Arresto de dos cineastas por "disturbios públicos" en Irán

Las autoridades iraníes arrestaron el viernes a dos cineastas acusados de "alterar el orden público", por incitar a manifestaciones tras el derrumbe mortal de un edificio en el suroeste del país en mayo, anunció la agencia de noticias iraní Irna.

Según la misma fuente, Mohamad Rasulof, galardonado en el extranjero, y su colega Mostafa Aleahmad "alentaron las manifestaciones y perturbaron el orden público y la seguridad de la población, cuando la ciudad de Abadán vivía un drama", tras el derrumbe de un edificio el 23 de mayo que causó la muerte de 43 personas.

El edificio Metropol, en construcción en Abadán, una de las principales ciudades de la provincia de Jozestán, en el suroeste del país, se derrumbó parcialmente en una calle muy transitada.

Esta catástrofe, una de las más mortíferas desde hace años en Irán, provocó una serie de manifestaciones en todo el país en solidaridad con las familias de las víctimas y contra las autoridades, acusadas de corrupción e incompetencia.

Los organizadores del festival de cine de Berlín, que concedió a Rasulof la distinción suprema hace dos años, protestaron contra las detenciones y exigieron la liberación de ambos artistas.

"Nos preocupa la detención de Mohamad Rasulof y Mostafa Aleahmad. Es dramático que los artistas sean encarcelados por su compromiso pacífico contra la violencia", destacaron en un comunicado el dúo directivo de la Berlinale, Mariette Rissenbeek y Carlo Chatrian.

En Irán, los manifestantes pidieron que "los funcionarios incompetentes" responsables de la tragedia fueran juzgados y castigados.

Durante las manifestaciones, la policía iraní utilizó gases lacrimógenos, hizo disparos de advertencia y realizó detenciones.

A finales de mayo, un grupo de cineastas iraníes, encabezado por Rasulof, publicó una carta abierta en la que pedía a las fuerzas de seguridad "depusieran las armas" ante la ira contra "la corrupción, el robo, la incompetencia y la represión", causantes del derrumbe del edificio.

Mohamad Rasulof, de 50 años, ganó el Oso de Oro en Berlín en 2020 por su película "El diablo no existe", pero no pudo viajar a Alemania.

Su pasaporte había sido confiscado después de su anterior largometraje "Un hombre íntegro", en 2017, presentado en Cannes, donde ganó el premio en la categoría "Cierta mirada".

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