
Samantha Farjat dijo cómo le colocó la droga a Tarantini
Dijo que lo hizo por las amenazas de los policías y del juez Bernasconi.
1 minuto de lectura'
Las declaraciones y revelaciones explosivas parecen ser, hasta ahora, el hilo conductor del juicio oral y público en el que se tratan de develar las eventuales maniobras ilícitas que concluyeron con la detención del ex futbolista Alberto Tarantini en la causa por presunto tráfico de drogas que llevó tras las rejas, en octubre de 1996, a Guillermo Cóppola.
En la sala de los tribunales federales de Comodoro Py 2002, en Retiro, donde las acusaciones más comprometedoras alcanzan al ex secretario del juez federal Hernán Bernasconi, Roberto Schlägel, y a los ex policías antinarcóticos Daniel Diamante, Antonio Gerace y Carlos Gómez, ayer fue el turno estelar de la controvertida acusada Samantha Farjat.
Y fue fiel a su estilo. Aseguró que Bernasconi la despidió junto con su amiga Julieta La Valle con un "las felicito, se pueden retirar", después de haber cumplido con su parte del trato: dejar en el departamento de Natalia De Negri -otra compañera de ruta en la noche- la droga que los policías del grupo de elite pusieron a Tarantini para poder detenerlo.
Eso sí: aclaró, en todo momento, que ése y otros "trabajos" en favor de la causa de Bernasconi contra Cóppola y el empresario de locales nocturnos Alejandro Federico fueron realizados bajo coacción, ante la promesa de lograr la liberación del ex novio de Farjat Héctor "Yayo" Cozza y de no caer detenidas, víctimas de una maniobra idéntica a la que ellas mismas cometieron en perjuicio de Tarantini.
Y como para cimentar aún más el temor que provocaba en ella tal amenaza, Farjat denunció que Diamante (desde la cárcel de Caseros, donde cumple prisión preventiva) y su abogado Rubén Parnisari la presionaron hace pocos meses para que cambiara su declaración y beneficiara a los policías detenidos.
Ese reclamo -una nueva declaración redactada por el letrado y puesta en la mano de Farjat- fue el motor de una denuncia efectuada por ésta y que actualmente es investigada por el juez federal Adolfo Bagnasco.
Otra verdadera maratón
Desde las 10.45 hasta las 20.30, con tres intervalos que totalizaron dos horas, Samantha enfrentó al tribunal integrado por los jueces Guillermo Gordo, Luis Di Renzi y Miguel Pons. Y no defraudó.
Fueron siete horas y cuarenta y cinco minutos netos de un testimonio en el que Farjat habló de todo. O de casi todo, por respeto a su novio, presente en la sala, que matizó las partes de alto voltaje deglutiendo una tras otra las pastillas que le alcanzaba uno de los dos "patovicas" contratados por 70 pesos diarios para protegerla a ella y a La Valle.
El tramo más difícil para la, ayer, elegantísima señorita fue, sin dudas, el de las escuchas telefónicas. A tal punto que, tras la lectura de una especialmente comprometedora y que generó risas entre el público, se dirigió al juez Gordo y le espetó: "A mí no me parece nada gracioso. No entiendo de qué se ríen, cuando para mí todo esto fue muy doloroso".
Antes, hizo un relato pormenorizado de sus andanzas entre Buenos Aires y Dolores. Reconoció que el 23 de enero de 1996 fue "bien detenida" por orden del juez federal porteño Jorge Ballesteros por transportar hacia la costa atlántica pastillas de éxtasis. Lo de "bien detenida" fue, por su parte, bien aclarado: "Digo eso porque fue muy distinto a lo que pasó en octubre" de ese mismo año.
Y pasó a detallar: aseguró que, tras la detención de "Yayo", el 3 de ese mes, los policías de Bernasconi la mantuvieron virtualmente "secuestrada" en un hotel de Dolores.
Que un día después, los policías la instaron a colaborar para meter preso a Tarantini, bajo la amenaza de hacerlas apresar colocándoles cocaína. Y que al día siguiente fue a la casa de Bernasconi para ultimar los detalles de la colaboración.
De paso, aseguró haber visto al juez "borracho y drogado" y dijo que todas las declaraciones que hizo -salvo ante el juez Roberto Marquevich, cuando denunció a Schlägel y a los policías- fueron armadas en el juzgado de Dolores.
Y, para rematar, echó tierra sobre el periodista de la agencia Télam Oscar Pinco, citado para el viernes: de él aseguró que tenía llegada irrestricta a Bernasconi y que fue testigo de la entrega de la droga que hundió tras las rejas a Tarantini.
Indiscreciones telefónicas
Uno de los momentos seguidos con más detenimiento en la audiencia de ayer fue el de la lectura de unas 30 escuchas telefónicas del aparato celular de Héctor Cozza -ex novio de Samantha Farjat-, que estuvo en poder del ex policía Daniel Diamante entre el 3 y el 24 de octubre de 1996. Esas desgrabaciones, se observó en la sala, describían la tortuosa relación entre los agentes especiales del juez Hernán Bernasconi y las chicas que, en ese tiempo, colaboraron con las presuntas maniobras ilegales ordenadas por el magistrado de Dolores.
Además de relatar declaraciones de amor y de celos con propuestas sexuales incluidas, las escuchas denotan que hubo un acuerdo para poner droga en la casa de Natalia Denegri con el objeto de incriminar al ex futbolista Alberto Tarantini.
1- 2
Así es la ruta de ascenso al Lanín en la que Christian Petersen sufrió una falla multiorgánica
3“Actuó con negligencia”. Imputan a un operario de una clínica el inicio de un incendio forestal en Bariloche
- 4
Aumenta la preocupación en Rosario por un reto viral entre adolescentes de tomar diez pastillas de paracetamol seguidas



