Anglicanos unidos a Roma
La Santa Sede sorprendió al anunciar que aceptará el pedido de ingreso de obispos y fieles anglicanos a una comunión plena con la Iglesia Católica, conservando elementos de su patrimonio espiritual y litúrgico. "Esto es más de lo que, en sueños, nos atrevimos a incluir en nuestra petición hace dos años", dijo el arzobispo anglicano australiano John Hepworth.
Todavía no se conoce el texto de la constitución apostólica de Benedicto XVI sobre cómo se hará este ordinariato personal ( nombre de la estructura no territorial en la que se acogerá a los fieles provenientes del anglicanismo). Pero cabe pensar en algo similar a las iglesias orientales católicas sui iuris (con su propio derecho) -como los maronitas o los armenios-, y no en una prelatura personal, como es el Opus Dei, o en los ordinariatos militares, que son otras formas de organización según las personas, estén donde estén, y no según un territorio.
Esas iglesias orientales -son 21, con unos 17 millones de fieles- admiten clero casado (los obispos son célibes), tienen su propia disciplina y liturgia, y pueden tener órdenes religiosas propias (los anglicanos también tienen monjes).
El mismo día que se hacía el anuncio en Roma, en la UCA había un simposio sobre el cardenal Henry Newman y su camino a la santidad. Siendo anglicano, Newman inició el movimiento de Oxford. Pensaba que la Iglesia Católica tenía tres ramas: romana, inglesa y oriental. Estudiando más a fondo la historia, concluyó que ella subsistía en la Iglesia de Roma. Convertido en 1845, murió en 1890 y pronto será beatificado.
Habrá que ver qué efectos origina este gesto. Anteayer, el obispo anglicano de Chichester, John Hind, ya anticipó: "Sería feliz de ser reordenado en la Iglesia Católica".