Tomó como rehenes a seis personas
Dos de ellas sufrieron crisis de nervios; una clienta y su hijo pudieron esconderse; un panadero logró escapar
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LA PLATA.- Un delincuente de 21 años intentó robar una panadería, en esta ciudad, y mantuvo como rehenes a seis personas durante dos horas. El asaltante se entregó, luego de que acudieron al lugar sus padres y lo convencieron. Su cómplice, una muchacha de 19 años, fue detenida poco después de que comenzó el asalto.
Todo se inició a las 8.40 de ayer, en el comercio Le Bon Pain, situado en la esquina de las calles 13 y 32. Luis Silva y Mirna Soledad Alegre llegaron al lugar en un remise: un Fiat Duna blanco. Frente a la panadería, un hombre estaba parado al costado de su Fiat Palio rojo, con el capó levantado, junto con el empleado de un servicio de asistencia mecánica.
Según informaron fuentes policiales a LA NACION, Silva sacó una pistola 11.25 y un revólver 32 largo y obligó a aquellos dos hombres a entrar en el local. Detrás ingresó Alegre, y el remisero se retiró. Más tarde, el conductor fue a la comisaría 2a. y dijo que no conocía a la pareja, que sólo lo habían contratado para hacer un viaje.
En la panadería, en tanto, había una clienta, dos empleadas y dos panaderos. Uno de ellos pudo escapar sin ser visto y avisó al dueño del local, Horacio Larrivey, y al Comando de Patrullas. También había una mujer y su hijo de 14 años, que pudieron esconderse en el baño, sin que los ladrones notaran su presencia. En cambio, fueron tomados como rehenes las empleadas Natalia Bertuya y Betina Maldonado, el panadero Raimundo Ruiz, la clienta y los dos hombres que estaban en la puerta y que habían sido obligados a ingresar.
Mientras Silva llevaba a las víctimas a la parte trasera del local, su cómplice se paró en la entrada, para hacer de campana, sin armas de fuego. Fue entonces cuando una mujer policía la aprehendió.
Dentro del comercio, el asaltante apoyó la pistola en la cabeza del panadero Ruiz y le exigió que le sacara las pertenencias a cada uno de los rehenes. Después, lo llevó hasta la caja registradora. Había 317 pesos y patacones. Silva los tomó.
Entonces, vio que la policía había llegado al lugar. Eran más de 50 efectivos de la Brigada Halcón, del Comando de Patrullas y de la comisaría 2a. Estaba también el titular de la Jefatura Departamental La Plata, comisario mayor Carlos Belén, quien pidió al propietario de la panadería el número de teléfono del local y llamó para iniciar las negociaciones. Ante el reclamo de Silva, rápidamente arribaron el fiscal Marcelo Martini y el juez de garantías Néstor De Aspro.
El dueño del comercio dijo a la prensa que una de sus empleadas, Betina Maldonado, le había contado que el asaltante le dio la dirección de su casa, en el barrio La Favela (uno de los lugares más peligrosos de la ciudad), y le pidió que fuera a entregarle el botín del robo a su madre.
Pero la maniobra se abortó cuando los padres del delincuente llegaron hasta el lugar para convencerlo, luego de que aquél suministrara a la policía la dirección de la villa donde vive. A las 10.45, el ladrón salió de la panadería abrazado a su padre y fue detenido. Las dos rehenes sufrieron una crisis de nervios.
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