
El primer prócer de la Internet
Jonathan B. Postel fue mucho más que uno de los padres de la Red. Fue uno de los más respetados y queridos miembros de la comunidad virtual. Murió el 16 de octubre, a los 55 años.
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Apenas tres días después del fallecimiento de Jonathan Postel, ocurrido el 16 de octubre, Eduardo Suárez, de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísica de la Universidad Nacional de La Plata, nos reenvió el mensaje donde Vinton Cerf, creador de los protocolos TCP/IP, daba a conocer la penosa noticia a la comunidad virtual. Decía Cerf:
"Queridos internautas,
es con la mayor de las tristezas que les informo que nuestro amado IANA ( Internet Assigned Numbers Authority ), Jonathan B. Postel, falleció el último viernes 16 de octubre, mientras se recuperaba de una operación de cirugía cardiovascular en el hospital St. John´s en Santa Monica (California). El internauta Danny Cohen estaba con él y me dijo que su muerte fue súbita, pero seguramente indolora. Jon fue el primer miembro individual de la Internet Society (ISOC) y sin duda uno al que debemos la mayor gratitud.
"Muchas cosas se están planeando para recordar y honrar a Jon, ustedes encontrarán algunas de ellas en la home page de la ISOC: https://www.isoc.org .
"Hemos perdido -continúa Vinton Cerf- nuestro norte, pero nuestras brújulas seguirán funcionando, si recordamos la sabiduría y guía de Jon. Se ha ido antes que nosotros, pero espero con ilusión encontrarme con él de nuevo, algún día".
El misionero
Como sabe casi cualquier veterano de la comunidad virtual, Postel fue uno de los verdaderos pioneros de la Internet, y su mérito más conocido fue el establecimiento de una autoridad para la asignación de números para la Red, que, según la gacetilla de prensa de la IANA, "actuó como el centro de coordinación, locación y registro para las direcciones, nombres y parámetros de protocolo desde los primeros días de la Internet".
Graduado en Ingeniería y con un doctorado en Ciencias de la Computación de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA), Postel se involucró, directamente desde la UCLA, con la incipiente Arpanet, que daría luego origen a la Internet. Trabajó en los protocolos de comunicaciones a nivel del sistema operativo y las aplicaciones, contribuyó al desarrollo del Network Measurement Center y en el de varias actividades relacionadas con la infraestructura de la Red, como el dominio .us (correspondiente a los Estados Unidos) y la mencionada IANA.
La estampa de Postel era tan arquetípica como su papel en la construcción de la comunidad virtual: pelo y barba largos y canos le daban en sus últimos años un aire de anciano sabio y bueno con raíces en la década del 60, la década en la que Internet comenzaba a dar sus primeros pasos. Este hombre, junto con muchos otros, trabajaba ya entonces contra reloj para que la Red hiciera pie en un mundo que no sospechaba lo que se venía.
Hasta aquí, la reseña más o menos clásica de un ingeniero fundador de la virtualidad. Pero Postel fue mucho más que eso. "Fue uno de los más respetados y queridos miembros de la comunidad de Internet", dice el informe de la IANA sobre su muerte. Modesta devoción, lealtad sin parangón y sabiduría técnica son las frases que se usan a menudo para referirse a este hombre. Su desinterés y su conocimiento lo hicieron traspasar incluso el calificativo de gurú ; para la revista The Daily Flame, Postel fue un Dios de la Red .
Esto, en un entorno que suele calificarse de frío e impersonal, un ambiente en el que siempre creemos que sólo se habla de computadoras y de código binario.
Por cierto, dicho ambiente no es sino un mito; muchos de los próceres virtuales -Postel quizá sea el primero- estaban bien lejos de parecerse a un estereotipo hollywoodense.
Danny Cohen, que trabajó 16 años con Postel y lo acompañó en su lecho de muerte, tiene en línea una ilustrativa remembranza en el site de la Internet Society ( https://www.isoc.org ). Vale la pena leerla. "Me divierte leer en los diarios que Jon era el director de la IANA. Jon era la IANA. Más importante aun, Jon era la memoria corporativa de la Internet," escribe Cohen allí, y más adelante dice: "La Internet no era tan sólo su trabajo.Era su hobby y su misión en la vida. Fue el misionero de la Red".
Vinton Cerf no es menos contundente en su aprecio por Postel. En la carta distribuida a los internautas que citamos al principio dice que espera encontrarse de nuevo con él alguna vez, y esto no es algo que se diga por compromiso en la necrológica de una celebridad distante; es lo que decimos de un hermano, de un amigo íntimo, de un maestro. Eso fue Postel para quienes lo conocieron.
Su memoria también queda en el espacio virtual. Su página sigue en línea (precedida ahora por la noticia de su deceso) y lo pinta de cuerpo entero: humilde y sintética. Visítela, y visite también la de la Internet Society. Todavía más, ríndale tributo reflexionando sobre sus ideales de cooperación, libertad, autoridad distribuida, organización no jerárquica y estándares abiertos. Sin ellos, Internet hoy no existiría.





