Italia: Construirán puente colgante más largo del mundo
<p>En el estrecho de Mesina. Unirá la isla de Sicilia al continente.</p>
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La aprobación del proyecto fue confirmada por un vocero del gobierno de Giorgia Meloni.
El que sería el puente colgante más largo del mundo demandará un presupuesto de 13.500 millones de euros y es una gran apuesta del gobierno para impulsar el crecimiento económico y el empleo en dos de las regiones más pobres del país: Sicilia y Calabria.
También será una pieza importante del Corredor Escandinavo-Mediterráneo de la Unión Europea, una arteria que unirá el norte y el sur de Europa para facilitar la circulación de personas y mercancías.
"Será el puente colgante más largo del mundo. Una infraestructura de este tipo representa un acelerador del desarrollo", declaró hoy el viceprimer ministro y ministro de Infraestructuras, Matteo Salvini, un gran impulsor del proyecto.
El puente, diseñado por el arquitecto Marchisiana Saverio Adriano, contará con tecnología de vanguardia para garantizar su seguridad en una de las zonas más sísmicamente activas de Europa.
Con capacidad para resistir terremotos de hasta 7,5 en la escala de Richter y soportar vientos de hasta 300 kilómetros por hora, la infraestructura fue diseñada bajo los más altos estándares internacionales.
El diseño contempla dos vías ferroviarias en el centro y tres carriles de circulación a cada lado. El puente estará sostenido por dos cables gemelos tensados entre torres de 400 metros de altura, con un tramo suspendido de 3300 metros, lo que lo convertiría en un récord mundial.
Los trabajos preliminares podrían comenzar hacia el final del verano boreal y se espera que la construcción se inicie el próximo año.
La obra, que se espera esté terminada para 2032, es presentada por el gobierno como una hazaña de ingeniería capaz de resistir fuertes vientos y movimientos sísmicos, en una región particularmente vulnerable por estar en la intersección de dos placas tectónicas.
Además del desafío técnico, el Ejecutivo italiano apuesta a que el puente impulse el crecimiento económico y el empleo en dos de las regiones más pobres del país: Sicilia y Calabria.
Salvini prometió que la construcción generará decenas de miles de puestos de trabajo.
Sin embargo, el proyecto no está exento de controversias.
Grupos locales manifestaron su oposición por el posible impacto ambiental y por el elevado costo, argumentando que esos fondos podrían destinarse a otras prioridades más urgentes.
También hay quienes dudan de que el puente llegue a construirse, recordando la historia de obras públicas italianas que fueron anunciadas, financiadas y luego abandonadas sin completarse. El propio puente de Mesina ya atravesó varios intentos fallidos: los primeros planes datan de hace más de 50 años.
El Puente del Estrecho de Mesina fue aprobado y cancelado en múltiples ocasiones desde que el gobierno italiano solicitó propuestas por primera vez en 1969.
No obstante, la idea de conectar Sicilia con el continente es mucho más antigua: se remonta a la época del Imperio romano.
El CEO de Webuild (la empresa que ganó la licitación para llevar adelante la obra), Pietro Salini, afirmó recientemente ante inversores que el Puente de Mesina "será revolucionario para Italia".
El proyecto fue retomado formalmente en 2023 por impulso del gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni, decidido a convertirlo en una realidad. En esta nueva etapa, el Ejecutivo cuenta con un incentivo adicional: el costo del puente fue clasificado como parte del presupuesto de defensa, lo que podría facilitar su financiamiento.
Italia, que enfrenta una elevada deuda pública, se comprometió —al igual que otros países de la OTAN— a incrementar su gasto en defensa hasta el 5% del PBI, tal como reclamó el presidente estadounidense Donald Trump. De ese total, hasta un 1,5% puede destinarse a áreas "relacionadas con la defensa", como la ciberseguridad o las infraestructuras. El gobierno italiano espera que el puente pueda ser considerado elegible dentro de esa categoría, especialmente porque Sicilia alberga una base de la OTAN.
Sin embargo, un grupo de más de 600 profesores e investigadores firmó una carta a principios de este verano boreal en la que rechazan esa designación, argumentando que implicaría la necesidad de evaluaciones adicionales para determinar si la infraestructura puede soportar usos militares.
La Unión Europea asignó unos 25 millones de euros, que cubren tan solo la mitad de los costos de diseño de la infraestructura ferroviaria. Los críticos afirman que la zona donde se construirá el puente es conocida por su elevada actividad sísmica, lo que plantea problemas de seguridad.
(ANSA).
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