Cómo es Chrome, el navegador de Google
A una década de su nacimiento, el gigante de las búsquedas en la Web hace una apuesta fuerte con un browser que agrega funciones muy interesantes a las tradicionales. Qué es lo que está en juego detrás de esta acción
Google cumplió diez años el domingo último, como culminación de una semana en la que, sin previo aviso, presentó su navegador Web Chrome . En su primer día de vida pública acumuló más de 6,5 millones de descargas, cortesía de atracción que, por un motivo u otro, genera el gigante de las búsquedas en línea.
Chrome se descarga de www.google.com/chrome , está en español y para Windows; eventualmente habrá versiones para Mac OS X y Linux. Es de código abierto, y comparte su núcleo (el motor que se ocupa de interpretar el HTML de las páginas Web) con Safari , el navegador de Apple. También tiene componentes de Firefox y suma elementos propios, como un motor de JavaScript orientado a optimizar el uso de aplicaciones online.
En estas dos últimas palabras está la clave del éxito en el mundo de los navegadores, que en las casi dos décadas de vida de la Web han tenido un padre, Mosaic , y dos hijos que se disputan la herencia, Internet Explorer (IE) de Microsoft y las encarnaciones de Netscape (hoy Firefox ). Está en juego mucho más que una aplicación para ver blogs o leer noticias, teniendo en cuenta la importancia que tiene hoy la Web para cualquiera de nosotros. De ahí la denominada guerra de los navegadores, que tuvo como temprano vencedor a Netscape , y que hace años domina IE, aunque perdió mucho terreno en los últimos años.
Google ya no es sólo un buscador; sus servicios compiten con las versiones que se instalan en la PC, como los clientes de e-mail, los álbumes de fotos o las suites de oficina. Para hacer que estos servicios sean realmente atractivos, se deben agregar funciones, lo que los hace más complejos.
Esto obliga al navegador a manejar más información, incluyendo cosas para las que no fue ideado, y el browser (sea cual fuere) no siempre tiene éxito ni ofrece la performance que a los de Google les gustaría ver.
Al menos, así lo ven en las oficinas del gigante de la Web: los sitios estáticos, con texto y unas pocas imágenes, ya son cosa del pasado. Hoy, argumentan, todo tiende a lo interactivo, a lo multimedia, a la suma de herramientas online más poderosas, a lo que se denomina en la jerga informática Cloud Computing; es decir, a alojar las aplicaciones en Internet y permitir al usuario acceder a ellas en forma remota con la computadora, como se hacía en los albores de la informática con las terminales, que accedían a las aplicaciones alojadas en un servidor central, cargando localmente una interfaz (el software cliente).
La diferencia es que aquí el acceso se hace en cualquier parte del mundo, desde conexiones y equipos sobre los que es imposible tener control. Con Chrome , Google busca optimizar al menos uno de los componentes; es decir, el navegador que sirve como interfaz para acceder a esos servicios.
La lógica que fundamenta la estrategia de Google de ofrecer un producto gratis y de código abierto, en el que cualquier programador puede aprovechar las ideas y tecnologías puestas en funcionamiento por la compañía, es que un navegador pensado desde el vamos para estas aplicaciones online (como sería Chrome ) tendrá una mejor performance accediendo a ellas.
Al hacer que esos sitios resulten más útiles porque sus herramientas logran su cometido en tiempo y forma, los usuarios estarán más interesados en usar servicios Web en vez de depender de las versiones tradicionales, y ahí Google tiene todo por ganar.
Durante años se especuló con que Google podría desarrollar un sistema operativo; a la compañía le conviene más un navegador multiplataforma, para tener así una vía de acceso universal a sus servicios y no preocuparse por la compatibilidad del hardware, el soporte para aplicaciones y demás. Por eso, también, tendrá una versión en Android, el sistema operativo de código abierto para móviles que propulsa la compañía.
Un browser discreto
Chrome es minimalista. No busca protagonismo, es apenas un vehículo para acceder a las aplicaciones Web. Ofrece pestañas, una barra de múltiples usos y media docena de botones. Para ver las últimas páginas visitadas, por ejemplo, hay que mantener presionado el botón de la flecha de retroceso. Los menús están escondidos en dos botones; en el primero, Página , es posible crear un acceso directo en el Escritorio a una página determinada; al abrirla, ni siquiera mostrará la pestaña o la barra de direcciones. Se comportará como una aplicación más, sólo que almacenada en un disco rígido remoto.
También puede transformarse una pestaña en una ventana propia con sólo descolgarla de las demás.
Chrome usa una barra de direcciones de múltiples funciones. Además de anotar allí la dirección de la página Web que queremos visitar, podemos iniciar una búsqueda, tanto en Google como en otros servicios. Estos se pueden agregar haciendo clic con el botón secundario el mouse sobre la barra, y luego eligiendo Editar motores de búsqueda . El browser también reconoce, a veces, servicios de búsqueda específicos de un sitio y permite incorporarlos. Luego se podrá hacer una consulta escribiendo la palabra clave para activarlo ( flickr , por ejemplo) y la consulta.
Además, al tipear una palabra, mostrará páginas ya visitadas que tengan esa palabra en la dirección (como Firefox ) y sugerirá frases populares ingresadas en ese motor de búsqueda.
Es posible crear un marcador de una página favorita; y en la página de inicio se muestran, en forma automática, miniaturas de las últimas 9 páginas visitadas. Esto se controla desde Herramientas>Opciones , donde también es posible indicarle a la aplicación que restaure las pestañas cerradas al salir del navegador. Esto es útil porque no da ningún alerta al cerrar todas las pestañas.
Chrome permite navegar sin dejar rastros en el historial ( Página> Nueva ventana de incógnito o Control+Mayúsculas+N ); así, ningún sitio visitado aparecerá entre las sugerencias de la aplicación o en el archivo histórico de páginas accedidas. También incluye un gestor de descargas y las funciones de seguridad necesarias hoy en cualquier navegador, para operar sin problemas con la banca electrónica, y un sistema de defensa contra código malicioso, que limita sus atribuciones y no le permite abandonar el ámbito del browser.
Una de las funciones más promocionadas y que hacen que más que un navegador sea un entorno de acceso a aplicaciones remotas es el manejo independiente de los procesos activados al visitar un sitio, y de su motor de JavaScript optimizado para estas aplicaciones en línea. Cada pestaña se maneja en forma discreta; así, si una de ellas deja de responder (porque el código que envió el sitio es erróneo, o está a la espera de más datos) es posible cerrarla sin poner en peligro las otras sesiones. De hecho, Chrome incluye un administrador de tareas (se activa con el atajo Mayúsculas+Esc ), que muestra qué está haciendo cada pestaña, cuánta memoria RAM y ciclos del procesador consume, y permite cerrarla si no está funcionando correctamente.
Por ahora no es posible agregar funciones al navegador. Incluye un plugin para reproducir contenido en Flash; para cargar aplicaciones Java es necesaria la versión 6.10 (todavía en desarrollo), que es posible descargar aquí: http://java.sun.com/javase/downloads/index.jsp . Hay que bajar la que dice JRE 6 Update 10 RC .
Existe, además, una versión no oficial de Chrome que no requiere instalación (para llevar en un pendrive, por ejemplo), disponible en http://stadt-bremerhaven.de/2008/09/03/portable-chrome-021510/ .
A Chrome no le faltan desafíos. Aunque cuenta con el formidable espaldarazo de Google, y funciona bien, para ser un jugador de peso debe convencer a los usuarios de Internet Explorer de abandonar terreno conocido. Y habrá que ver cómo responde Microsoft con la versión 8 de su navegador, hoy en desarrollo. Para los usuarios de Firefox están ausentes las extensiones que complementan a este navegador (aunque no se descarta que se incluya un sistema similar en próximas versiones de Chrome ). Además, para la versión 3.1 los desarrolladores de Firefox prometen un motor de JavaScript capaz de ofrecer una performance similar a la que ofrece Chrome , un indicio más de que la guerra de los navegadores, que parecía terminada, está más activa que nunca.