El modelo de entrada de gama de la marca inglesa estrena su segunda generación. Se vende desde 330.000 euros
Cuando se lanzó en 2011, el Rolls-Royce Ghost se presentó como el modelo “más accesible” de la marca inglesa. Y no solo eso, sino que también ofrecía un diseño menos elegante y formal, con el que buscaba conquistar a un público más joven. La apuesta le resultó bien a la firma de Goodwood, ya que significó un aumento de ventas globales inesperado.
Hace unos meses se presentó la segunda generación de este entrada de gama, que muestra exteriormente un diseño más estilizado y dinámico y líneas más modernas y deportivas. En el interior, en tanto, además de materiales y terminaciones de calidad superlativa, exhibe una imagen más acorde con estos tiempos. Además, agrega elementos de confort y seguridad de última generación, como iluminación láser (tiene un alcance de 600 m), sistema de visión nocturna, dirección integral a las cuatro ruedas, sistema de amortiguación predictiva (usa las imágenes captadas por la cámara del parabrisas para transmitir a los amortiguadores en tiempo real cómo son las condiciones del terreno y adaptarlos a ese uso), función de estacionamiento a distancia y mucho más.
Conserva el motor naftero V12 doble turbo y 6.8 L de cilindrada que entrega 571 CV y 850 Nm de torque, anexado a una caja automática de 8 marchas. Y las prestaciones son igual de superlativas: acelera de 0 a 100 km/h en 4,8 s y alcanza una velocidad máxima de 250 km/h; nada mal para un coche que pesa 2,5 toneladas.
El precio del nuevo Ghost arranca en los 330.000 euros, “accesible” en términos de lo que puede significar “accesible” cuando se habla de lujo.