Candidatos presidenciales Asfura y Nasralla, virtualmente empatados en presidenciales de Honduras
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(Actualiza con nuevas cifras que muestran empate, cambia primeros párrafos)
Por Laura García y Diego Oré
TEGUCIGALPA, 1 dic (Reuters) -
Los candidatos presidenciales hondureños Nasry Asfura, del derechista Partido Nacional y
y el centrista Salvador Nasralla estaban prácticamente empatados en el último recuento de votos disponible el lunes, ambos con poco menos del 40% de los votos.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) reportaba que con el 56% de las actas escrutadas Asfura tenía el 39,91% de los votos mientras que Nasralla tenía el 39,89%. Mucho más atrás figuraba la candidata del oficialista LIBRE, la exministra izquierdista Rixi Moncada, con un 19,16% y quien el sábado había advertido que no iba a reconocer los resultados oficiales preliminares.
La ley hondureña no contempla una segunda vuelta por lo que el candidato que obtenga la mayoría simple gobernará el país entre 2026 y 2030.
La presidenta Xiomara Castro reenvió un mensaje en su cuenta de X de su esposo y asesor, además de coordinador de LIBRE, Manuel Zelaya, que solicita "mantenernos en pie de lucha hasta obtener el escrutinio final con el 100% de las actas presidenciales".
En tanto, Moncada había escrito horas antes, en los minutos previos al primer anuncio del CNE por la noche del domingo, en la misma red: "Les solicito mantenernos en pie de lucha hasta obtener los resultados finales con el 100% de las actas presidenciales, alcaldías y diputaciones. Mañana (lunes) en conferencia de prensa, informaré mi posición política en relación con los resultados presidenciales que publica el CNE".
Honduras, donde seis de cada 10 ciudadanos vive en la pobreza, aún enfrenta las secuelas del golpe de Estado en el que una alianza de militares, políticos y empresarios de derecha derrocó a mediados de 2009 a Manuel Zelaya, esposo de la actual mandataria Xiomara Castro y fundador de Libertad y Refundación (LIBRE).
Ese golpe marcó profundamente la institucionalidad y a la ciudadanía hondureña, que votó masivamente por LIBRE en las presidenciales de 2021 para poner fin a más de un siglo de gobiernos de los partidos Nacional y Liberal. En los comicios del domingo también fueron electos los 128 miembros del Congreso unicameral, cientos de alcaldes y miles de otros cargos públicos. Se desarrollaron bajo la lupa de la comunidad internacional tras denuncias cruzadas de fraude y advertencias de desconocer los resultados oficiales.
Las encuestas colocaban a los tres principales contendientes en un empate técnico, pero en la semana Trump intervino en la reñida contienda electoral, respaldando a Asfura en una serie de publicaciones en redes sociales, afirmando que puede colaborar con él para combatir el narcotráfico y que "si no gana, Estados Unidos no malgastará su dinero".
El viernes, Trump también anunció su intención de indultar al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, quien cumple una condena de 45 años de prisión en Estados Unidos por cargos de narcotráfico y posesión de armas de fuego. Estados Unidos es el mayor socio comercial de Honduras.
Hernández, quien gobernó el país en dos períodos consecutivos entre 2014 y 2022, también pertenecía al Partido Nacional.
Por su parte, Nasralla dijo que según las proyecciones de su partido, él está a la cabeza. "
VUELCO A LA DERECHA
Gane el Partido Nacional o el Liberal, el hecho es que la mayoría de los hondureños habrían rechazado la "refundación" del país que proponía Moncada, a través de una reforma constitucional, como en su momento propuso Zelaya, y que devino en el golpe en su contra.
La campaña se centró en ataques entre los tres principales candidatos, sin planes concretos para resolver los grandes problemas que aquejan a Honduras: narcotráfico, corrupción y un débil crecimiento económico que ha colocado al país como el segundo más pobre de América, solo por detrás de Haití.
Sin decir cómo lo haría, Asfura ha propuesto fortalecer las fuerzas armadas y la policía, crear empleos verdes, emprender reformas económicas y legales para atraer inversiones y promover la descentralización otorgando a los municipios un mayor control sobre los recursos y servicios públicos.
Castro, la primera mujer en gobernar Honduras, abandonará el poder en enero dejando la economía con un crecimiento moderado y habiendo disminuido la pobreza y la desigualdad, aunque ambas se mantienen elevadas.
La tasa de homicidios también ha caído a su nivel más bajo en la historia reciente, pero la violencia persiste y un análisis de ACLED, una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos, aseguró que las pandillas recurrieron menos a las manifestaciones públicas de violencia durante el estado de excepción, pero su presencia en las zonas urbanas no se vio mermada, mientras que los grupos del crimen organizado ampliaron sus actividades en las zonas rurales.
Grupos de derechos humanos han criticado a Castro por mantener un prolongado estado de emergencia en algunas partes del país y por continuar con la política de militarización de su predecesor, Juan Orlando Hernández.
Las elecciones hondureñas también fueron seguidas con atención desde Asia. Tanto Asfura como Nasralla han dicho que, de ganar, podrían retomar las relaciones diplomáticas con Taiwán, rotas por el gobierno de Castro en 2023. El cambio representaría el mayor revés diplomático en la región para China desde 1990, cuando el gobierno nicaragüense de Violeta Chamorro restableció sus propias relaciones con Taipéi.
(Reporte de Diego Oré en Ciudad de México y Laura García en Tegucigalpa; Reporte adicional de Leila Miller en Buenos Aires y Ana Isabel Martínez en Ciudad de México; Editado por Adriana Barrera)
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