Una travesía de tres días por la exigente geografía patagónica para probar la línea completa de Jeep, entre ellos el poderoso Grand Cherokee Overland equipado con el motor Pentastar V6
La Jeep Experience, una “travesía de aprendizaje y espíritu aventurero”, nos dio la oportunidad a periodistas de varios medios de probar en un escenario de ensueño -el Camino de los Siete Lagos- toda la gama de productos de la marca en terrenos diversos: desde barro, ripio y ruta, hasta nieve, hielo y agua profunda.
Los circuitos on y off road explorados en Bariloche, Villa La Angostura, San Martín de los Andes y alrededores habían sido elegidos para que tuviéramos una “experiencia real de conducción y de vida” ligada al estilo de Jeep: auténtico, aventurero y en libertad.
Llegamos a Bariloche en pleno temporal de nieve. Nos repartimos en un Cherokee Trailhawk, un Grand Cherokee Overland, dos Compass Limited, dos Compass Longitude, un Renegade Longitude, un Renegade Trailhawk y un Wrangler Rubicon. Guías de travesía y pilotos acompañaron en tres vehículos de soporte: un Renegade Longitude, un Wrangler Sport y un Rubicon. El primer trayecto fue del aeropuerto de San Carlos de Bariloche a la cumbre sur del cerro Otto, en el Parque Nacional Nahuel Huapi. El ascenso hasta el refugio Arelauquen, un mirador a 1300 metros de altura, fue una aventura en sí misma. Primero hubo que enfrentar senderos de montaña desafiantes con Wranglers con cadenas en los neumáticos; luego continuamos en motos de nieve en un camino de curvas y contracurvas a través de un bosque de lengas cubiertas de nieve.
Tras un almuerzo en el refugio, superados el encanto y la adrenalina del ascenso y del descenso rodeados de nieve, emprendimos el camino hacia Villa La Angostura. Ahí probamos el Wrangler Rubicon, el descendiente más directo del Jeep Willys, sinónimo de offroad y con probada respuesta a las exigencias del terreno, equipado con un motor 3.6 Pentastar. Cruzado el río Limay (frontera entre Río Negro y Neuquén), llegamos unos 100 kilómetros después a Las Balsas Relais & Chateaux a la vera del Nahuel Huapi.
Al día siguiente, después de un desayuno temprano, salimos hacia San Martín de los Andes por la ruta 40. Tras una parada estratégica para cargar combustible, fuimos hacia la estancia Cerro de los Pinos: algunos kilómetros de off road y llegamos al plato fuerte del día: el célebre chef Francis Mallmann y su equipo nos esperaban con un menú espectacular. Almorzamos a la orilla del Chimehuín, con una vista espectacular del serpenteo del río. Después, nos tocó subirnos al Cherokee Trailhawk –la versión más aventurera del Cherokee equipado con un motor 3.2, que se lanzará en la Argentina antes de fin de año–, para manejarlo en barro y ripio. Hubo varias paradas panorámicas en los kilómetros y kilómetros de off road que hicimos por caminos internos de la estancia. Sin dudas, la más imponente fue la última: a los pies del cerro Los Pinos pudimos ver, a lo lejos, la cumbre nevada del volcán Lanín. Después del atardecer nos dirigimos hacia Tipiliuke Lodge, un cálido hotel boutique donde pasamos la noche.
Lo mejor, al final
"Lo bueno, si breve, dos veces bueno", dice el popular refrán. El tercer día emprendimos el regreso: manejamos desde Tipiliuke Lodge hasta el aeropuerto de San Carlos de Bariloche.
En ese trayecto esta cronista testeó el lujoso Grand Cherokee Overland, equipado con un motor 3.6, con transmisión automática de ocho marchas y con chiches propios de este modelo que supo marcar rumbos entre los Sport Utility Vehicles (SUV) grandes, fiel a la tradición de confort y robustez de Jeep.
Fuimos por la ruta 63, pasamos por Villa Traful y antes de tomar el avión de regreso hicimos una parada gastronómica en El Boliche Viejo, un restaurante a orillas de la desembocadura del Limay en el Nahuel Huapi, patrimonio histórico y donde se juntaban en el 1900 los famosos bandidos estadounidenses Butch Cassidy y Sundance Kid en su huida por la Patagonia.
La propuesta de Jeep fue “trascender” la instancia de test drive y tener una “experiencia real de conducción y de vida”. Sin dudas, así fue.