Muchas veces tenemos hábitos o costumbres de manejo que suponemos correctas, pero que en realidad distan mucho de estar acordes con las normas y las regulaciones. El especialista Hernán de Jorge –responsable del área de Seguridad Vial del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) Argentina– despeja algunas de esas dudas.
Balizas
–Usarlas cuando hay niebla, ¿sirve para que nos vean mejor?
–Solo como un elemento adicional de seguridad, las luces de emergencia o balizas pueden encenderse. La Ley Nacional de Tránsito especifica, justamente, que cuando se realiza una maniobra riesgosa se deberán tener encendidas. Pero si el coche cuenta con luces antiniebla es correcto que éstas estén encendidas y no las balizas, dado que puede llegar a generar confusión, porque se puede suponer que el vehículo que las tiene prendidas está en un problema o detenido y puede llevar a que se hagan maniobras para evitarlos.
Adelantamientos
–¿Cómo comportarse ante una maniobra mal realizada?
–Como conductores que compartimos la misma vía (especialmente una ruta de dos manos), si observamos que dos vehículos están realizando el sobrepaso al mismo tiempo y nosotros estamos de frente hacia ellos, debemos estar atentos a que en caso de que estos no terminen de realizar la maniobra nosotros debemos ceder nuestro carril a estos dos conductores. ¿De qué forma podemos hacerlo? Disminuyendo la velocidad, colocando la luz de giro del lado de la derecha y descendiendo a la banquina de forma lenta, pronunciada y segura.
Polarizados
–¿Ayudan a que se sienta menos el calor?
–Los estudios que realizamos demostraron que en los automóviles con vidrios polarizados la temperatura en el interior era 1 o 2 grados inferior que en aquellos sin polarizados. La mayor cantidad de temperatura en el habitáculo se da por la exposición de la carrocería al sol y no porque tenga o no vidrios oscurecidos, ya que las láminas polarizadas disminuyen mínimamente la temperatura. Además, estas láminas pueden generar accidentes dado que muchos conductores no pueden ver qué sucede por delante del vehículo que tiene los cristales polarizados.
Día y noche
–¿La conducción es la misma en ambos casos?
–Según un estudio, entre las 0 y las 6 se triplica el riesgo de sufrir un siniestro de tránsito. La dificultad que presenta conducir de noche es ver y reconocer con el tiempo suficiente algún objeto en la ruta. Con las luces bajas, la visión que el conductor tiene es de aproximadamente 30 a 35 metros y solo hacia delante (el conductor pierde la visión periférica). Si transitamos por una ruta sin iluminación artificial a 110 km/h y se interpone un peatón vestido con ropa oscura, necesitaremos aproximadamente 110 m para detener el vehículo, con lo cual el impacto es inevitable.
Cómo somos
–Los argentinos, ¿manejamos bien?
–Luego de realizar relevamientos en rutas y autopistas sobre los hábitos de los conductores, los resultados son para pensar. Por ejemplo, el 14% de los usuarios no tenían las luces encendidas en el día: usarlas nos permite percibir mucho mejor a los vehículos en sentido contrario en rutas de un carril por mano y poder determinar el momento óptimo para hacer un adelantamiento. Respecto del cinturón de seguridad para conductor y acompañante, el 21% no lo tenía puesto. Y acerca de la distancia respecto del auto de adelante el 80% no la mantiene (debe ser al menos de 2 segundos y apenas llegaba a 1,4 segundos).
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