Coffee table books, un mundo sofisticado
Nueva York
La vista desde la ventana hubiera seducido a cualquier buscador de locaciones de Nueva York. En el piso 27 de Park Avenue entran por el vidrio el Empire State, la Estación Central y el edificio Chrysler. Uno se distrae. Queda absorto en esos imanes mágicos del landscape más fotografiado del planeta. Pero, entre parpadeos, de pronto la mesa de café atrapa la atención. Hay allí una gama de libros dispersos y ordenados. Todos excéntricos, lujuriosamente costosos. Una unión de temas, nombres y artistas que difícilmente se podrían reunir en una misma habitación. Esa ojeada distrae del paisaje. De pronto, la ventana pierde protagonismo y el enorme escritorio donde los libros de la pareja de editores Prosper y Martine Assouline se lleva toda la atención. Dos parisinos que coparon el mercado del lujo en cultura. Su editorial, que cumple 25 años desde la salida de su primer libro, se ha transformado en una verdadera biblioteca de joyas. Las obras de Assouline están dedicadas al diseño, la moda, el arte y los viajes desde su inicio, en 1994.
Prosper era el joven marroquí al que todos deseaban conocer. Paseaba por París su talento, entusiasmo y creatividad. Era director de arte en Cosmopolitan durante el día. Las noches las pasaba en el Club Palace. No puede recordar cuándo exactamente dormía... En medio de esa frenética experiencia se conoció con Martine. Ella nació en Costa de Marfil, África, pero creció en Argentina y Perú. Más tarde, a la hora de la educación universitaria, pasó por Suiza y Francia. Se licenció en leyes en la Universidad de Niza y en 2009 obtuvo un doctorado honorífico de la Academia de Arte de de la Universidad de San Francisco. Fue modelo, pero le duró poco. Sentía que obtenía mucho dinero sin evolucionar.
Las primeras experiencias fueron relacionadas con la moda, pero se diversificaron en intereses y curiosidad. Han editado más de 1500 títulos. Crearon su tienda en Londres, la primera de 22 que hay alrededor del mundo. Aquella, llamada Maison Assouline, es un centro curatorial del buen gusto, donde objetos exclusivos llegan desde Chanel o Valentino para convivir con su oda al libro físico en un mundo con más aspiraciones digitales.
Otra historia de garaje
El planeta de los libros atraviesa tiempos de fragilidad cual la rosa de El Principito. La Asociación de Editores del Reino Unido publicó en su último anuario que los ingresos por ventas anuales se ha estabilizado en € 22,2 mil millones en los últimos tres años. Estados Unidos alcanzó ventas por US$26,23 mil millones, 2,72 mil millones menos que durante 2017, según la Asociación de Editores Americanos (AAP), momento en que se publicaron aproximadamente 610.000 títulos nuevos. La Cámara Argentina del Libro (CAL), en su último reporte, aseguró que por cuarto año consecutivo, se registra una caída en las ventas de libros. Desde 2015, la baja acumulada es del 35%.
No obstante, hay gotas que hacen sobrevivir a la rosa. Proyectos independientes, pequeñas editoriales, ediciones segmentadas para ciertos públicos... En ese oasis ha crecido Assouline.
Cuando nació Alexandre, el primer hijo del matrimonio, sobre todo a Proper, el trabajo le resultaba monótono. Llegaba a casa frustrado porque en la oficina las cosas no resultaban seductoras. Martine le hizo la propuesta: "No encontramos las obras que nos gustaría hallar, amamos los libros, ¿por qué no hacerlos juntos en casa?". Corría 1994. Publicaron desde su sótano de París La Colombe d’Or, un libro sobre su hotel favorito en el sur de Francia. Un año más tarde, se abrió la primera tienda de Assouline en la rue Danielle Casanova. Hoy, publican entre 50 y 60 libros al año.
Lo mejor que hicieron fue construir el concepto. Crear lujo en libros de tendencias, con fuerte énfasis en la fotografía, dándoles un curso contemporáneo que, en conjunto, pudiera armar un relato veloz de la historia que se quiere contar. El horizonte era inabarcable, pero hallaron un sendero hacia el arcoíris: plasmar la cultura icónica con una mirada vanguardista: La Dolce Vita o Tom Wolfe relatando a María Callas, al lado de la historia de marcas como Dior, Oscar de la Renta o Fendi. "La idea de nuestro primer libro surgió después de pasar otro fin de semana mágico en La Colombe d’Or –recuerda la editora–. Acabábamos de llegar a casa y todavía estábamos llenos de inspiración. Mientras observábamos las excelentes fotografías de Prosper, comenzamos con la idea de crear una maqueta para mostrar a nuestros amigos, los dueños del hotel. Son de muy bajo perfil y no querían que se publicara nada de su lugar secreto, hasta que vieron nuestro borrador. Al instante cambiaron de opinión: allí estaba todo el espíritu de La Colombe d’Or contenido en un libro que evitaba cualquier tipo de voyeurismo innecesario. Veintiún años después, el libro todavía se siente fresco y aún se vende bien".
¿Cómo ha cambiado el mercado de libros de lujo desde ese momento hasta hoy?
Prosper: A principios de los 90, a los libros, en general, les iba muy bien mientras se vendían en las librerías y en los principales minoristas de entonces, como Virgin o Borders. Esto fue antes del iPhone y las innovaciones de la tecnología digital. El lujo y la moda no estaba realmente presentes en la industria de entonces. Los muy pocos libros que abordaban esos temas los trataron de una manera clásica.
Martine: En el pasado, los libros con ilustraciones se centraban principalmente en temas clásicos y artísticos, que a menudo eran un poco aburridos. Los libros extraordinarios de edición más limitada creados por artistas se hicieron cada vez más raros después de los años 70. Creo que esta idea de lujo en la publicación ha sido impulsada por nuestros esfuerzos. Esto se debió a los nuevos temas que propusimos, así como a la forma en que creamos el libro de objetos, que introduce un enfoque en los materiales, seleccionando el mejor papel, jugando con los colores y, a veces, creando tipografía.
¿Y en cuanto a los clientes? ¿Cuál es la diferencia desde entonces a hoy?
P: Somos una marca de nicho que se percibe internacionalmente como una marca de lujo en la cultura, que ha sido nuestra visión desde sus primeros años. Creo que este estadio ha sido alcanzado por nuestro modo de edición y nuestra atención a los detalles, que siempre han atraído al cliente. También ha conservado los ideales de nuestra marca. Hay un dicho que seguimos: "La repetición es la reputación". Tenemos una visión consistente a largo plazo.
¿Qué libro de los siglos pasados les hubiera gustado hacer?
M: Hay un magnífico libro de los años 60 que el gran editor estadounidense George Braziller dedicó a los dibujos de Miguel Ángel. Prosper y yo amamos encontrar títulos antiguos, y cuando descubrí Dibujos de Miguel Ángel: 103 Dibujos en facsímil me hizo volar con emoción. Estaba tan impactada de sumergirme en el libro... Me despertaba a las cinco de la mañana ansiosa por seguir con él. El libro proporciona un momento perspicaz entre Miguel Ángel y Braziller.
P: Me encantan los manuscritos, sobre todo los de los siglos XVII y XVIII. En mi propio estudio conservo algunas reliquias que son valiosas para mí, como el documento de identidad de María Teresa, la emperatriz de Austria y la madre de María Antonieta. También tengo un libro de mapas de París de [Anne Robert Jacques] Turgot. Una obra que le llevó 20 años y está repleto de detalles. Otro libro que amo es uno sobre el templo de Kyoto publicado en la década de 1940.
¿Qué buscan en un concepto o una historia para crear un nuevo proyecto?
M: Nos inspiramos en las oportunidades de la vida. Prosper y yo somos muy curiosos, y necesitamos inspiración para respirar. Ya se trate de viajes, exposiciones, libros, artículos, personas, etcétera, siempre estamos en un grado de estimulación mutua. También hay proyectos externos que nos llegan de colaboradores que entienden nuestra marca y la forma en que creamos historias que también son muy inspiradoras. Prosper y yo decidimos principalmente sobre los títulos en los que estamos interesados en trabajar. Luego hacemos una tormenta de ideas con nuestro equipo cercano cuando estamos listos para compartir el proyecto. Me encanta idear la mejor manera de crear el libro. Es durante ese momento tan especial cuando encontramos su música o flujo. Me gusta seleccionar las imágenes clave, o las notas musicales, por así decirlo, que compondrán la melodía del libro.
Nómbrenme cinco cualidades que debería tener un editor de libros.
P: Cultura, curiosidad, creatividad, inteligencia y buen ojo.
M: También agregaría que disfrute el desafío de crear un medio atractivo para compartir conocimientos con palabras y elementos visuales.
Family book
Martine sostiene que lo mejor que ha hecho en su negocio ha sido involucrar a sus dos hijos. Tienen una casa exuberante en París a la que consideran su hogar. Pero para 2008 debieron hacer pie en Estados Unidos y decidieron instalarse en el Upper Side para que sus hijos tuvieran a 10 minutos de caminata el Lycée Français. No esperaban que este lugar se transformara en su segundo hogar, pero ahora lo es.
La dinámica familiar sigue funcionando. Sus oficinas son espacios íntimos. Apenas 35 empleados para todo el emprendimiento. Ahora ya se han sumado los hijos de la pareja: Alexander, quien ostenta la vicepresidencia, luego de haberse iniciado desde abajo, incluso bajo el mando de otros colaboradores, y Sebastien, que vive en ParÍs y está a cargo de la operación en Europa.
El lujo y la belleza pueden atenuar las miradas sobre los conflictos. Pero aseguran que no siempre fue sencillo. "Ambos somos claramente creativos –dice Martine–, pero, por suerte, tenemos los mismos gustos y valores. También somos personas de carácter fuerte, pero conscientes de la importancia del compromiso. Es cierto que, como la mayoría de los hombres, Prosper tiene un ego muy desarrollado, por lo que, como la mayoría de las mujeres, uso la intuición y la sabiduría para entendernos y el compromiso [risas]". Consultados por cómo zanjan las diferencias, Prosper se apresura a responder: "Con peleas de almohadas [más risas]".
Están iniciando nuevos negocios, pero insisten en que el corazón de sus ocupaciones siguen siendo los libros. Ambos coinciden en que existen puentes que los conectan con estos nuevos proyectos. "Nuestras boutiques –afirma Prosper– están creadas con el concepto de bibliotecas contemporáneas. El surtido puede incluir libros, y también todos los objetos que naturalmente se encuentran en el mismo reino, como estanterías o velas, etc. Desarrollamos estos artículos junto con piezas vintage que curamos y combinamos de manera instintiva con nuestro estilo. También creamos regularmente ediciones especiales con marcas de lujo como Chanel, Dior, Gucci, Goyard, así como con artistas".
Martine reconoce en Prosper a "una persona esencialmente visual, sensacional y el mejor director de arte que conozco, así que me ha enseñado mucho. Es un verdadero visionario". Él, en tanto, la ve a ella "mucho más cerebral y literaria, más estratégica". Sin embargo, algo que consideran determinante en su proyección ha sido que no tienen límites estrictos en sus funciones: "Depende de las situaciones y los estados de ánimo. Somos muy diferentes y complementarios, pero con el mismo sabor y valores, lo que nos guía naturalmente en la misma dirección".
Se despiden con una invitación: "Un buen ojo siempre es bienvenido si coincide con nuestro estilo". ¿Será que habrán visto mis fotos?