
Se aproxima el verano y no pocos usuarios desean poner a prueba las capacidades de sus vehículos 4x4; los expertos nos aconsejan aquí cómo enfrentar con seguridad cada terreno y las situaciones de manejo
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Desde que en 1941 el mítico Wyllis, pronto bautizado Jeep (como los soldados resumieron el término General Purpose) creó a los vehículos todoterreno livianos hasta los más lujosos de la actualidad, el desarrollo de estos modelos ha sido exponencial.
Especialmente desde la última década del siglo pasado, todo tipo de vehículos 4x4, o sea con tracción en las cuatro ruedas (e incluso algunos 4x2, de tracción simple, con dispositivos que nos ayudan fuera del asfalto), han sido lanzados al mercado. Desde verdaderos y rústicos todoterreno para pasar por los más ásperos trayectos off-road (incluyendo el vasto parque de pickups 4x4) hasta los más urbanos SUV (Sport Utility Vehicles), vehículos utilitarios deportivos con mejores prestaciones, confort y equipamiento para circular por el asfalto y aventurarse por otras superficies.
Como no todo es igual, primero conviene conocer las características y capacidades de nuestro vehículo: qué puede hacer y qué no. Luego, debemos saber cómo enfrentar los diversos tipos de terreno (arena, barro, piedras, nieve, ripio, etcétera) y, tercero, cuáles son las técnicas de manejo para encarar con seguridad situaciones de trepadas, descensos, vadeos, cruces de ejes y otras que pueden surgir en una travesía.
El vehículo
Desde ya, para aventurarse fuera del asfalto es mejor contar con un vehículo dotado de doble tracción (4x4), ya sea permanente o temporal (conectable). Muchos modelos modernos, en especial los SUV (que buscan el máximo confort del conductor), cuentan con un sistema inteligente electrónico o electroneumático o viscoso, con un diferencial central que reparte el torque y la potencia del motor a las cuatro ruedas según la velocidad del vehículo, el deslizamiento de las ruedas, etcétera. Estos dispositivos se denominan en general AWD (por All-Wheel Drive) y están combinados con programas (o modos), también electrónicos, de configuración de la mecánica y hasta de las suspensiones, que adaptan la unidad a las características del terreno y la conducción (por ejemplo, barro/arena, piedra, nieve, asfalto).
En cambio, otros vehículos, como en el caso de casi todas las pickups, la 4x4 se conecta a voluntad. Así, funcionan con tracción trasera hasta que se engrana el diferencial delantero. Este acople antes se realizaba mediante la robusta palanca de la caja de transferencia mecánica; mientras que ahora todos los modelos están equipados con diales electrónicos, que seleccionan los modos de tracción: 4x2 (trasero), 4x4 Alta (4H) y 4x4 Baja (4L), con bloqueos de los diferenciales para enviar la tracción a las ruedas con más agarre.
En cuanto a los 4x2, lo mejor es que sean de tracción delantera, ya que mantienen mejor la trayectoria recta y no tienden a derrapar como los de propulsión posterior (más adecuados para el asfalto y la competición).


¿Propulsor naftero o turbodiésel? El gasolero tiene un par de ventajas fuera del asfalto: mayor par motor o torque (en términos simples, la fuerza del impulsor) y menor consumo; eso sí, son más caros. Los nafteros tienen mayor potencia a igual cilindrada, pero consumen mucho más, lo que puede ser un problema en terrenos inhóspitos.
Hoy, las cajas de velocidades automáticas están en un alto nivel de desarrollo, al punto que poco tienen que envidiarles a las tradicionales cajas manuales, con la ventaja que no tenemos que lidiar con el embrague y son más confortables.
Es fundamental que conozcamos las medidas off-road de nuestro vehículo: ángulos de ataque, de salida y ventral, despeje del suelo, capacidad de vadeo, inclinación máxima lateral y pendiente máxima superable. Todas varían según el modelo, porque dependen de la altura de las suspensiones, la longitud y los voladizos delantero y trasero (la distancia que hay entre los ejes y el filo externo del paragolpes). Ver infografía.

Otro tema importante son los neumáticos. Lo cierto es que especialmente los SUV (y varias pickups de alta gama), que apuntan a un uso más urbano, vienen equipados con cubiertas para asfalto, lo que puede significar que la tracción no sea la mejor en terrenos blandos como barro y arena o se rompan en las piedras. Estos neumáticos se clasifican como H/T (por Highway Terrain) y tiene un dibujo similar al de los automóviles.
En cambio, diversas pickups y algunos SUV pueden estar equipados con neumáticos A/T (All-Terrain), los llamados neumáticos mixtos, con buen compromiso tanto para el asfalto como fuera de él porque tienen tacos y surcos más profundos, que permiten traccionar mejor. Más específicos para el off-road extremo son los M/T (Mud-Terrain) para barro (como nuestras antiguas pantaneras) y Snow-Terrain (incluso con clavos), para la nieve. La presión de inflado es vital y cada superficie tiene sus tips al respecto.
Conducción en general
Con los inestimables consejos de Enrique Cammarata (director del Jeep Park y experto 4x4 de Nissan), así como de Guillermo Nin (especialista en manejo seguro y todoterreno para Toyota entre otras empresas), analizaremos algunas pautas para manejar con seguridad sobre las diversas superficies.
La posición de manejo hay que configurarla en forma correcta. La espalda debe estar lo más recta posible y el ángulo del respaldo no debe superar los 20° de inclinación, para no sobrecargar las zonas lumbar y cervical con las sacudidas continuas. Para determinar la distancia al volante, basta con extender los brazos de manera que las muñecas queden a la altura del aro. Cada mano debe poder ejecutar una vuelta completa del volante sin desplazar el resto del cuerpo. La posición elevada del conductor garantiza un mejor dominio de la situación ante los obstáculos. El pie izquierdo no debe pisar el pedal de embrague –en vehículos con caja manual–, porque pisándolo involuntariamente se puede perder el control de la unidad. Además, no frenar más de lo necesario para evitar el bloqueo de alguna rueda en zonas resbalosas o de mucha pendiente y dosificar el uso del acelerador; las aceleraciones intempestivas sólo consiguen hacer patinar las ruedas. En general, se debe desconectar el control de estabilidad (ESP) en arena, barro y caminos montañosos con pendientes resbaladizas muy marcadas.
Los terrenos
Arena: Antes que nada, desinflar los neumáticos (aumenta la superficie de contacto con el suelo). Bájelos a 18 libras y tenga en cuenta que con el rodaje toman temperatura y suben a 20 o 21. Cuanto más se baje la presión, mejor anda el vehículo; pero no se debe correr el riesgo de desbandar una cubierta; para esto, hay que moderar la velocidad.
En vehículos con caja manual se debe utilizar la baja para circular por los médanos (en general, se debe salir en 2da. y circular en 4ta. o 5ta) . En los SUV con programas electrónicos de mapeo, busque y configure la opción correspondiente, que varía según los modelos desde un dial con íconos hasta una selección de modos en la pantalla táctil. Lea atentamente el manual del usuario.
La conducción sobre arena debe hacerse sin acelerar ni frenar en forma brusca, manteniendo una velocidad constante y segura: por inercia, cuanto más alegre sea la marcha, menor será la presión del peso del vehículo sobre el terreno, lo que disminuye la posibilidad de quedarse encajado. Así, hay que mantener el motor en un régimen alto, con reserva de potencia. Con caja manual, si hay que rebajar una marcha, hágalo rápido, sin dejar que se caiga el régimen del motor, porque nos quedaremos sin potencia y nos encajaremos si la arena está muy blanda y forma guadales (lo que ocurre en el verano por el calor). Además, se deben evitar las curvas cerradas, ya que en doble tracción el vehículo pierde mucha velocidad; por lo tanto, hay que realizar giros abiertos. También es mejor no circular por los huellones de otros vehículos, ya que podemos quedar colgados (igual que en la cresta de un médano, con las ruedas sin apoyar). Si es inevitable, procure mantener una rueda sobre la joroba del surco y la otra dentro.
Antes de trepar una duna, revise la zona para no chocar con un vehículo de frente o encontrarse con un médano cortado (la ladera que no vemos), lo que puede provocar el vuelco de la unidad.
Para subir un médano hay que recordar el ángulo de ataque y evitar un fuerte golpe frontal. Siempre se debe encarar la trepada en línea recta (esto vale para todos los terrenos); nunca en diagonal. La subida requiere velocidad; por eso, con caja manual hay que elegir una marcha alta, que no haya que cambiar hasta llegar a la cresta. Si el cambio elegido no es el correcto y perdemos velocidad en el ascenso hasta quedarnos, resulta muy importante no insistir con la aceleración (igual cuando nos atascamos). Así, debemos engranar la marcha atrás (cuya reducción provocará mucho efecto freno-motor); por lo tanto, no se debe hacer en punto muerto ni pisar el freno y descender por la misma huella en línea recta: hay que evitar las inclinaciones laterales. En la trepada, sólo deje de acelerar cuando el eje trasero haya llegado a la máxima pendiente del médano.


Muchos SUV y pickups actuales cuentan con un sistema electrónico denominado Hill Descent Control (HDC), que se conecta pulsando un botón (otra vez, revise el manual del usuario): este dispositivo se encargará de hacer descender el vehículo a baja velocidad y con máxima seguridad. Sin este sistema, los descensos se realizan en baja (en 2da. o 3ra.), sin apretar el embrague ni el freno para que el freno-motor haga su trabajo de retención; si el vehículo tiende a irse de cola, no frene: acelere un poco para mantener la línea recta en bajada.
Montaña: Las cubiertas deben estar bien infladas (34 libras o más, según el vehículo), para evitar que las piedras puedan romperlas con facilidad y favorecer el desplazamiento de las mismas al pasarles por encima.
Cuando atraviese terreno rocoso, conduzca lentamente y con mucho cuidado. Siempre pase por encima de las rocas con las ruedas e intente no golpear la parte baja del motor y el vehículo con las piedras: en ese caso, es recomendable hacer una rampa para ayudar a salvar obstáculos rocosos y evitar dañar el vehículo.
Las sendas montañosas muy poceadas y los terrenos con mucha piedras (conocidos en el ambiente del 4x4 como circuitos trialeros) implican, como se dijo, un estilo de conducción lento y tratando de copiar el terreno. Con caja manual en 1ra. o 2da. y en baja (4L, máxima fuerza).
En las bajadas bruscas, a pesar de la lógica aprensión, la baja (en 1º velocidad) se encargará que el vehículo descienda lentamente, sin tocar los frenos ni el embrague, para no desacoplar la transmisión y anular el freno-motor. En unidades con HDC, obviamente hay que utilizarlo, igual que los modos electrónicos específicos de cada modelo. Además, usar lo menos posible los frenos, para evitar que se recalienten y pierdan potencia de frenado (fading). Para trepar con un vehículo de transmisión manual, es conveniente hacerlo en 2da. con la baja conectada. Si la unidad se detiene hay que proceder como se explicó en el apartado arena, para volver hacia atrás: frenar, poner marcha atrás, soltar freno y embrague, y bajar hasta el final de la pendiente.
En terrenos montañosos, las zanjas deben cruzarse en diagonal, procurando que tres ruedas estén siempre en contacto con el suelo y evitar el efecto del cruce de ejes, que puede hacernos volcar o dejarnos atrapados.


Vadeo: En las zonas de montaña y sierras podemos encontrarnos con cursos de agua. Antes de atravesarlos explore a pie la profundidad y el estado del fondo. Para esto, los motores nafteros tiene la limitación de su sistema eléctrico, lo que no aplica a los diésel. Para éstos, basta que no entre agua por el filtro de aire, lo que se soluciona con un snorkel, eventualmente.
¿Cómo se vadea? De ser posible hacerlo en diagonal a la corriente y a favor de la misma. La entrada al agua debe ser suave y lenta, con un progresivo y constante aumento de la velocidad, sin excederse: la ola formada debe ir siempre hacia adelante. No se debe desacelerar, para evitar la entrada de agua por el escape; si el vehículo se detiene por algún motivo, no deje de mantener apretado el acelerador. Hay que tener en cuenta que si el fondo no es muy sólido y nos detenemos, el agua puede socavar el terreno bajo las ruedas. La salida del agua debe efectuarse a la mayor velocidad posible sin levantar ola. Tras salir del agua, pise varias veces el freno para secarlos.
Si el curso que se atravesó era muy profundo conviene revisar todo el vehículo y al regreso a casa verificar los fluidos de motor y transmisión.
Máxima seguridad
En la playa, maneje con precaución. Hay personas disfrutando del sol y la arena: no circule por lugares con gente de a pie. Para practicar off-road en los médanos, asegúrese que no haya otros vehículos demasiado cerca. Lleve pala para sacar la arena adelante y atrás de las ruedas si queda atascado, utilice planchas de aluminio o madera para afirmar los neumáticos y porte una eslinga para remolcar o ser remolcado.
Tome todos los recaudos. Manejar fuera del asfalto requiere prudencia, concentración y decisión frente a los cambios continuos del camino.




