Colon irritable: un síndrome tan molesto como frecuente
Lo sufre cerca del 20% de la población
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NUEVA YORK (The New York Times News Service).- El problema de Jean comenzó en el bachillerato con repetidos ataques de espasmos abdominales, una sensación perpetua de hinchazón y la necesidad de ir al baño docenas de veces al día durante largos períodos cada vez, pero sin lograr un gran alivio. Actualmente tiene que levantarse unas horas antes para poder estar el tiempo suficiente en el baño debido a su intestino crónicamente estreñido antes de ir a trabajar. Jean padece de una condición llamada síndrome de intestino irritable o IBS (sus siglas en inglés), un desorden crónico de un intestino aparentemente normal que, según se ha indicado en sondeos en los Estados Unidos, aflige a casi una persona de cada cinco, de las cuales el 70 por ciento son mujeres. Lillian, de 33 años, tiene una versión diferente del mismo problema: impredecibles ataques de diarrea que pueden presentarse varias veces en un día. Para Lillian, "el IBS afecta cada aspecto" de su vida cotidiana. Pese a la elevada incidencia del síndrome, es común que la persona que lo padece vea muchos médicos antes de recibir un diagnóstico preciso. Los pacientes pasan por pruebas costosas y difíciles que no revelan nada, aunque sirven para descartar condiciones más graves. Los expertos estiman que hasta un 70% de estos pacientes no busca ayuda médica.
Difícil, pero no mortal
Se sabe muy poco de este síndrome que aún no tiene cura. Pero si bien es debilitante, no es mortal, no progresa para convertirse en una afección más grave y no aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de colon u otras enfermedades intestinales. Según el doctor Michael Camilleri, gastroenterólogo de la Clínica Mayo, Estados Unidos, "estudios a largo plazo demuestran que los síntomas pueden desaparecer con el tiempo y que la sobrevivencia de estos pacientes que llevan mucho tiempo sufriendo no se ve afectada".
El síndrome ha sido malinterpretado desde hace mucho. A lo largo de los años ha sido catalogado de diversas formas, algunas de las cuales son inexactas, incluyendo colitis y colitis mucosa, colon espasmódico y enfermedad funcional del intestino.
Contrariamente a la creencia generalizada, el síndrome del intestino irritable es una condición real. No se trata de un desorden psicosomático, aunque sus síntomas pueden agravarse con la tensión, la ansiedad, la depresión o los traumas emocionales. Más bien se cree que se origina a partir de conexiones nerviosas anormales entre el cerebro y el intestino, produciendo una sensibilidad extrema en las contracciones intestinales y el paso de gas y fluidos.
Los nervios que controlan músculos en el intestino al parecer reaccionarían excesivamente ante gases o alimentos después de una comida, traduciéndose en dolorosos espasmos que pueden acelerar o retardar las evacuaciones y provocar diarrea o estreñimiento.
Algunos consejos
Las dietas ricas en fibra ayudan a controlar la diarrea y el estreñimiento. Sin embargo, existe un aspecto engañoso: muchos alimentos con altos niveles de fibra incrementan el gas intestinal y pueden provocar más espasmos. Además: -Si la diarrea es el problema principal, evite comidas grasosas, pues estimulan el movimiento intestinal más que cualquier otro alimento.
-Si usted no tolera la lactosa, mejor consuma productos lácteos con cantidades reducidas de lactosa, quesos duros bajos en grasa y yogur con cultivos activos.
-Revise las etiquetas de los alimentos dietéticos, de los dulces y gomas de mascar sin azúcar y evite consumir los que contengan sorbitol o manitol, pues pueden provocar diarrea.
-Coma despacio. Siéntese, relájese y disfrute la comida.
-Evite la goma de mascar, hablar mientras come y comer demasiado de prisa; todo ello puede ocasionar que trague aire e incremente el gas intestinal.
-Lleve un diario de los síntomas que ocasionan los alimentos que consume para determinar cuáles le molestan más y trate de evitarlos. Si cree que es susceptible a cierto alimento, no lo coma durante varias semanas y después vaya introduciéndolo gradualmente para ver si sus síntomas empeoran.
-El tabaco, el alcohol, la cafeína y los alimentos condimentados son irritantes comunes. Evítelos.
-Por último, ciertos medicamentos, como los antiácidos que contienen magnesio, pueden ocasionar diarreas. De la misma forma que con los alimentos, lleve un registro que relacione medicamentos con síntomas.



