El hecho le ocurrió a una unidad eléctrica en China; la explicación del fenómeno y el porqué no hubo heridos
3 minutos de lectura'

Hay situaciones o escenarios que por su naturaleza son tan poco probables que si se ven en una película de ciencia ficción, automáticamente se catalogaría a la misma como demasiado irreal o incluso con un equipo de guionistas poco originales que generan una trama deplorable. Uno de esos puede ser que le caiga a un auto un rayo, un infortunio cuya probabilidad parece de uno en un millón.
Sin embargo, hay casos que evidencian que la realidad puede superar a la ficción. El dueño de un BYD Song Plus eléctrico estaba manejando por Beihai, una ciudad costera al sudeste de China, cuando fue impactado por un rayo en medio de la tormenta. En ese momento el vehículo estaba circulando a baja velocidad cuando cayó la descarga eléctrica y sorprendió al conductor, que resultó ileso como consecuencia del fenómeno jaula de Faraday, al encontrarse arriba del SUV.
El efecto de jaula de Faraday es, básicamente, un “paraguas” metálico contra los campos eléctricos. Cuando un rayo, una chispa o una señal electromagnética golpea desde afuera, los electrones del metal se mueven y dibujan un campo opuesto que neutraliza lo que intenta entrar. Adentro, el campo se anula y se está protegido. Si la “jaula” tiene agujeros (como una malla o la ventanita del microondas), siguen sirviendo, siempre que los huecos sean mucho más chicos que la onda que se busca frenar.

En el caso de los autos, un vehículo con techo rígido metálico actúa como una jaula de Faraday. La corriente del rayo viaja por la carrocería y se descarga a tierra, mientras el interior queda protegido si las ventanillas están cerradas. No es por los neumáticos, sino que la protección viene del caparazón de metal. A pesar de esto la recomendación en tormentas eléctricas siempre es evitar salir a la ruta y refugiarse en edificios cerrados.
Por lo anteriormente expuesto, sedanes, hatchbakcs, SUV y pickups con techo y marco metálico continuo sirven para conducir este fenómeno climático, no así los convertibles, buggies, motos o bicicletas que cuentan con carrocerías con grandes superficies no conductoras o sin cierre completo (el principio del blindaje requiere una envolvente conductora; sin “jaula”, no hay efecto).

Una preocupación adicional se da si el vehículo alcanzado es uno eléctrico (como en este caso). Diferentes pruebas de laboratorio con descargas artificiales mostraron que si están bien diseñadas, las carrocerías metálicas y de compuestos pueden ofrecer capacidad de descarga comparable frente a rayos pero el desafío mayor está en proteger la electrónica y ruteo de corrientes transitorias. En eléctricos e híbridos, los ocupantes siguen protegidos por la “jaula” del cuerpo del vehículo, pero los sistemas eléctricos requieren estrategias específicas de compatibilidad electromagnética.
En el caso de que nos sorprenda una tormenta, es fundamental para el conductor parar en un lugar seguro, quedarse dentro del auto, cerrar ventanillas y no tocar partes metálicas expuestas ni elementos conectados al exterior. Tras el impacto (por supuesto poco probable, pero posible), esperar a que pase la tormenta y luego verificar daños en antenas, neumáticos, pintura o electrónica.









