Censura y repudio: el gobierno de Daniel Ortega ordenó el cierre de la Academia de la Lengua en Nicaragua
Se agrava la persecución a opositores e intelectuales: desde finales de 2018, se canceló la personería jurídica de cientos de organizaciones no gubernamentales; la respuesta de la Academia Argentina de Letras, la Cátedra Vargas Llosa y otros intelectuales
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No se acaba la persecución del gobierno de Daniel Ortega a críticos y opositores en Nicaragua: políticos, activistas, periodistas, escritores y ahora también académicos. Este sábado se informó que, a través del Ministerio de Gobernación, se ordenó el cierre de 83 organizaciones no gubernamentales (ONG) locales, incluidas la Academia Nicaragüense de la Lengua y la Fundación Enrique Bolaños, que posee una de las bibliotecas virtuales más completas del país.
La Academia Nicaragüense de la Lengua existe desde 1928 y pertenece a la Asociación de Academias de la Lengua Española. El lema inscrito en su escudo es un verso del escritor Rubén Darío: “En espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua”.
Se elevan a 229 las ONG cuya ilegalización ha pedido el Ejecutivo del Daniel Ortega en lo que va de mayo, y a 319 desde diciembre de 2018. Con el voto de los diputados sandinistas y sus aliados, que son mayoría en la Asamblea Nacional, se canceló la personalidad jurídica de cientos de ONG desde diciembre de 2018, meses después de que la revuelta popular de abril de ese año que, al ser considerada un intento de golpe de Estado por Ortega, desencadenó una fuerte represión.
Desde el gobierno nicaragüense se comunicó que las ONG han incumplido con las leyes, entre ellas no inscribirse en el registro de “agentes extranjeros”. No obstante, un día después de que se conociera la insólita orden del gobierno nicaragüense, la Academia informó que trabaja “en la revisión, enmiendas y aportes a la nueva gramática de la lengua española y al diccionario de la lengua española”. El grupo de trabajo está a cargo de los académicos María Auxiliadora Rosales Solís, Róger Matus Lazos y Pedro Xavier Solís (los integran la junta directiva de la institución), entre otros colaboradores.
“La Academia Nicaragüense de la Lengua tiene personería jurídica desde 1928!! Y ahora salen con que no ha llenado requisitos y que le suspenderán personería a una academia que es apolítica por naturaleza. Ni Somoza lo hizo”, escribió en su cuenta de Twitter la escritora y académica nicaragüense Gioconda Belli.
La Academia Nicaragüense de la Lengua tiene personería jurídica desde 1928!! Y ahora salen con que no ha llenado requisitos y que le suspenderán personería a una academia que es apolítica por naturaleza. Ni Somoza lo hizo @ReporteNi
— Gioconda Belli (@GiocondaBelliP) May 29, 2022
Asimismo, la Academia Argentina de Letras expresó su “más enérgico repudio” al cierre de la Academia Nicaragüense de la Lengua. “Con esta acción, el Gobierno de dicha nación manifiesta su intolerancia y falta de respeto a las instituciones y a las personas -se lee en el comunicado-. Nuestra solidaridad con los colegas y escritores del país hermano”.
También la Cátedra Vargas Llosa, en su cuenta de Twitter, se manifestó al respecto. “La política no puede dirigir la cultura, la universidad ni la academia. La Cátedra Vargas Llosa defiende la libertad de palabra, de creación y de cátedra ante todo intento de represión. Hoy, más que nunca con los nicaragüenses”.
La política no puede dirigir la cultura, la universidad ni la academia. La Cátedra Vargas Llosa defiende la libertad de palabra, de creación y de cátedra ante todo intento de represión. Hoy, más que nunca con los nicaragüenses@FundacionFILhttps://t.co/R87Mn0hobz
— Cátedra Vargas Llosa (@CVargasLlosa) May 30, 2022
Darío Lopérfido, que integra desde 2021 el directorio de la Cátedra Vargas Llosa, dijo a LA NACION que, en lo personal, nada del régimen dictatorial de los Ortega lo sorprendía. “Recordemos lo que pasó hace tiempo con Sergio Ramírez [integrante de la Academia], la persecución permanente a estudiantes, intelectuales y escritores -remarcó-. Nada distinto de lo que pasa en Cuba, con una gran cantidad de presos políticos que también provienen del ámbito artístico-cultural de la isla, solo por haberse manifestado de manera pacífica. Ya sabemos cómo reaccionan estas dictaduras; lo mismo pasa en la Rusia de Putin, donde a cualquiera que se quiera pronunciar de una manera que el régimen no admite solo le queda el exilio o la cárcel. A estas dictaduras que persiguen de modo desembozado a las voces críticas, que usan cualquier estrategia para cerrar ámbitos de libertad intelectual para poder sojuzgar mejor a la población, hay que sumar el auge de la cultura de la cancelación, donde personas y grupos fanatizados detrás de causas identitarias persiguen y tratan de eliminar al que piensa distinto”. Para Lopérfido, es un momento muy oscuro para la libertad de pensamiento y de expresión. “Me apena mucho el silencio de personas y sectores que, ante cualquier acto de los gobiernos que defienden la democracia liberal se quejan y se pronuncian, frente a las atrocidades de las dictaduras como la nicaragüense o la cubana optan por un silencio sepulcral”.
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