
Samsung E736, un celular loco por la música
En las últimas semanas le di un descanso a mi celular usual y estuve probando el Samsung SGH-E736. Tiene todo lo que puede esperarse de un equipo moderno, como soporte GSM tribanda, doble pantalla (una del lado de afuera de la tapa; otra, color, en la cara interna), cámara digital de 640x480, SMS, MMS, Bluetooth y sincronización de datos con la computadora.
Quienes conozcan el Samsung SGH-X486 se sentirán inmediatamente en casa. Ambos comparten el comodísimo teclado y la carcasa ovoide sin antena, que hacen que el equipo sea muy cómodo para llevar en el bolsillo o tener en la mano. En el momento de discar, en la pantalla cada número aparece con un color distinto al de sus compañeros, lo que me pareció excelente: así es más fácil notar si ingresamos mal algún número o no.
Lo singular del equipo es que funciona como reproductor de MP3. Tiene botones de control en la tapa para reproducir música, pasar a otra canción y demás sin tener que abrir la tapa para lidiar con menús. La música y las fotos se almacenan en sus 90 MB internos (no expandibles), que pueden resultar algo limitados para algunos usuarios, pero eso depende de cada uno.
El teléfono tiene, sin embargo, una pequeña limitación, que no le quita atractivo, pero que demuestra lo difícil que es el arte de la integración de dispositivos.
Disfrutando del audio del E736 (tiene un puerto propietario para conectar los auriculares), decidí probar la aplicación para enviar mensajes de texto. Me encontré con una sorpresa: no podía seguir escuchando música si quería acceder a otra aplicación. Es decir: el equipo no es lo suficientemente avanzado como para hacer dos tareas (reproducir música y ejecutar otra aplicación) al mismo tiempo.
Una molestia, porque como celular está muy logrado, y como reproductor de audio digital tiene lo suyo, sobre todo en términos de tamaño, y de una interfaz con ecualizadores, gestión de listas de reproducción y cuestiones similares.
Pero en la integración de funciones es donde los ingenieros de Samsung se encontraron con un problema universal. Lograr un dispositivo que sea, a la vez, celular y reproductor de audio (o palmtop o cámara digital, por ejemplo), y que haga todo perfecto es muy difícil. No me atrevo a decir que es imposible, porque hoy la mayor parte de las limitaciones surgen de un tira y afloja por cuestiones físicas (¿privilegiamos el tamaño de la pantalla o la portabilidad?). Pero falta para que, desde las interfaces de los móviles, se logre un nivel de sofisticación universal en las nuevas aplicaciones. Enviar un SMS es igual de simple en cualquier celular; pero al integrar una función nueva es cuando surgen los problemas de diseño y es a lo que, como usuarios, tenemos que prestarle la mayor atención a la hora de elegir un equipo.







