
Lo mejor del XP, pero con Windows 8
Como les adelanté hace un par de meses, el ciclo de vida de Windows XP concluyó el martes último. Esto no significa que haya dejado de funcionar, como ya habrás notado, si lo tenés en alguna máquina. Significa que ya no recibirá actualizaciones de ninguna clase; las que más deben preocupar son las de seguridad. Microsoft firmó el certificado de defunción del veterano, pero todavía inmensamente popular sistema operativo, publicando, el martes último, las dos actualizaciones de seguridad finales (y otras dos para Office 2003, cuyo soporte también caducó el 8 de abril).
Si no ocurre nada fuera de lo normal de acá al 13 de mayo, cuando la compañía detrás de Windows vuelva a publicar su ronda mensual de parches y correcciones, quedan, pues, menos de 30 días para reemplazar nuestros trajinados XP. En esta columna ( http://www.lanacion.com.ar/1664239) hay un variado menú de opciones, no sólo para el sistema operativo, sino también para las aplicaciones que venías usando hasta ahora. De lo que no cabe duda es que tenés que sacar XP de tu equipo cuanto antes, excepto que no te conectes nunca a Internet.
Las opciones son básicamente dos: migrar a Linux o a Windows 8. Los pros y contras de pasarse a Linux están en la columna mencionada arriba. Migrar a la octava versión de Windows es un asunto muy diferente. Microsoft cambió de forma radical el entorno de trabajo en la más reciente versión de su sistema operativo, enfocándose en las pantallas táctiles, de modo que los que usamos teclado y mouse quedamos un poco perplejos y bastante desorientados.
Perdón, pero no te conozco
Algunas personas se adaptan fácilmente a Windows 8, doy fe; sobre todo quienes tienen computadoras con pantallas táctiles. Otros usuarios, en especial los que tuvieron una informatización tardía o aquellos que, con todo derecho, se quieren concentrar más en su trabajo que en los pormenores del sistema operativo, sienten que deben aprender todo otra vez. De verdad, esto no es divertido. Por algo Apple, que sigue dando lecciones magistrales de usabilidad, mantiene dos versiones de sus sistemas, uno para computadoras y otro para tablets y teléfonos.
A no desesperar. Hay una serie de trucos que te permitirán configurar Windows 8 para que funcione y se parezca un poco más al XP o al 7. No se trata de un paso atrás o de negarse al progreso técnico. Algunos cambios incorporados en Windows 8 fueron positivos; otros, no. Por eso Microsoft tuvo que poner reversa y, entre otras cosas, restaurar al Botón Inicio.
No revisaré en esta columna los programas que ayudan a cambiar la interfaz del sistema, porque cuando se modifican cosas en el software de código fuente cerrado –es el caso de Windows– puede haber problemas. Incluso con aplicaciones excelentes, como Classic Shell (http://www.classicshell.net).
Aclaremos algo
Así que vamos a hacerle retoques a Windows 8 para que te permita trabajar mejor con teclado y el mouse. Una aclaración, primero. Una aclaración sintomática, pero necesaria. Hay 3 cosas llamadas Inicio en Windows.
1) La Pantalla Inicio, que es lo primero que se muestra Windows 8 cuando la máquina termina de arrancar.
2) El Botón Inicio, que nació con Windows 95 y NT y desapareció con Windows 8 (pero retornó parcialmente con Windows 8.1).
3) El Menú Inicio, que en 95, 98, NT, 2000, XP, Vista y 7 contenía una serie de atajos a funciones, dispositivos y programas y que, en 8.1, intenta hacer algo parecido.
Así que, acordate, tenés la Pantalla Inicio (con la onda Metro y para pantallas táctiles) y el Botón y Menú Inicio (mejor adecuados al trabajo con teclado y mouse).
Actualizar la actualización
Muy bien. El primer paso para mejorar tu experiencia en Windows 8 es actualizarlo a 8.1. Esto tendrá dos efectos sobre el sistema. Primero, colocará una suerte de Botón Inicio en la esquina inferior izquierda de la pantalla. Segundo, te permitirá instalar el Update que salió el martes último. Y ya sé que este párrafo parece sacado del Libro de Los Misterios Esotéricos del Triple de Miga. Vamos paso por paso.
El asunto es así. Las nuevas computadoras vienen con Windows 8. Si decidís comprar un Windows en caja o adquirirlo en la tienda de Microsoft, lo mismo, será un 8. No un 8.1, sino el 8 original. El 8.1 no se consigue en caja ni viene en las computadoras nuevas. Tenés que actualizar el que ya tenés.
Para sumar un poco de confusión a un escenario que, como vas a ver, está plagado de desvíos, la actualización a Windows 8.1 no se obtiene en Windows Update, como sería de esperar, sino en la tienda de aplicaciones de Microsoft. Y algo más: para actualizar del 8 al 8.1 es menester primero instalar todas las actualizaciones que salieron previamente, algo que sí se hace desde Windows Update.
¿Mareado? Éstos son los pasos.
1. Instalar todas las actualizaciones que se encuentren disponibles para Windows 8 en Windows Update. Hay varios caminos para ir a Windows Update; el más sencillo es hacer clic con el botón derecho en el banderín que se ve en la esquina inferior derecha de la pantalla y elegir Abrir Windows Update.
2. Completado este proceso (vas a tener que reiniciar, casi seguramente), tenés que ir a la tienda de Microsoft, en la Pantalla Inicio. Para eso, apretá la tecla con el logo de Windows, lo que te llevará a la Pantalla Inicio, y buscá ahí el ícono etiquetado Tienda.
3. La actualización a 8.1 debería aparecer destacada para tu sistema. Si no, podés hacer una búsqueda. Cuando la hayas localizado, instalala. Esto llevará un buen rato, porque se descarga un archivo muy grande. También vas a tener que reiniciar.
4. Una vez que tengas Windows 8.1, hay que ir de nuevo a Windows Update e instalar la actualización etiquetada, lacónicamente, Update (siguiendo un uso ya bastante difundido, la llamaré Update 1). Tendrás que reiniciar por tercera vez.
(Aclaración para administradores de sistemas: el jueves Microsoft descubrió que había un error que afectaba el servicio de actualización de Windows Server y retiraron el Update 1. Están trabajando para parchar eso. También recibí el jueves informes de instalaciones fallidas, algo que puede ocurrir, pero que en este caso parecen haber sido un poco más abundantes. No tuve problemas con el Update 1, pero quizás convenga esperar unos días antes de instalarlo para ver si Microsoft hace alguna clase de anuncio al respecto.)
¿Qué pasó?
Con los pasos antedichos han ocurrido algunos cambios que les facilitan el uso del dispositivo a las personas que usan teclado físico y mouse. Por ejemplo, una suerte de Botón Inicio aparece donde solía residir el de XP. Si le das clic con el botón izquierdo del mouse, vas a la Pantalla Inicio. Si le das clic con el botón derecho, se abre algo semejante al Menú Inicio tradicional, sólo que sin la lista de programas (porque se listan en la Pantalla Inicio).
Además, ahora las aplicaciones a pantalla completa, diseñadas para tablet, exhiben una barra de título con botón de cierre y pueden anclarse a la barra de tareas, aunque siguen sin poder ejecutarse en ventanas.
El nuevo Botón Inicio al estilo de Windows 7, cuyo preview Microsoft mostró hace 10 días, todavía no llega. Habrá que esperar a próximos upgrades o, como predicen algunos, a Windows 9.
Ir directo al Escritorio
Una tablet con Windows 8 arranca en la Pantalla Inicio. Eso está bien. Ahora, una notebook o una PC de escritorio con Windows 8 también muestran la dichosa Pantalla Inicio en lugar del Escritorio al arrancar. Eso le molesta a mucha gente que está acostumbrada a ir directo al Desktop. Lógico.
Desde la actualización 8.1 se puede cambiar ese comportamiento. Para eso tenés que hacer clic con el botón derecho del mouse en la barra de tareas (la que recorre la parte inferior de Windows) y elegir Propiedades. Luego hacé clic en la pestaña Navegación y allí ponele un tilde a la casilla etiquetada Al iniciar sesión o al cerrar todas las aplicaciones de una pantalla, ir al escritorio en lugar de a Inicio.
Una solución más versátil (por ejemplo, si tenés una ultrabook convertible) es la siguiente. Colocá el Escritorio como primera aplicación de la Pantalla Inicio, es decir, arriba a la izquierda. Ahora, cuando inicies sesión, mantené apretada la tecla Enter, luego de ingresar la contraseña, hasta que se abra el Escritorio. (A propósito, funciona con cualquier programa que hayas puesto en esa posición de la Pantalla Inicio.)
Aplicaciones siempre a mano
Dos noticias, ahora. Una buena y una mala. La mala: cualquiera que tenga muchos programas en la máquina se enfrentará a listados interminables. Era complicado encontrar algo en XP, lo fue en 7 y sigue siéndolo ahora. La buena: en general sólo usamos a menudo un puñado de programas.
Como el Botón Inicio no muestra ahora las aplicaciones y como buscarlas en la Pantalla Inicio puede llevar un poco más de tiempo, acá van dos soluciones para tener a mano tus aplicaciones favoritas.
Primera, una barra de herramientas. Creá una carpeta en algún lugar de fácil acceso y colocá allí los accesos directos a los programas que usás con mayor frecuencia. Luego hacé clic con el botón derecho del mouse en la barra de tareas y elegí Barras de herramientas> Nueva barra de herramientas. Esto te llevará a un diálogo para elegir la carpeta que creaste antes. Los nuevos accesos directos que quieras agregar se pueden arrastrar y soltar directamente en la barra de herramientas.
Dos tips, al respecto. Primero, si desbloqueás la barra de tareas, podés ajustar el tamaño de tu barra de programas favoritos. Para eso, hacé clic con el botón derecho del ratón y sacale el tilde a la opción Bloquear barra de tareas.
Segundo, tu barra de programas te va a resultar más cómoda si le desactivás texto y título. Esto también se hace por medio del botón derecho del mouse y con la barra de tareas desbloqueada. Podés, asimismo, aumentar la altura de la barra de tareas, para acomodar más accesos directos en la barra de herramientas.
(Sí, suena a trabalenguas, pero es más fácil hacerlo que escribirlo, te aseguro.)
La otra solución es el anclado de aplicaciones en la barra de tareas. Sólo tenés que arrastrar y soltar allí los accesos directos a tus programas favoritos. Ofrece la opción, muy útil, de abrir los archivos recientes haciendo clic con el botón derecho sobre el ícono de cada programa. Pero no aprovecha al máximo el espacio disponible, al revés que las barras de herramientas.
¿Y las demás?
Todas las otras aplicaciones que tenés en la computadora y que usás muy de vez en cuando están listadas en la sección inferior de la Pantalla Inicio.
Tres tips, aquí.
Si no usás la Pantalla Inicio para nada (es mi caso), podés configurar Windows 8.1 Update 1 para que al apretar la tecla de Windows vaya directo al listado de aplicaciones.
Si en general no usás aplicaciones para tablet (también es mi caso), podés configurarla para que, además, liste primero las aplicaciones tradicionales de Escritorio (Word, Excel, Outlook, Thunderbird, etcétera).
Además, en el listado de aplicaciones de la Pantalla Inicio podés buscar un programa escribiendo directamente parte de su nombre; esto abrirá de forma automática la caja de búsqueda. Anda perfecto.
El comportamiento de la Pantalla Inicio se cambia desde la pestaña Navegación de las Propiedades de la barra de tareas.
Un encanto
Quizá lo que más me irrita de Windows 8 es esa barra que se despliega al costado toda vez que el puntero del mouse pasa por la esquina superior derecha, por la inferior izquierda o por el borde lateral derecho de la pantalla. Se llama Charms y puede que sea útil en una tablet, pero en el Escritorio tradicional resulta una pesadilla. Querés cerrar una ventana, y ¡zas!, Charms. Querés ocultar una notificación de correo, y aparece Charms. Cambiás el tamaño de una ventana, y otra vez, Charms. Es el Figuretti de la computación.
Para desactivar el que la esquina superior derecha muestre Charms abrí, de nuevo, las Propiedades de la barra de tareas. Andá a la pestaña Navegación y sacale el tilde a la casilla Al señalar la esquina superior derecha, mostrar accesos. Esto no va a desactivar por completo la dichosa barra, ni va a evitar que aparezca la versión transparente (sí, encima hay dos diferentes) cuando ponés el cursor en la esquina inferior izquierda, pero al menos no te va a aparecer cada vez que tratás de cerrar una ventana o un programa. A propósito, Charms se puede convocar mediante el atajo Windows+C. Pedido especial a los muchachos en Redmond: pongan una opción para desterrar esa cosa ASAP.
Y al final, otra vez el Inicio
No quise decirlo antes, aunque más de uno se habrá percatado de la omisión. Pero la verdad es que el Windows en español tiene todavía otro elemento llamado Inicio: la carpeta Inicio. Ahí es donde ponemos aquellos programas que queremos que arranquen cuando iniciamos nuestra sesión. Se supone que es una de las ventajas de la Era Digital, que las máquinas hagan cosas por nosotros. Es más, muchos programas instalan accesos directos allí por su cuenta.
Bueno, en Windows 8 no es nada fácil encontrar esa carpeta. Así que acá va un truquito fantástico. Apretá la tecla con el logo de Windows en combinación con la letra R (Windows+R, en la jerga). Eso abre el diálogo para ejecutar programas (la R es por run, ejecutar, en inglés), pero también sirve para otras cosas, como abrir carpetas. Ahora escribí: shell:startup
Así como lo ves, sin espacio entre los dos puntos y startup. Apretá Enter. Y voilà! Esa carpeta es la de Inicio.
Posdata: cuando hablé con Microsoft, en la semana, me pasaron el link de una aplicación para migrar los archivos, configuración y perfiles de usuario de XP a 7, 8 y 8.1, sin cargo (por ahora, sólo en inglés): http://www.microsoft.com/windows/en-us/xp/transfer-your-data.aspx







