En la región guaranítica, la Compañía de Jesús llevó a cabo un enorme proyecto evangelizador en los siglos XVII y XVIII, que terminó abruptamente en 1768, cuando la casa real española la expulsó. Los jesuitas dejaron atrás una treintena de reducciones o pueblos: 11 en lo que hoy es Misiones, cuatro en Corrientes, siete en el actual territorio de Brasil y ocho en el Paraguay. Las misiones fueron tan importantes que le dieron su nombre a la provincia. Por su alto valor histórico, muchas de las ruinas de estas reducciones han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCOen 1984.
Desde Posadas pueden visitarse fácilmente tres de ellas: las de Santa Ana, Nuestra Señora de Loreto y San Ignacio Miní. Todas sufrieron ataques de los bandeirantes brasileños en distintos momentos de su historia.
Santa Ana y Nuestra Señora de Loreto
Las ruinas de Santa Ana, ubicadas en el actual poblado de Santa Ana, a 40 km de Posadas por la RN 12, son una buena muestra de la arquitectura y el planeamiento urbano jesuíticos tal como llegaron a nuestros días. A pesar del avance de la selva, se puede apreciar todavía los escalones del templo y la estructura productiva de este pueblo donde vivieron 4.400 guaraníes. Un centro de interpretación ayuda a imaginar el pasado.
Unos 10 km más al norte se encuentran las ruinas de Nuestra Señora de Loreto, fundada en 1632 y abandonada en 1686. Se distinguió por tener la primera imprenta en América, donde se publicaron diccionarios bilingües guaraní-castellano. Lo que más sobresale son los vestigios del templo, el reloj de sol y la capilla de la Virgen de Loreto.
San Ignacio Miní
La mejor conservada de las reducciones es San Ignacio Miní, 60 km al noroeste de Posadas, que fue fundada en 1610 y llegó a albergar a 3300 personas.
Puede verse la típica una plaza central jesuítica y alrededor de ella la iglesia, la casas de los misioneros, el cementerio, tiras de viviendas, talleres, almacenes, el hospital, el cabildo y la capilla. Para la construcción se usó una piedra local, el asperón rojo, en bloques de gran tamaño. San Ignacio Miní es un genuino testimonio del barroco americano, con grandes columnas que no actúan de soporte de las paredes; su función es dar muestras de la grandeza del Dios cristiano.
Hoy el complejo cuenta con un importante centro de interpretación acerca de la interacción entre la cultura jesuítica y la guaraní. Hay visitas guiadas, y por las noches se celebra en la plaza central un renovado espectáculo de luz y sonido que recrea la historia de los asentamientos.
Un poco más lejos, llegando a la ribera del río Uruguay, esperan las reducciones de Santa María La Mayor y San Javier; del otro lado de la frontera con Brasil está San Miguel. Otro importante asentamiento cercano es el de Trinidad, en Paraguay, cerca de Encarnación.
Guayrá Turismo Alternativo
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El Jesuita Viajes y Turismo
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Visita a las ruinas
Todos los días de 7 a 19
Se cobra una entrada única para todos los sitios
Espectáculo de luz y sonido de San Ignacio todos los días; en invierno, a las 19; en verano, a las 20.15
T: (03752) 47-0186
imagenysonidosanignacio@gmail.com
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