Zárate, una ciudad en plena expansión

ZARATE.- Hasta no hace mucho tiempo, en Zárate no existían altos edificios de viviendas, ni countries ni empresas de catering.

Pero, como consecuencia de la radicación de industrias de alta tecnología en la periferia de la ciudad, en los últimos cinco años el municipio bonaerense se transformó en un pujante polo de desarrollo urbano gracias al crecimiento de los sectores inmobiliario, portuario, gastronómico y de servicios.

La ciudad ostenta hoy en su casco seis torres de departamentos y en los alrededores un barrio cerrado, ya saturado por la demanda de los ejecutivos de las compañías, que ahora residen en el predio.

"Los zarateños favorecidos por el impulso económico de la región compraron unidades en los edificios. Y también hubo demanda de algunos inversores que luego las alquilaron a empleados de las grandes plantas", indicó a La Nación Cecilia Videchea, de la inmobiliaria Videchea.

Según la interlocutora, el auge industrial generó necesidades de vivienda que estimularon el desarrollo de emprendimientos edilicios. "Todavía quedan en carpeta otros proyectos por aprobar para construir dos countries más. El único que existe, El Casco, ya está completo", concluyó. La ciudad, situada a 80 kilómetros de la Capital, a la vera del Paraná de las Palmas, también debe parte de su renovado status al funcionamiento de un moderno complejo de estaciones fluviales privadas.

"Por el Autopuerto Terminal Zárate (ATZ) sale el 92% de los automóviles exportados al Mercosur. A esta boca se suman Zárate Port y Delta Dock", señaló Horacio Gallinat, de la Unión Industrial local (UIZ).

Varios restaurantes céntricos, reciclados para satisfacer paladares más exigentes, y la aparición de una veintena de microempresas de catering complementan el perfil de una ciudad en progreso.

"Nació en los establecimientos industriales una demanda de suministro de raciones de comida. Para satisfacerla, se crearon varias pequeñas proveedoras en Zárate. Otras vinieron de afuera", describió Nelson Valle, presidente del Centro de Comercio e Industria zarateño.

Gallinat agregó que "los gastronómicos reaccionaron a tiempo y se modernizaron. Funcionan muy bien los negocios reciclados en plena ciudad".

Sin embargo, a la par del avance comercial, surgieron en Zárate voces que reclaman mejoras aún más profundas en la infraestructura urbana para integrar definitivamente la comunidad local con los protagonistas del cambio en la producción.

El municipio dirigido por el justicialista Oscar Morano desde 1995 corre con la ventaja de estar emplazado en un nudo de vías de comunicación terrestres y acuáticas que lo transforman en el puente argentino al Mercosur por excelencia.

Su estratégica estructura ferrovial -donde convergen las rutas nacionales 9, 12, 193 y 8 y las líneas de trenes Mitre y Urquiza- canaliza la producción del cordón industrial Buenos Aires-Rosario, del oeste y del norte del país. El complejo Zárate-Brazo Largo, que une las orillas bonaerense y entrerriana del Paraná, conecta la ciudad con los aliados mercantiles Uruguay, Brasil y Paraguay. La actividad portuaria, derivada de la unión fluvial, refuerza, además, la relación comercial regional.

Gran crecimiento

El que en sus orígenes, a fines del siglo último, fue un pueblo diseñado para 6000 personas, pasó de tener 98.700 habitantes en 1996 a 102.500 en la actualidad. Así lo confirman las planillas de la Dirección Provincial de Estadísticas, aunque en el ámbito local aseguran que existe un sobrerregistro de otros 10.000.

¿Qué originó la transformación demográfica en la segunda mitad de esta década? La explosión industrial, principalmente desplegada en los rubros alimentario y químico.

En ese lapso se instalaron en Zárate las plantas de las cerveceras Quilmes e Isenbeck y de la automotriz Toyota. Estas tres empresas no hicieron más que poner el moño al paquete integrado por TFL (ex Ciba), Bayer, Hoescht, Eastman Chemical, Protisa, Witcel, Ailinco, Monsanto, Faplac, Ipesa y la Cooperativa Eléctrica de Zárate, entre un listado de más de 40 compañías.

"Así, se abrieron alrededor de 4000 puestos de trabajo. El ciento por ciento de los operarios es nativo, pero el porcentaje se reduce a sesenta en los cargos de supervisión. Y casi no hay zarateños en las cúpulas empresariales. Hubo una migración de porteños y rosarinos; algunas personas, incluso, llegaron del exterior", explicó Gallinat.

Pero, a la sombra del crecimiento, se cultivan las inquietudes por un futuro que puede llegar sin prosperidad si Zárate no profundiza el soporte del cambio.

El representante de la UIZ sostuvo: "Fuera de El Casco, donde ya no hay más lugar, los ejecutivos no encuentran recreos del nivel que solicitan. Quieren jugar al tenis después de trabajar y no tienen aquí un espacio. Por eso, vuelven a Buenos Aires al terminar la jornada. O eligen radicarse en Pilar. Zárate necesita con urgencia más inversiones para este sector".

También consideró conveniente la instalación de un nuevo centro de gastronomía más cercano a las plantas: "Algunos no pueden viajar siete kilómetros a la hora del almuerzo. Y las comidas de negocios requieren de un ambiente especial".

Reclamó, además, una mejora del camino al parque industrial. "Las mercaderías se arruinan dentro de los camiones porque golpean contra sus paredes. General Motors ya no se compromete a seguir despachando por ATZ su producción. A Protisa, que fabrica artículos en papel tissue, un supermercado le devolvió la mercadería porque no podía exponerla abollada en las góndolas", concluyó.

Valle, del Centro de Comercio, también se refirió al transporte de mercaderías: "La actividad comercial se mezcló de manera desordenada con la vida cotidiana en Zárate y afecta su desenvolvimiento. El tránsito pesado debería tener carriles especiales, en vez de circular como ahora por las calles de la ciudad", manifestó.

"Aquí -dijo- hay un gran potencial de desarrollo relacionado directamente con la capacidad de contener. Pero todavía falta profesionalismo para recibir este fenómeno inédito."

Por Ángeles Castro

---

Conforme a