
Al día siguiente se le dio el alta; según consta en el informe médico, era posible el manejo del paciente "en un medio hospitalario de baja complejidad".
Retana, entonces, fue internado en el pabellón de infectocontagiosos del Hospital Central Penitenciario, en la cárcel de Olmos. Allí, a las 19.30 de anteayer, sufrió un paro cardíaco. El Servicio Penitenciario afirmó que se intentó reanimarlo durante una hora y media, hasta que falleció, a las 21.
Hasta su encarcelamiento por el caso Cabezas, Retana vivió en el barrio de Los Hornos. Tres años antes había conocido a Mónica Lorena Oyharbide, una chica de un pequeño pueblo de la provincia, Oliden. Con ella, tuvo un hijo, Ariel, que hoy tiene 5 años.
Ariel es huérfano: Oyharbide murió el 18 de junio del año último, después de recibir un tiro en la cara. El principal sospechoso del ataque es el subcomisario de la seccional de Los Hornos, Jorge Carreras.
Los Horneros
Retana solía juntarse con otros tres muchachos del barrio: Horacio Braga, Gustavo González y José Luis Augé. Los tres están presos en la Unidad Nº 9, con prisión perpetua, también por el crimen del reportero gráfico. Los dos primeros habían actuado como partícipes primarios; eran coautores. Augé y el ahora fallecido Retana habían actuado como copartícipes.
Los cuatro delincuentes, que integraban la barra brava de Estudiantes y fueron bautizados Horneros -con indignación de los otros pobladores de ese barrio-, habían sido reclutados por el ahora ex oficial de policía Gustavo Prellezo, que es del mismo origen barrial, para secuestrar a Cabezas.
Los Horneros, finalmente, fueron condenados a prisión perpetua. En el caso de Retana, la pena se cumplió literalmente. Murió en la cárcel.
Sus amigos -entre ellos, los cómplices- pidieron que se lo velara con la camiseta de Estudiantes. Nunca pudo llegar a jefe de la barra brava.




