Cómo sigue el caso del cuadro robado que buscan en la Argentina y sorprendió al mundo
Tras el allanamiento en la casa de la hija de un jerarca nazi, la justicia argentina incautó estampas y documentos, pero “Retrato de dama” no apareció; LA NACION entrevistó a expertos neerlandeses que siguen la pista de obras expoliadas por el nazismo
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El hallazgo de Retrato de dama, del pintor italiano Giuseppe Ghislandi, colgado en el living de una casa en Mar del Plata, ya dejó de ser un asunto compartido entre la Argentina y Países Bajos: la noticia dio la vuelta al mundo y fue replicada por medios internacionales. The Guardian informó que “un cuadro de los maestros antiguos saqueado por los nazis desaparece de una casa en la Argentina”, mientras que The Times destacó que “un cuadro expoliado desaparece de la casa de una descendiente nazi antes del allanamiento”. La agencia Associated Press tituló que “la Argentina busca una pintura presuntamente saqueada por un fugitivo nazi y detectada en un aviso inmobiliario”, y Times of India subrayó que “una pintura saqueada por los nazis reaparece después de 80 años, vista en una casa en Argentina”.
La repercusión internacional tuvo un eco particular en los Países Bajos, donde la historia golpeó con fuerza por tratarse de una pieza robada a la colección del galerista judío-neerlandés Jacques Goudstikker. Allí, investigadores especializados en rastrear el destino de las obras expoliadas durante la Segunda Guerra Mundial siguieron con atención cada novedad del caso.

En diálogo con LA NACION, Annelies Kool y Perry Schrier, investigadores del patrimonio cultural de la Segunda Guerra Mundial que trabajan para la Agencia del Patrimonio Cultural de los Países Bajos, señalaron que la pintura “estaba registrada en un formulario de declaración justo después de la guerra, junto con una fotografía y el dato de que podría estar en manos de Friedich Kadgien. Cuando los periodistas del Algemeen Dagblad vieron la imagen en el aviso inmobiliario, nosotros confirmamos que probablemente era la misma obra”.
Los especialistas remarcaron que su función en este tipo de casos está limitada a proveer información y confirmar coincidencias en los archivos. “Nuestro rol en este sentido no es muy amplio. Básicamente es dar información, en este caso a los periodistas, sobre temas relacionados a patrimonio desaparecido en la Segunda Guerra Mundial”, explicaron. En este caso, la base de datos fue determinante para verificar que el cuadro era, con alta probabilidad, el mismo que había sido trasladado de Suiza a la Argentina por el jerarca nazi Friedrich Kadgien.
En paralelo, surgió otra pista: un cuadro del pintor Abraham Mignon, también perteneciente a la colección Goudstikker, que podría haber sido fotografiado en manos de la familia. “Revisando la página de Facebook de un miembro de la familia creemos haberlo visto en el fondo de una foto. Pero no podemos confirmar que sea el cuadro de la colección Goudstikker. Hay que investigar la procedencia, falta más investigación”, aclararon.
Consultados sobre las posibilidades de restitución, señalaron que en los Países Bajos existe un Comité que evalúa estos reclamos, pero que solo interviene si ambas partes —los poseedores actuales y los herederos— acuerdan someter el caso. “El Estado neerlandés no va a intentar recuperar el cuadro para traerlo a los Países Bajos, porque es una cuestión privada. Lo que podría pasar es que se active el Comité de Restitución, pero se necesita que ambas partes acepten. La decisión del Comité es vinculante”, precisaron.
Este caso, subrayan, es inédito en la región. “Somos conscientes de que muchos nazis alemanes huyeron a Sudamérica y pudieron haberse llevado más obras. Pero nunca antes habíamos tenido un caso concreto como este. Es increíble la historia, también para nosotros”, dijeron. Y concluyeron: “¿Cómo se puede mantener escondida una pintura así? En algún momento va a reaparecer. Y ahora ya todo el mundo sabe que existe, no se puede vender públicamente. Será muy difícil”.
Mientras tanto, la justicia federal intenta dar con el Retrato de una dama. El allanamiento en la vivienda de Patricia Kadgien, hija del funcionario nazi Friedich Kadgien, permitió secuestrar estampas, documentos y armas, aunque la obra ya no estaba en el lugar. Según el fiscal Carlos Martínez, la búsqueda sigue en curso y las pruebas incautadas podrían aportar nuevas pistas para reconstruir el recorrido del cuadro.
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