El SAV compacto de BMW hace gala de los valores que la marca bávara busca en todos sus modelos: calidad, confort, seguridad y alto rendimiento
Cuando la fiebre por los vehículos 4x4 se desató en los ’90 y amenazaba con extenderse a todos los segmentos, BMW estaba preparada para contrarrestarla: en 1999 presentó el X5, su primer SUV, que en la marca bávara llaman SAV por Sport Activity Vehicle. De aquellas grandes "camionetas 4x4" (como las llamábamos por aquí) pronto empezaron a surgir, a pedido de un público cada vez más ávido, vehículos de corte aventurero más pequeños; primero medianos y luego compactos (y urbanos). Es aquí cuando, a fines de 2009, BMW lanzó al mercado europeo el X1, su utilitario deportivo premium compacto. A aquella primera generación la reemplazó la segunda en 2015 que, como suele suceder cada tres o cuatro años con todos los modelos, ahora recibió un restyling para mantenerla vigente. Así, a mediados del mes pasado llegó a nuestro país el último modelo del BMW X1, del que probamos la versión tope de gama, sDrive 20i Sportline (también se comercializa la sDrive 18i Advantage, a US$52.600).
La actualización estética (de corte deportivo) del X1 es notoria en el frontal, con los famosos riñones de BMW más grandes y casi formando una sola pieza; además hay una reformulación del paragolpes delantero, con una toma de aire de mayores dimensiones y con las luces antiniebla que, igual que los también nuevos faros (de estilo felino) son de LED como el resto de las ópticas del vehículo (consumen menos electricidad, ahorran combustible y son más amigables con el medio ambiente). Aunque se lo considera un SUV compacto, lo cierto es que no es nada pequeño, lo que se nota observando el elegante lateral y se confirma con una longitud total de 4,447 m y una distancia entre ejes de 2,670 m. La ventaja de estas amplias medidas exteriores tiene su correlato en un habitáculo de espacio generoso para cuatro personas adultas, que además pueden ajustar la inclinación del respaldo. Si bien nominalmente hay una quinta plaza central en el asiento posterior, resulta incómoda por el falso túnel de transmisión: este X1 solo cuenta con tracción delantera. Para terminar con la habitabilidad, el baúl ofrece unos buenos 505 L de capacidad, que pueden ampliarse rebatiendo los asientos traseros.
La posición de manejo es comodísima (siempre considerando que los SUV son más altos que un sedán) y fácil de configurar, porque las deportivas butacas delanteras tienen regulación eléctrica y la del conductor memorias (en caso de que no siempre sea la misma persona), además de una excelente sujeción lateral al doblar y ajuste para la zona renal. El tablero, si bien es una pantalla TFT de 5,7", es al estilo de la vieja guardia sport con dos grandes instrumentos analógicos (velocímetro y tacómetro).
Para configurar todos los sistemas del vehículo, audio, navegador, imágenes de la cámara de retroceso (más sensores), etcétera, este X1 cuenta con una gran pantalla táctil flotante de 8,8" de funcionamiento sumamente eficaz (las funciones también se pueden comandar desde el dial en la consola de la selectora de cambios), a la que suma un amplio equipamiento de confort y seguridad que incluye climatizador bizona, 6 airbags, anclajes Isofix y mucho más en el marco de una alta calidad (como no podía ser de otra manera) de materiales y terminaciones. Eso sí, no cuenta con ninguna de las ayudas modernas: alerta de cambio de carril o de punto ciego, por ejemplo.
Pero este X1 no solo tiene pinta deportiva, la performance de la mecánica también avala el concepto. Está equipado con un motor moderno: 4 cilindros en línea, 2.0 L, 16 válvulas, distribución variable, inyección directa y turbocompresor para entregar una potencia de 192 CV entre 5000 y 6000 rpm y un par de 28,5 kgm desde 1350 hasta 4800 rpm. Estas curvas de potencia y torque, más la eficiente y veloz caja de velocidades automática Steptronic de doble embrague y 7 marchas, hacen que este X1 responda con mucha rapidez al acelerador. Así, en modo Sport (los otros programas son Eco Pro y Comfort) pasa de 0 a 100 km/h en 8,1 s; de 0 a 400 m en 16,1 s; de 0 a 1000 m en 28,5 s y recupera de 80 a 120 km/h en 5,4 s; mientras que registra consumos de 12 L/100 km en ciudad y 7,9 L/100 km a 120 km/h.
Las suspensiones no pueden negar su origen alemán por su firmeza. Esto hace que el comportamiento dinámico en la ruta sea impecable y aplomado (cuenta obviamente con ESP y con control de potencia y frenado al tomar una curva), pero que el confort de marcha en las calles desparejas sea un poco más áspero, apartado éste donde tampoco ayudan los neumáticos run flat de bajo perfil (225/50 R18). Frena bien, pero sin destacarse: 100 km/h a 0 en 41 m. El precio: US$56.900.