Convertido en hotel boutique, festeja 150 años el Club Francés
Se invirtieron US$ 9 millones en restaurar la mansión que lo aloja desde 1941
Los salones del Club Francés, un ícono de Recoleta, están listos para un triple festejo: los 150 años de la institución, la fiesta nacional francesa (14 de julio) y la conmemoración del Bicentenario de la Independencia Argentina.
El club fue fundado en 1866 por los primeros residentes franceses en Buenos Aires. En 1941 adquirieron la actual sede, una mansión en Rodríguez Peña y Quintana -compuesta por tres plantas en estilo Luis XVI- por la que pasaron celebridades del país y del resto del mundo, desde el escritor Jorge Luis Borges hasta el estadista George Clemenceau.
Después de que la entidad se asociara con una empresa hotelera que invirtió más de US$ 9 millones en tareas de restauración, mármoles, espejos y cuadros vuelven a brillar como antes para recibir hoy a diplomáticos, políticos, empresarios, periodistas y personalidades de la cultura. El Club Francés representa, junto al tradicional Jockey Club, un símbolo de la belle époque.
"Seguimos el ejemplo del Circolo della Caccia de Roma, que se asoció a un hotel boutique para encarar la restauración, el reciclado completo y la ampliación de la sede respetando el estilo original del edificio", explicó Hernán España, presidente del club, que cuenta con unos 200 socios que utilizan sus salones para practicar esgrima, almorzar o tomar un trago en el bar.
A la mansión de Recoleta, que data de 1906 y que pertenecía a la familia Vázquez Mansilla, se le respetó por completo la fachada a pesar de que se realizaron modificaciones para transformarla en un moderno hotel boutique. "Era una casa perpendicular. La parte de la entrada estaba reservada para los coches a caballo y la de atrás, para la mansión", afirmó España. La casa es seguida de un jardín de invierno, hoy utilizado como parte del restaurante al que se ingresa por una puerta de madera realizada a partir de lo que era la biblioteca principal del club.
Los trabajos de carpintería fueron intensos: seis meses demandó restaurar 60 m2 cubiertos de boiserie de roble labrado. Lo mismo ocurrió con los tapices, las enormes arañas estilo Versalles, los mármoles del hall del primer piso que volvieron a su tono original, los vitraux que decoran el techo del primer piso y con las obras de arte que fueron recuperadas; entre ellas, los lienzos de Eduardo Sívori y los óleos regalados al club por Clemenceau, como el Vercingétorix. El bar, en cambio, está intacto y el trago principal sigue siendo el Coloradito, una bebida típicamente porteña hecha con Martini y Campari.
"Las obras nos requirieron más de cuatro años de trabajo intenso, ya que nos interesaba preservar todo lo que hacía a la esencia del club. Para conservar la fachada tuvimos que realizar una estructura especial en el subsuelo para sostenerla", indicó Guillermo Stegman, presidente de Hotel Club Francés, empresa a cargo de las obras.
Historia
El Club Francés nació a causa de las reuniones de camaradería que los residentes franceses realizaban en el Café Malakoff. El lugar congregó a los primeros inmigrantes que llegaron en barcos provenientes del puerto de Burdeos. La mayor ola inmigratoria francesa llegó a la Argentina entre 1831 y 1854.
La primera sede de la institución funcionó en la actual calle Rivadavia, casi esquina Maipú. Luego se mudó a Cangallo 146. En 1884 se fundó la Cámara Francesa de Comercio, primera cámara extranjera en la Argentina, y empresarios galos ocuparon la dirección del club. Entre ellos, Ulric Courtois, constructor de la Basílica de Luján; Miguel Laphitzondo, director del Hospital Francés; Carlos Thays, diseñador de las más importantes plazas y jardines de la ciudad, y el historiador y periodista Paul Groussac.
En 1924 comenzó a practicarse allí la esgrima, deporte en el que el club es aún hoy referente tanto a nivel nacional como internacional. Durante el siglo XX dictaron conferencias figuras de las letras y de la ciencia como Octavio Paz, Luis Federico Leloir, Alicia Jurado, Luisa Mercedes Levinson, Mario Vargas Llosa, el profesor Henri Laborit, Victoria Ocampo, Silvina Bullrich y Adolfo Bioy Casares.
Gran cantidad de barrios, calles y plazas de Buenos Aires aluden a personajes de Francia. Además del club existen otras instituciones vinculadas con ese país: entre ellas, la Alianza Francesa, el Centro Vasco Francés, la Unión de Socorros Mutuos, el Hospital Francés y el Liceo Jean Mermoz.