Suzuki vuelve a comercializar en nuestro mercado el New Vitara, SUV compacto de buen equipamiento, mucha comodidad, doble tracción y motor 1.6 de 120 CV
1 minuto de lectura'

Fue en 1992 cuando Suzuki irrumpió en el mercado argentino con una propuesta distinta: el Vitara. Eran tiempos en que las calles de todo el país estaban pobladas de las llamadas 4x4 importadas, que no sólo eran un símbolo de estatus social sino que, de alguna manera, fueron sinónimo de una época de la Argentina. La particularidad que tenía el Vitara era que escapaba a ese molde: compacta, urbana, con un diseño distintivo y gran espíritu off road. Ahora, y tras unos años de ausencia, llega el New Vitara para competir en el segmento de los SUV compactos contra rivales como el Honda HR-V, el Jeep Renegade o el Hyundai Creta. Y lo hace en cuatro versiones: GL con caja manual o automática y tracción 4x2; GL Plus AllGrip con transmisión automática y 4x4, y GLX AllGrip con caja automática y tracción 4x4, que probamos.
Como lo era cuando fue lanzado, el diseño del New Vitara es definitivamente distintivo. En el caso de la versión tope de gama, tiene líneas sobrias y voluminosas que denotan su mezcla entre crossover y SUV, como gustan en definirlo desde la firma japonesa. Lo más atractivo de esta fisonomía –bien clásica si se quiere– está dado por su bitonalidad: se puede optar por techos negros o blancos y carrocerías en colores intensos de una paleta que ofrece desde pasteles a metalizados.

En cuanto al interior, es sobrio y austero, con plásticos duros y fuertes, tapizados en cuero y equipamiento completo (climatizador, sistema de audio full, computadora de viaje, volante multifunción y demás), pero se destaca por dos particularidades: el enorme techo panorámico corredizo y el reloj de agujas en el medio de la consola central, un detalle retro que le aporta elegancia. La posición de manejo y la visibilidad son muy buenas, dadas por la posibilidad de regular en altura y profundidad tanto el volante como la butaca y por las amplias ventanas y luneta.
Confiable y rendidor, tiene un motor 1.6 de 120 CV a 6000 rpm con un par motor de 15,9 kgm a 4400 rpm de buenas prestaciones y gran capacidad de respuesta, en lo que influye mucho la caja automática de seis marchas muy bien relacionadas que le otorgan ligereza para moverse en el tránsito intenso (aunque quizás necesitaría un poquito más de reacción), mucha soltura cuando se conduce en ruta a velocidades normales (a 120 km/h el motor trabaja a unas 2000 rpm) y gran potencia cuando se transita en la zona media del tacómetro. El confort de marcha es excelente y se la siente siempre bien agarrada y con escaso rolido, aún en curvas cerradas y en velocidad. Sólo desentona un poco la insonorización, que debería ser un poco mejor.

Además, cuenta con el sistema AllGrip que permite cuatro modos de uso: Normal, que hace funcionar sólo la tracción delantera; Lock, que ofrece una 4x4 permanente; Snow, que transmite la potencia y la aceleración de forma controlada al piso para que mantenga la adherencia, y Sport, para tener una conducción más deportiva y divertida.
Otro punto destacable es el de la seguridad. De serie viene equipada con seis airbags, frenos a disco en las cuatro ruedas (los delanteros son ventilados) con ABS, ESP y distribuidor de frenado, asistente de arranque en pendiente y de frenado de emergencia y anclajes Isofix; en las versiones superiores, como esta GLX, agregan airbag de rodilla sensores de estacionamiento delanteros y traseros y asistente para descenso.
Ya comenzó la preventa con precios que van de los 27.500 a los 42.000 dólares.









