Los expertos aconsejan bajar las persianas y cerrar las cortinas en casa a las 17.30
Las persianas actúan como una barrera adicional entre el interior y el exterior, especialmente si son térmicas o están fabricadas con materiales aislantes
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MADRID (Europa Press).-Cuando llega el otoño boreal, la casa empieza a perder calor incluso antes de anochecer. Poco después de las 17.30, gran parte de los países del hemisferio norte entran en sombra y la temperatura exterior cae con rapidez. Por eso, distintos especialistas en aislamiento y eficiencia energética recomiendan actuar justo a esa hora: bajar las persianas y cerrar las cortinas ayuda a conservar el calor interior sin recurrir tanto a la calefacción.
Esta recomendación coincide con las pautas del IDAE —el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, organismo público especializado en eficiencia energética—, que recuerda que una parte importante de las pérdidas de calor en el hogar proviene de las ventanas, sobre todo cuando no están protegidas.
Lo mejor es que es un gesto sencillo, inmediato y sin costo que puede marcar la diferencia en el consumo energético de los meses fríos.
Por qué bajar las persianas ayuda a mantener la casa cálida

Las persianas actúan como una barrera adicional entre el interior y el exterior, especialmente si son térmicas o están fabricadas con materiales aislantes. Al bajarlas a última hora de la tarde, se crea una cámara de aire que reduce la transferencia de frío a través del cristal.
Si permanecen abiertas cuando cae la noche, las ventanas se enfrían enseguida y parte del calor interior se pierde con mucha más rapidez. Esto obliga a encender antes la calefacción o a subir el termostato, aumentando el consumo sin necesidad real.
Cortinas: un refuerzo térmico, sensillo y eficaz
Cerrar las cortinas a esa misma hora añade un segundo nivel de aislamiento. Los tejidos densos o gruesos ayudan a retener el calor y a evitar las corrientes frías que se forman cerca de las ventanas cuando el exterior enfría de golpe.
No sustituyen a una persiana ni a una ventana de calidad, pero complementan su función y ralentizan la pérdida de temperatura. Es una forma práctica de mejorar el confort interior sin hacer obras.
Una rutina que ahorra energía (y dinero)
Adoptar este hábito diario en otoño—bajar persianas y cerrar cortinas alrededor de las 17.30— permite aprovechar mejor el calor acumulado durante el día y retrasar el encendido de la calefacción. Es especialmente útil en viviendas con ventanas antiguas, pisos poco soleados o casas donde se busca controlar el gasto energético.
Combinado con otras recomendaciones básicas, como ventilar durante pocos minutos o evitar filtraciones de aire, puede contribuir a un ahorro notable en la factura durante los meses de frío.
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