Con el sol a pleno y el calor, es necesario tener cuidado con los neumáticos, en especial en la ruta.
Normalmente, para transitar en carreteras hay que incrementar la presión de los neumáticos. En el verano, con la familia, las valijas y demás pertrechos a bordo, el peso es otro factor a tener en cuenta. Para este último caso, considerando un auto mediano, por ejemplo, no tenga miedo en poner 32 o 33 libras en los cuatro neumáticos.
Aún hay gente que sostiene lo contrario; es decir, que se debe bajar la presión. No los escuche. Bien inflados los neumáticos levantan menos temperatura en la banda de rodamiento y la deformación en curvas (deriva) es mucho menor.
No olvide verificar la presión de la goma de auxilio. Olvidada durante meses en su soporte, pudo perder mucho aire y no ser útil cuando se la necesita. Por norma general, hágala inflar con más presión que las que están en uso.
Revise cuidadosamente los testigos de desgaste en la banda de rodamiento de las cubiertas. Para salir a la ruta se requieren neumáticos con una profundidad adecuada de dibujo: es un factor vital para drenar el agua en caso de lluvia y evitar el pernicioso efecto aquaplanning.
En las paradas, toque los laterales de los neumáticos y verifique que no haya excesos de temperatura.