La versión de entrada de gama de la pickup mediana no tiene detalles de lujo ni gran equipamiento, pero sí una mecánica pensada para rendir al máximo

Dentro del cada vez más competitivo mercado de las pickups medianas existe un segmento muy particular, que es el que mayores volúmenes de venta genera a las terminales y que muchas veces queda eclipsado por las propuestas de alta gama (cada vez más tecnológicas y sofisticadas). Son las versiones base, ésas que buscan las empresas para equipar sus flotas o las que se compran para exigirlas en el trabajo cotidiano.
Es en ese mini universo que se ubica la Volkswagen Amarok Trendline, que tuvo una reciente actualización y que la marca alemana lanzó hace apenas unas semanas. Se ofrece con tracción simple o doble pero con el mismo nivel de equipamiento. La última fue la que probamos.
Como se mencionó, las camionetas de este tipo están pensadas más para rendir y aguantar que para ofrecer una estética lujosa y un gran equipamiento de confort; está claro, cualquier detalle estético corre peligro de perderse en el trajín diario. Por eso, en esta variante no hay cromados ni otros detalles, pero sí abundancia de plásticos duros en las zonas que especialmente reciben el castigo: adelante, en los voluminosos paragolpes, en la parrilla (aparece solo el logo de la marca) y en la falsa toma de aire. Por otra parte, las luces son halógenas y no posee faros antiniebla.
- Largo: 5,254 m
- Ancho: 1,944 m
- Alto: 1,834 m
- Distancia entre ejes: 3,097 m
- Despeje: 226 mm
- Capacidad del tanque: 80 L
- Capacidad de carga: 1052 kg
- Peso bruto total: 3040 kg
- Neumáticos: 245/70 R16″
En el lateral no encontramos el estribo para subir, pero sí estrena unas bonitas llantas de aleación (no de chapa, que es lo habitual) de 16″ con neumáticos 245/70 (una buena opción para moverse tanto en asfalto como fuera de él), las carcasas de los espejos son negras y las manijas son plásticas. Atrás, el paragolpes es de chapa negra y el escalón para subir a la caja está recubierto también en plástico: Por debajo está el protector de cárter.

La unidad que manejamos tenía un par de accesorios muy útiles, como la barra de San Antonio en negro y la lona marítima que protege la zona de carga.
En el interior, obviamente, todo sigue la misma tónica. Con una correcta calidad de materiales y terminaciones (claramente es todo en plásticos duros pero con muy buenos encastres), el piso no cuenta con alfombras pero sí con los protectores de goma. Las butacas (tapizadas en cuerina) son de buen agarre y la posición de manejo se encuentra fácil gracias a que es una de las pocas chatas de este nivel que incluye regulación del volante en altura y profundidad.
El equipamiento es modesto (¿se necesita más para trabajar?): aire acondicionado, levanta cristales en las 4 puertas, espejos con regulación eléctrica, sensores de estacionamiento traseros, radio con CD, MP3 y entrada USB con conectividad para I-Pod y Bluetooth y poco más.
La dotación de seguridad, por otra parte, es muy buena: frenos con EBD y ABS con función off-road, sistema de frenado automático post colisión, controles de tracción y estabilidad, asistente de ascenso en pendiente, control de descenso, 4 airbags, alarma antirrobo con sensor volumétrico y anclajes Isofix.
El de siempre
Debajo del capot aparece la clásica mecánica de esta variante: motor diésel 2.0 L de 4 cilindros en línea con inyección directa Common-Rail, turbocompresor de geometría variable e intercooler, que genera 140 CV a 3500 rpm y 34,7 kgm de par entre 1600 y 2250 rpm, asociado a una caja manual de 6 marchas y tracción 4x4 4Motion con reductora.
Buen empuje, gran salida y una muy satisfactoria respuesta en cualquier condición hicieron que este conjunto sea muy valorado por los que buscan un vehículo rendidor y que no defraude. Además, el comportamiento fuera de pista no tiene nada que envidiarle a cualquier otro modelo, ya que se muestra muy sólida y transmite mucha seguridad para transitar por ripio, barro u otros terrenos complicados (siempre apelando a la doble tracción que tiene reductora).
Obviamente, no muestra prestaciones notables (para eso VW tiene la excelente V6…), pero sí las correctas para lo que se busca en este tipo de chatas: acelera de 0 a 100 km/h en 14 s, recupera de 80 a 120 en 9 s (en cuarta) y alcanza una velocidad máxima de 168 km/h.
- Motor: turbodiésel
- Cilindrada: 1968 cc
- Cilindros: 4 en línea
- Válvulas: 16
- Potencia: 140 CV a 3500 rpm
- Par motor: 34,7 kgm de 1600 a 2250 rpm
- Caja: manual de 6 marchas
- Tracción: 4x4
- Dirección: asistida eléctricamente
En cuanto a los consumos, los promedios son de casi 10,5 L/100 km; es decir es bastante eficiente y si consideramos que el tanque es de 80 L brinda una muy buena autonomía.
Para destacar son el confort de marcha (aunque la insonorización no es la mejor, sí sobresale por no rebotar tanto como muchas otras pickups cuando no llevan carga) y el comportamiento dinámico (ofrece un agarre excepcional en ruta y se mueve bien en el tránsito), dos aspectos en los que no muestra fisuras y que son casi idénticas al resto de la gama.
Esta Amarok Trendline tiene un precio sugerido al público de $14.691.700, acorde con los valores actuales del segmento.
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