listado con siete lugares que estaría bueno conocer si uno solo cuenta con 24 horas para conocer Bogotá y sus alrededores. La idea sería organizar el recorrido (no está en orden) de la mañana a la noche según horarios y distancia entre un lugar y otro.
Torre Colpatria (192 m de altura)
La Torre Colpatria, un rascacielos que salta a la vista desde la avenida El Dorado, es una de las más importantes de la ciudad. Sus fachadas están definidas por pilastras de concreto y franjas acristaladas que la recorren de arriba abajo. En el piso 48 ?tiene 50? hay un mirador con cafetería para apreciar Bogotá en sus cuatro puntos cardinales. Aquí, nada mejor que acompañar el paisaje con un tinto, que es como llaman al café negro y muy dulce. De noche la escena es otra. Leds mediante, la torre parece viva: granos de café que caen desde lo alto, peces que circulan entre burbujas, orquídeas, esmeraldas, colibríes, maracas y un acordeón que nos recuerda a Alejo Durán, más conocido como el Rey Vallenato.
Más info: Carrera 7 # 24-89. Ascenso al mirador y cafetería en el último piso de la torre más alta de la ciudad.
La Candelaria, centro histórico
Pocos metros separan el arte digital de las callecitas empedradas de La Candelaria, el casco antiguo bogotano, un islote colonial y barroco asediado por la modernidad. Camino a la Plaza Bolívar, por la Calle del Coliseo, la historia se suma a la arquitectura para exhortarnos a la contemplación: "Detén por un momento tus pasos, espectador, para admirar la vía de salvación del padre de la patria en la nefanda noche del 25 de septiembre de 1828", ordena en latín el mármol. Es el flanco sur del Palacio San Carlos (actual sede de la Cancillería), donde se encuentra la ventana por la que escapó Bolívar antes de que sus detractores lo alcanzaran. Manuela Sáenz salvó su vida: lo despertó al escuchar ladridos y ruidos extraños, y lo convenció de que huyera por esa abertura. A partir de esa noche trágica, Manuela siguió siendo la amante inmortal, como le decía su Simón Bolívar, un hombre que antes que héroe militar fue hacendado cafetero.
Museo Botero
Fundado a partir de las obras que en 2000 el artista plástico Fernando Botero donó al Banco de la República: 208 (123 propias y 85 de artistas internacionales). Lunes a sábado, de 9 a 19; domingos y festivos, de 10 a 17. Martes, cerrado. Gratis.
Calle 11 # 4-41, La Candelaria.
Museo del Oro
La colección prehispánica más grande del mundo atesora 35.000 piezas de orfebrería realizadas en oro y tumbaga –aleación de oro y cobre– de las culturas indígenas de Colombia. La gran protagonista es la balsa muisca, que dio origen a la leyenda de El Dorado.
Calle 11 # 4 - 14, La Candelaria | www.banrepcultural.org/museo-del-oro
Fuera de la ciudad
Cerro Monserrate
- A 16 km de Bogotá (27 minutos)
Más de 400 escalones muy amplios y de piedra trepan hasta el cerro Monserrate. Pero para subir hasta ese alto están el funicular y un teleférico, un ícono urbano de Bogotá. A 3.200 msnm se erigió el santuario en honor al Señor Caído y a la Virgen Morena, la misma imagen que se encuentra en Montserrat (Barcelona), aunque algunos afirman que en este caso el renegrido se debe al humo de las velas. Si bien el templo se construyó para la Virgen, el Cristo Caído ocupó un lugar preferido entre los feligreses. Dicen que cuando en 1998 lo intentaron llevar en procesión se volvió tan pesado que fue imposible hacerlo atravesar el portal. Otro mito más a propósito de las figuras santas que se niegan a ser movidas y que no es el caso juzgar aquí. La vista es imponente, es como estar en el cielo.
Se puede subir a pie, en teleférico o en funicular. En una zona privilegiada de la montaña, hay dos restaurantes: Casa San Isidro y Casa Santa Clara.
Carrera 2 Este # 21-48, Paseo Bolívar | www.cerromonserrate.com
Catedral de Sal de Zipaquirá
- A 42 km de Bogotá.
Fuera de la ciudad, está la Catedral de Sal en Zipaquirá, en la población homónima, una obra de las más notables en la arquitectura colombiana. Ya Alexander von Humboldt sabía de la importancia de estas salinas (proveen dos tercios de la sal que se consume en el país) en la visita que hizo al lugar en 1801, como dejó registrado en su libro Memoria razonada de las salinas de Zipaquirá. En 1995 se inauguró este recorrido subterráneo por un túnel con 77 arcos de acero y madera que marcan el límite entre el exterior y el interior, entre la luz y la oscuridad, hasta llegar al corazón de la tierra, justo en la nave central, a 180 metros de profundidad. Todo parece de mármol o de piedra por su aspecto grisáceo y de textura lunar, pero son rocas de sal moldeadas por los mismos mineros y por artistas, con una iluminación tenue que resalta la mística del lugar. En la misma nave central, se presenta el Ángel Guardián, obra del escultor italiano Ludovico Consorte, ante la solemnidad de la Cruz del Nártex, de 16 metros de altura y tallada en bajorrelieve, y La Creación del Hombre, un relieve basado en el fresco de la Capilla Sixtina pintado por Miguel Ángel, esculpido en mármol por el artista colombiano Carlos Enrique Rodríguez Arango. La escultura La Piedad es de una belleza única, con fuertes rasgos indígenas, en honor a los muiscas, los primeros en aprovechar la sal. Se estiman que debido a las filtraciones, como la catedral se contrae un centímetro por año, en 2364, aproximadamente, no quedaría nada de ella.
(a 180 m bajo tierra)
Más info: Carrera 6 Calle 1, Zipaquirá, Cundinamarca | www.catedraldesal.gov.co
Extra:
Hacienda y Terraza San Alberto
Si tuvieran algo más de tiempo o si su prioridad es visitar un cafetal y deciden dedicarle el día a esta experiencia, pueden visitar la hacienda ubicada a 300 km de Bogotá. También organizan actividades dentro de la ciudad, pero la propuesta es claramente diferente.
La Hacienta y Terraza San Alberto, está ubicada en Quindío (a 305 km de Bogotá), uno de los departamentos que junto con el de Caldas y el de Risaralda integran la zona cafetera de Colombia.
Más info: www.cafesanalberto.com/es/sanalberto | terraza@cafesanalberto.com
Nota publicada en agosto de 2017.
Mariana Casajús