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La psicología del riesgo
Los accidentes causados por las picadas callejeras parecen no tener fin en nuestro país. Hace poco, por ejemplo, en Parque Chacabuco, el conductor de un VW Gol se mató mientras "competía" con una moto por la avenida Directorio. ¿Un loco? Puede ser; pero no es el único. Entonces, ¿por qué motivos muchos conductores se involucran en estas picadas?
Buscando alguna respuesta, se puede leer un estudio de Amaro Egea Caparrós, de la Universidad de Murcia que, aunque complejo en su profundización psicológica, sirve para tratar de entender parte de este nefasto fenómeno. "Algunos de los modelos explicativos más importantes del comportamiento humano en la conducción hacen de la percepción del riesgo un elemento fundamental", dice el informe. Una de esas teorías es el Modelo de Riesgo-Cero de Näätänen y Summala. Básicamente, se refiere a que en el conductor confluyen dos grupos motivacionales: los "excitatorios", que impulsan a adoptar comportamientos arriesgados (apuro, ansiedad, enojo al ser sobrepasado por otro auto, tendencias agresivas propias, búsqueda deliberada del riesgo, etcétera), y los "inhibitorios", que llevan a aplicar conductas prudentes. "Cuando se da un equilibrio entre motivos excitatorios e inhibitorios, el comportamiento en conducción se mantendrá dentro de límites de aceptación de un nivel de riesgo razonable".
Pero, muchas veces este equilibrio se rompe "por propiedades que tienen que ver con el aprendizaje, la percepción, el conocimiento y las motivaciones durante la conducción. Entre ellos: la adaptación sensorial a la velocidad, la subestimación de ésta, la sobreestimación de la propia habilidad como conductor y el escaso efecto disuasorio de la vigilancia policial, entre otras. Estos factores provocan que se tomen riesgos demasiado elevados, que pueden producir accidentes". Obviamente también hay factores como el alcohol y las drogas que inhiben el riesgo, aunque su ingestión también entra en el terreno de la psicología.
Así, una de las conclusiones es que, como en casi toda la problemática del tránsito, la solución sólo vendrá de la mano de la educación (vastamente vapuleada en nuestro país), la concientización y creer en el respeto de las leyes.
Por Gabriel Tomich
