Cinco árboles extraordinarios capaces de tapar más de un bosque
1. Suecia. El más antiguo del mundo
Existen muchos arboles milenarios en este mundo, empezando por los alerces del parque nacional de Chubut, en el sur de nuestro país. Pero algunas plantas superan todo lo imaginable en cuanto a longevidad. Es el caso de Old Tjikko, un abeto que encontrado en Dalecarlia, una región de montañas y bosques del centro de Suecia.
Parece sufrir el rudo clima nórdico, pero es un superviviente que se regeneró ya varias veces a lo largo de la historia. Su edad fue evaluada en más de 9500 años.
Se trata de un organismo clonal, que va desarrollándose una y otra vez a partir de la misma semilla original y siempre con un material genético idéntico. Está en el Parque Nacional Fulufjället, una reserva natural que se extiende a lo largo de la frontera con Noruega.
Se sabe que existía ya en tiempos prehistóricos, de la misma manera que el pino Matusalén fue anterior a muchas civilizaciones indígenas de California, donde crece. Este árbol se considera el organismo no clonal más antiguo y su edad supera los 4800 años. A diferencia del Old Tjikko, que se puede ver al hacer trekking por la meseta de Fulufjället, la ubicación de Matusalén nunca fue revelada por los científicos para evitar que sea degradado.
Fulufjället es uno de los parques suecos más visitados. Su mayor atracción es la cascada de Njupeskär que, con 70 metros en caída libre, es la más alta del país. La mayor parte de las visitas se realizan en verano para practicar trekking, escalada y pesca. La cascada está cerca del punto de acceso al parque, donde también hay un centro de interpretación, el Naturum. Los senderos (140 kilómetros en total) permiten conocer los distintos paisajes para tratar de ver varias especies de aves y sobre todo osos y linces. El centro Naturum abre solo en verano, del 25 de mayo al 6 de octubre, y en algunas ocasiones el resto del año. www.nationalparksofsweden.se
2. Estados Unidos: el mayor organismo vivo
Estamos acostumbrados a considerar las ballenas azules como las mayores formas de vida que existen sobre la Tierra. Sin embargo, con más de mil toneladas de peso estimado y un tronco que totaliza un volumen de 1500 metros cúbicos, el mayor organismo del mundo es un árbol. Más precisamente una sequoia de California. Como los alerces de la Patagonia, estos árboles pueden vivir más de un milenio.
Se trata del General Sherman, bautizado así en memoria de William Tecumseh Sherman, un general del ejército de la Unión durante la guerra civil de Estados Unidos. Se lo encuentra en el Sequoia National Park y su vecino es otro gigante, conocido como General Grant, en referencia a otro militar de la Unión y presidente estadounidense.
A pesar de sus medidas fuera de norma, no son ni los más grandes ni los más gruesos. El Hyperion (un ejemplar de otra especie de sequoia, que crece también en California) es el árbol más alto, con 115 metros frente a los 84 del General Sherman. Por su parte, el Árbol de Tule en Oaxaca (México) tiene un tronco con una circunferencia de 42 metros, 11 más que los 31 de General Sherman.
Sin embargi, cuando se toman en cuenta el volumen y el peso total estimados de su madera el general conserva sus estrellas y su rango, y sigue siendo la forma de vida más grande que existe en el mundo actual.
Para llegar hasta el General Sherman, la ruta pasa por una curiosidad que nadie deja de fotografiar: el Sequoia Tunnel, un tronco tallado como un arco para dejar pasar los autos. El parque se encuentra al este de Fresno, el habitual punto de partida de las excursiones, y al sur del Yosemite, la reserva natural más conocida de California. Hay que contar unas cuatro horas de ruta para llegar desde San Francisco. Se cobra una entrada de US$ 30 por vehículo que tiene validez durante una semana. www.nps.gov
3. Islas Seychelles: el más escaso
Mahé y Silhouette son dos antesalas del paraíso. Ambas formas parte del archipiélago de las Seychelles, en el Océano Índico. La casi totalidad de quienes las visitan lo hacen por sus playas, entre las más hermosas del mundo. A decir verdad, muy pocos son atraídos por la flora local, aunque en esas islas quedan los últimos ejemplares del árbol menos frecuente del mundo.
Se trata del bois méduse, o "árbol medusa", una planta que puede alcanzar los ocho metros y se encuentra en los bosques primarios que cubren los relieves de ambas islas. Cuando se lo descubrió no encajaba en las clasificaciones de los botánicos y hubo que crear una nueva familia de plantas, las Medusagynaceae (de la cual es el único integrante).
Se censaron solamente unos 40 bois méduse en Mahé y Silhouette. Es un árbol que se regenera muy lentamente y los ensayos para cultivarlo, por ahora, no fueron exitosos. Sin embargo, no se lo considera en peligro mientras los ámbitos donde crece sigan protegidos.
Es difícil identificarlo en las matas de vegetación sin la ayuda de un local o un guía, a diferencia de la planta más conocida de las Seychelles: el coco-fesse. Esta palmera produce un coco que tiene la forma de un par de nalgas… más allá de su llamativo parecido, es la semilla más grande del mundo vegetal y puede pesar unos 20 kilos.
Mahé es la más grande de las Islas Seychelles, donde se ubica Victoria, la capital. El archipiélago está compuesto por 115 islas deshabitadas en su gran mayoría. La ciudad es una vidriera de la multiculturalidad de las islas, con templos hindúes, mercados africanos, monumentos británicos y mansiones francesas. Las playas de Beau Vallon y L’Anse Royale son regularmente mencionadas entre las más lindas del mundo. Las Seychelles son también un destino de buceo y de actividades náuticas. www.seychelles.travel
4. Inglaterra: uno que hizo historia
En un rincón de los jardines del castillo de Nottingham se levanta la estatua de un arquero con la cabeza cubierta por una capucha. Se trata de Robin Hood, un personaje cuyo origen histórico se pierde en la oscuridad de los tiempos medievales y se convirtió en el máximo héroe de aquella ciudad en el centro de Gran Bretaña.
A unas decenas de kilómetros de distancia, algunos manchones verde oscuro en el paisaje de campos y cultivos revelan la presencia de los últimos remanentes del gran bosque de Sherwood. Según las leyendas era el escondite de Robin Hood y su pandilla, y hoy un roble pluricentenario se asocia con sus aventuras. Se lo llama Major Oak y podría tener unos mil años.
Fue contemporáneo del bandido que "robaba a los ricos para dar a los pobres", como lo presentan las películas de Hollywood. El tronco tiene una circunferencia de 10 metros, un tamaño fuera de lo normal para esta variedad de árbol. Las ramas son tan pesadas que descansan sobre vigas de madera, para evitar que se rompan.
La leyendas, los escritos pero sobre las numerosas películas en torno al personaje de Robin Hood atraen a miles de turistas cada año. No es el único árbol historico-turístico del mundo. Varios más, sobre todo en Europa, fueron testigos de hechos o personajes que trascendieron los tiempos. En la Argentina, los más emblemáticos en su género son el algarrobo abuelo de Merlo, el olivo histórico de Arauco en La Rioja o el manzano al pie del cual San Martín descansó en Tunuyán, Mendoza.
El Major Oak está cerca del pueblo de Edwinstowe, en un claro del diminuto vestigio del bosque de Sherwood. En la ciudad de Nottingham, el pub Ye Olde Trip to Jerusalem podría haber recibido a Robin Hood. Está apoyado contra la roca sobre la cual se levanta el castillo desde el año 1189. Su visita es tan recomendable como la de los túneles y las cuevas que se extienden bajo Nottingham. Se organiza un Robin Hood Festival el tercer fin de semana de julio. www.visit-nottinghamshire.co.uk
5. Bahrein: el de la Vida
Es uno de los misterios naturales de nuestro planeta. Sharajat-al-Hayat (el árbol de la vida, en árabe) es un prosopis, una especie que se adapta y sobrevive en ámbitos desérticos. En este caso se adaptó tan bien que su supervivencia es una pregunta sin respuesta, que atrae a la vez a los botánicos y a los turistas.
Crece sobre una colina de arena, en el medio de la isla que forma el pequeño reino de Bahrein, una de las petromonarquías del Golfo Pérsico.
Además de la visita al árbol, los pocos visitantes que llegan a Bahrein hacen paseos a lomo de camello por las dunas del desierto y visitan los pequeños puertos de pescadores y buscadores de perlas.
Nadie sabe a ciencia cierta cómo sobrevive el Árbol de la Vida, a kilómetros de otras plantas y fuentes de agua. Lo que se sabe es que tiene más de cuatro siglos y que las tradiciones orales lo consideran el último vestigio de los jardines del Edén. Pero un Edén no muy cuidado, ya que algunos turistas dejaron rastros de su visita grabando su nombre sobre la corteza del árbol y otros se trepan por las ramas.
Por lo menos todavía está en pie, al contrario del Árbol del Teneré, otro misterio de la botánica que crecía en medio de las dunas del Sahara. Fue chocado y derribado -en medio de la nada- por un camión… desde el "accidente", en 1973, se conserva el tronco en un museo de Níger y en su emplazamiento hay una estructura metálica.
Es necesario una visa para ingresar a Bahrein. Se puede conseguir y se paga al ingresar en el reino. También se puede tramitar una e-visa por Internet, con un costo de US$ 115 por persona. Se requiere vacuna contra la fiebre amarilla para viajar a la isla. Las mejores conexiones son desde Doha (a cinco horas y media por ruta) o Dubai (a una hora de vuelo).