Tras la inundación: las enfermedades para las que se prepara el hospital municipal de Bahía Blanca
Brotes, lesiones y medicación son las principales consultas que se esperan en la institución
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El hospital municipal de Bahía Blanca logró sumarse hace tres días al comité de emergencia que coordina la respuesta tras el temporal que el viernes pasado devastó medio distrito. Ese día, mientras caían techos e ingresaba el agua, el equipo de guardia atendió a dos pacientes críticos que llegaron por una urgencia quirúrgica y un infarto. Cuando el agua empezó a retirarse, el fin de semana empezaron a llegar pacientes con hipotermia, lesiones por caídas, aplastamiento y heridas en general. Ayer, se preparaban para recibir lo que vendrá.
Entre el domingo y el lunes, la demanda fue retomando su ritmo habitual en las áreas que están operativas. Unas 200 personas por día consultan desde el fin de semana, comparado con las 650 que suelen recibir entre Emergencias y el resto de los servicios. “Pensamos que se va a ir incrementando porque recién ahora se está empezando a recuperar la movilidad y la comunicación”, explicó Adolfo Máximo Quispe Laime, jefe del Departamento de Medicina Crítica del Hospital Municipal Leónidas Lucero y coordinador del Comité de Catástrofes. “Necesitarán atención por enfermedades asociadas con el problema sanitario ambiental que deja la inundación”, continuó el médico en diálogo con LA NACIÓN.
Los equipos de las áreas de Infectología y Epidemiología trabajan en el protocolo para la atención de diarreas agudas por afecciones gastrointestinales, casos de leptospirosis y otras enfermedades asociadas con la contaminación por efluentes cloacales. “Tenemos, en adelante, alto riesgo de este tipo de brotes, lesiones asociadas al tratar de reparar estructuras colapsadas y, también, los rescatistas”, agregó Quispe Laime, que recordó la respuesta del hospital durante el temporal de 2023. “En ese momento, tuvimos muchos trabajadores municipales con lesiones durante las tareas de recuperación”, mencionó.
Sistema sanitario
Bahía Blanca cuenta con un sistema prehospitalario que está operativo. Con la emergencia, perdieron tres ambulancias. Este lunes, las unidades ya podían circular por el centro para las asistencias. Representantes de las instituciones públicas y privadas del sistema de salud bahiense participan en el comité local que coordina la respuesta a la emergencia. El hospital Lucero se incorporó hace tres días.
“Pudimos mantener operativo el hospital, a pesar de los problemas por la inundación. Ahora, la atención está más coordinada con los centros privados que están funcionando. Solo el Hospital Privado del Sur no está operativo por problemas eléctricos. De a poco, el hospital provincial Penna está reactivando el servicio de diálisis, con un plan de contingencia para la atención por Guardia y en menor volumen que lo habitual. En hospital municipal, que es referente local de la atención de complejidad media, funciona al 100%, con la terapia intensiva aún al 50% porque tuvimos que evacuarla”, detalló el profesional.
La fuerza con la que avanzaba el agua provocó el derrumbe de techos e inundó el área de cuidados críticos. Trasladaron a todos los pacientes de terapia intensiva pediátrica y de adultos a otra área con capacidad para sostener la asistencia respiratoria, de acuerdo con el plan de emergencia ante catástrofes para mantener operativo el hospital. También se inundó el área de consultorios de atención ambulatoria.
Ubicado en una zona alta de la ciudad, rodeado por los brazos del arroyo Napostá, el hospital sufrió el arrastre del desborde del canal Maldonado. “Al día siguiente, el agua escurrió y eso nos permitió recuperarnos más rápido. Tenemos que reconstruir el ala de cuidados críticos y de los servicios de gastroenterología y neumonología que quedaron dañados”, detalló Quispe Laime en diálogo con LA NACIÓN. Nueve son las camas habilitadas en la terapia intensiva unificada, con capacidad reducida. Ahí no hay aún pacientes pediátricos. Prevén que a mitad de esta semana vuelta a estar operativo el módulo B de cuidados críticos donde se derrumbó el techo y se inundó.
En ese momento, el viernes pasado, en medio del traslado de los internados a otra área, ingresaron dos pacientes en estado crítico: una urgencia quirúrgica que debió atenderse con asistencia del médico intensivista que estaba de guardia porque no podría llegar el anestesiólogo debido a los estragos que estaba causando el temporal. “Se admitió, también, una persona que tuvo un infarto agudo de miocardio frente a las pérdidas que le estaba causaba el agua. Afortunadamente, ambos están bien”, relató el médico.
Ese viernes, el personal que estaba de guardia no tuvo relevo y, recién entre ayer y anteayer se liberó a los equipos y se organizó el recurso humano para trabajar las próximas semanas. Están, también, los que sufrieron pérdidas por el temporal. El hospital Lucero cuenta con unos 1100 empleados, entre profesionales, técnicos, personal de servicio y administrativos, con 140 camas de internación en total. “Hoy [por ayer], la planta nos permitiría a partir de este miércoles mantener en funcionamiento todas las áreas de atención posible y el manejo de los pacientes que vendrán, sea con enfermedades crónicas y por brotes”, dijo Quispe Laime.
Tratamientos
En los próximos días volvería a estar en uso un tercer quirófano de los seis disponibles para retomar, de a poco, las cirugías programadas suspendidas para no sumar complicaciones. “El sistema de salud está habitualmente muy demandado y, en una situación de crisis como la actual, todavía más”, mencionó el profesional ante la consulta de este medio. “Ya estamos recibiendo pacientes con diabetes que requieren insulina y otros que también perdieron sus tratamientos. Se están acercando a los hospitales para seguir recibiendo la medicación, que se están entregando según la disponibilidad de stock. Esto, también, va a ser motivo de consultas en las próximas semanas”, refirió el profesional.
Este lunes, el Ministerio de Salud nacional envió unos 20.000 tratamientos en botiquines de emergencia con los medicamentos requeridos por su par bonaerense. Incluyen antiinflamatorios, analgésicos, antibióticos, corticoides, broncodilatadores y fármacos para la atención de enfermedades crónicas como las cardiovasculares y la diabetes. El hospital móvil de la Dirección Nacional de Emergencias Sanitarias también cuenta con farmacia para atender urgencias y con medicamentos esenciales, además de un vacunatorio. Ahí, según se indicó oficialmente, se están recibiendo consultas de adultos mayores.
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