Fragancia de origen
El aroma de la vegetación persiste. Aun cuando la planta ya perdió toda conexión con su tierra. Permanece y se transforma. La efervescencia del verde se aquieta y da lugar a las notas secas, que no son menos intensas. Huele diferente cuando esas manos frotan las fibras. En el ágil ir y venir del tejido, la fragancia se libera y expande. Será sombrero, canasta o panera. Será mercancía. Emigrará de Indonesia. En algún lugar del mundo, será un souvenir de viaje. Un recuerdo del trabajo de un artesano de Lampanah, en la provincia de Aceh. Y cuanto más se aleje de ese lugar y del arbusto que fue el principio de todo, cuanto mayor sea la distancia entre el objeto que vaya a ser y esas manos, seguirá llevando el rastro olfativo de su naturaleza. Que se irá transformando hasta perderse por completo.