Patrimonio: dónde está la reliquia del Imperio Romano que llegó a la Argentina a mediados del siglo XX
La pieza tiene más de 2000 años de antigüedad y permanece escondida en una plaza icónica de la Capital
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Buenos Aires es una ciudad con una historia vasta y diversa, llena de monumentos y rincones que remiten a distintas épocas. Sin embargo, pocos saben que, en pleno corazón de Palermo, se esconde una pieza absolutamente excepcional: un fragmento auténtico del Imperio Romano, con más de 2000 años de antigüedad, que convive a diario con el ritmo frenético porteño.
Este monumento romano está ubicado en una plaza que originalmente se llamó De los Portones y que fue el punto de partida del primer tranvía eléctrico de la ciudad, que salió en 1897.

A comienzos del siglo XX, en 1904, se instaló allí el monumento al militar y político italiano Giuseppe Garibaldi, una imponente obra del escultor Eugenio Maccagnani. La inauguración fue encabezada por el presidente Julio Argentino Roca, quien compartió el palco oficial con Bartolomé Mitre.
A partir de 1909, la plaza adoptó el nombre que lleva hoy, Italia, en homenaje a esa numerosa colectividad europea que marcó la identidad porteña.
La plaza Italia, ubicada en la avenida Santa fe al 4000, está cerca del Ecoparque (exzoológico), del predio de La Rural y del Jardín Botánico. Es uno de los puntos más transitados de la ciudad: por allí pasan decenas de líneas de colectivos, la línea D del subte y miles de vecinos que la cruzan diariamente, junto con turistas y curiosos.
En uno de los extremos de la plaza, hacia el sector sur derecho y cerca de las rejas de hierro, se alza una columna romana que mira hacia la entrada principal de La Rural, y que viajó desde Roma a mediados del siglo XX rumbo a Buenos Aires.
Si bien la columna está en Plaza Italia desde 1984, ese no fue su primer destino en Buenos Aires. Al llegar al país fue instalada en la intersección de las avenidas Del Libertador y Luis María Campos. “La donación fue realizada en 1955, pero según los documentos que tenemos, el proceso para su emplazamiento se inició en 1958”, indicaron desde el Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño.
En un gesto de generosidad y con la intención de estrechar vínculos culturales, Italia decidió donar la columna para que pasara a formar parte del patrimonio argentino. “De acuerdo al registro que tiene Monumentos y Obras de Arte (MOA), la donación fue realizada por la ciudad de Roma en ‘simbólico testimonio de una común civilización y de los vínculos afectivos que ligan a las dos naciones amigas’”, afirmaron desde el Ministerio.
La pieza milenaria fue hallada durante una excavación en pleno corazón de Roma, en una zona donde el pasado emerge a cada paso y donde cualquier movimiento de tierra puede revelar fragmentos de la civilización que moldeó a Occidente.
Se trata de una columna auténtica del Imperio Romano, tallada hace más de 2000 años, que formó parte de la arquitectura monumental del Foro Romano. Ese espacio —centro político, religioso y comercial del Imperio— concentraba templos, basílicas, mercados, tribunales y palacios administrativos. Era el núcleo desde el cual se organizaba toda la vida pública romana.
En Roma, las columnas eran estructuras fundamentales: talladas en piedra o mármol y coronadas por capiteles que definían distintos estilos arquitectónicos —dórico, jónico y corintio—, cada uno con su propia simbología y nivel de ornamentación.
Los romanos, célebres por su maestría escultórica y su capacidad para unir ingeniería y estética, perfeccionaron estos elementos en templos y edificios civiles. La pieza porteña conserva ese legado: es de mármol blanco, mide 1,9 metros de altura y tiene 55 centímetros de diámetro. Aunque su tamaño puede parecer modesto frente a las columnas que aún se alzan en el Foro Romano, su valor histórico es enorme.
Hoy en día, la columna está a cargo del MOA. “Hacen el mantenimiento y cuidado como parte del patrimonio de la ciudad de Buenos Aires en el espacio público”, concluyeron desde el Ministerio. Gracias a esa tarea, esta reliquia de más de 2000 años de historia se conserva protegida y accesible para turistas, vecinos y curiosos.




