De la mano de Chrysler, volvió a la Argentina la marca Dodge, con la nueva pickup Dakota. Probamos la versión Sport, impulsada por un motor turbodiesel, con intercooler de 2.5 l y 115 CV
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Si fuese sólo por su motor, la pickup Dodge Dakota Sport TD debería encuadrarse en el segmento de las camionetas compactas o medianas. Pero por sus dimensiones generales, su estética y el tamaño de la caja de carga (en especial por el ancho) podría integrar, sin prejuicios, la categoría de las full size.
Más allá de discutir respecto de cuál es el segmento a que pertenece, la Dakota tiene sobrados méritos para convertirse en una buena opción para los usuarios de pickups.
¿Por qué? Principalmente por la notable agilidad y elasticidad del motor turbodiesel Magnum, de 2.5 litros de cilindrada.
Dotado además con intercooler, este propulsor entrega una potencia de 115 CV a 3900 rpm y un torque de 30,6 kgm a 2000.
Este último parámetro hace que la Dakota posea una aceleración notable para un vehículo de su tamaño y peso.
La capacidad de esta planta motriz se hace notar también en ruta, en la que es posible mantener sin inconvenientes una velocidad crucero de 130-140 km/h y alcanzar una máxima que orilla los 160.
Otro detalle poco habitual en las mecánicas diesel: es un motor increíblemente silencioso. Tanto que parece un clásico propulsor naftero.
El resto del tren de fuerza (caja manual de cinco marchas y diferencial con autoblocante y relación 4,11:1) transmite una indudable sensación de robustez y potencia. Estas cualidades se verifican de inmediato en caminos de tierra con piedras sueltas y trepadas.
Bien afirmada
Un punto fuerte de la Dakota son sus suspensiones. Impecables para copiar el terreno y mantener una tenida firme y estable, tanto en ciudad como en ruta o tierra.
Por otra parte, confieren un confort de marcha notable gracias a un esquema delantero del tipo independiente, y uno trasero, más clásico, con eje rígido y paquetes de elásticos de cuatro hojas. Ambos trenes están asistidos por eficaces amortiguadores de gas.
Desde el punto de vista estético, la Dodge Dakota está, sin duda, perfectamente a tono con lo que marcan las actuales tendencias en el diseño de pickups. Esto implica, una trompa alta y agresiva (que suele abrir camino en las autopistas sólo por presencia), que se combina a la perfección con las líneas curvas del capot y los guardabarros.
El conjunto adquiere una gran personalidad, además, por el particular diseño redondeado del techo de la cabina, el logrado estampado de los laterales de las puertas, la caja de carga y las llantas de aleación.
La búsqueda de espacio y confort interior ha sido una evidente preocupación durante el diseño de esta pickup. Al respecto, la versión Sport, probada por La Nación , está dotada de un equipamiento sumamente completo.
Entre otros elementos, incluye aire acondicionado; llave con código electrónico (que impide la puesta en marcha del motor por otros medios); una plaza central del asiento que, al rebatirse, cumple las funciones de un gran apoyabrazos que dispone de una amplia gaveta en su interior, compartimientos para cassettes y tres monederos; la parte inferior del asiento central es extraíble dejando al descubierto sendos portavasos, cinturones de seguridad regulables en altura, un excelente equipo de audio con radio AM/FM y pasacassettes (con múltiples regulaciones de sonido) y cuatro parlantes, y en el techo, sobre el espejo retrovisor central, un display digital con brújula y temperatura exterior (puede configurarse en grados centígrados o Fahrenheit), dos luces de lectura y una consola portaobjetos. Además, incorpora los ya tradicionales elevacristales y espejos eléctricos y cierre centralizado.
La posición de manejo adecuada es algo difícil de encontrar por la altura de la pedalera. Según la talla del conductor, esto obliga a buscar un equilibrio entre la altura de la columna de dirección y la posición en extensión de la butaca.
Los espejos retrovisores, de generoso tamaño, son ideales para su cometido, pero dificultan la visión lateral en los cruces de calles y en maniobras de estacionamiento.
Más puntos a favor
Dos ítem favorables para el conductor son los frenos (discos adelante y tambor con ABS atrás) de excelente y firme respuesta, y el impecable funcionamiento de la dirección asistida. También es muy bueno el accionamiento de la selectora de la caja de velocidades (aunque se dificulta si está rebatido el apoyabrazos) y de todos los comandos.
En lo que respecta al equipo exterior, la Dakota cuenta con luces antiniebla delanteras, tercera luz de stop y luneta corrediza, pero carece de un arco o jaula protectora de ésta. Tampoco cuenta con ganchos de sujeción en la caja.
A modo de resumen, la Dodge Dakota se presenta como un vehículo versátil, de gran robustez general (al estilo norteamericano), con una estética de avanzada y una planta motriz sumamente silenciosa, de gran elasticidad y eficiencia.




