Crowdfunding editorial: los lectores como mecenas en el siglo XXI
Para publicar sus libros, autores y editores argentinos empiezan a utilizar una herramienta que habilita Internet. El crowdfunding o financiamiento colectivo es una alternativa intermedia entre dos opciones: la publicación tradicional en editoriales, que no suele ser tan sencilla, y la autopublicación. En distintas plataformas, poetas, narradores, cronistas y editores comunican sus proyectos editoriales a los potenciales lectores que, a la manera de mecenas del siglo XXI, permitirán que tal o cual proyecto se haga realidad. La mayoría de las plataformas de crowdfunding cobra una comisión por el servicio que prestan.
El financiamiento colectivo exige que los que solicitan el apoyo financiero ofrezcan, a cambio, determinadas “recompensas” según el aporte realizado. Pueden ir de un libro autografiado por el autor hasta pósteres o un agradecimiento expreso e impreso.
Hubo un caso singular en Buenos Aires poco tiempo atrás, cuando los editores de Sigilo pidieron apoyo para que María Luque pudiera publicar la magnífica novela gráfica La mano del pintor, donde la historia de la artista se entremezclaba con la de Cándido López, a quien el tatarabuelo de Luque debió amputarle la mano derecha. En la plataforma Ideame , el proyecto recaudó más de 150.000 pesos, el libro se publicó y la Cámara Argentina de Publicaciones lo consagró como el mejor libro ilustrado de 2017. Los que financiaron el proyecto recibieron diversos premios según el aporte, entre otros una visita guiada al Museo Nacional de Bellas Artes capitaneada por Luque. El trabajo de la ilustradora rosarina fue reconocido, además, internacionalmente hace unos meses, cuando la Feria del Libro de Guadalajara eligió Casa transparente como obra ganadora del primer Premio de Novela Gráfica Ciudades Iberoamericanas.
Para Daniel Benchimol, director de Proyecto 451 , el crowdfunding representa “una gran alternativa para la industria editorial y supone un desafío y un replanteamiento de muchos de los conceptos que rodean el negocio”. En primera instancia, a diferencia de las apuestas que hacen las casas editoriales, los lectores eligen en las plataformas el proyecto que quieren ver convertido en libro. Benchimol brinda un ejemplo internacional. En 2016, las creativas italianas residentes en California Elena Favilli y Francesca Cavallo solicitaron donaciones por medio de Internet para publicar Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes. Recaudaron más de un millón de dólares y hoy el libro es un éxito internacional (aquí fue publicado por Planeta). Por otro lado, el crowdfunding subvierte el proceso de publicación. “Es una herramienta formidable de promoción de un contenido que muchas veces aún no existe”, dice Benchimol.
Casos exitosos
“En Ediciones de la Terraza publicamos libros ilustrados, muchos de ellos a través de campañas en Panal de Ideas –dice Barbi Couto, editora junto con Mauricio Micheloud y Vanina Boco-. El financiamiento colectivo es una ampliación de nuestra apuesta por una cultura más libre y accesible, porque invitamos a los posibles lectores a ser parte y decidir qué nuevos libros ingresan al mercado editorial”. Más de 200 “activistas” hicieron posible que el pequeño sello cordobés publicara un libro de gran formato, a todo color, como El viaje de Nahuel, el niño-jaguar, de Iván Zigarán y Jó Rivadulla. La aventura del niño héroe en los Andes ya está en librerías.
Laura Ponce, directora de Próxima, revista trimestral de ciencia ficción, y de Ediciones Ayarmanot, tuvo su primera experiencia con crowdfunding en 2014. “Fue para financiar Buenos Aires Próxima -cuenta-, el primer libro de Ediciones Ayarmanot. El financiamiento colectivo era la forma más natural de materializarlo. Me gustaba mucho la propuesta de Panal de Ideas, no solo como herramienta para obtener recursos sino también como modo de que los lectores se involucraran en la concreción de aquello que después disfrutarían. El resultado fue excelente”. En tiempo récord, superaron la meta; repitieron la experiencia en 2015 con la antología Steampunk y en 2016 con Alucinadas. En los tres casos, rebasaron el 100% del monto requerido. A diferencia de otras plataformas, Panal de Ideas no cobra comisión sino que deja en manos de los gestores de cada proyecto la decisión de contribuir de forma voluntaria.
El editor del sello Madreselva, Leonardo Rodríguez, usó Ideame una sola vez. El proyecto de Madreselva era publicar Proyecto NUM. Recuperemos la imaginación para cambiar la historia, recopilación de textos e imágenes en torno a Ni Una Menos, coordinado por Laura Arnés. Aunque lograron el objetivo, Rodríguez no repitió la experiencia. “Es una herramienta que funciona para personas hiperconectadas o que tengan una relación fluida y permanente con las redes sociales -señala-. Exige una persistencia y un manejo de la promoción, imagen y seducción informática que no muchos pueden sostener y salir vencedores”.
Dos autores en busca de efectivo
En la actualidad, varios argentinos apuestan por el crowdfunding. Uno de ellos es el escritor y periodista Federico Bianchini, conocido por sus libros de crónicas sobre la Antártida y sobre deportistas extremos. Pero Bianchini también es narrador. “Salvo casos excepcionales, las editoriales contratan pocos libros de cuentos –dice a LA NACION-. Varios editores me han dicho que el cuento no vende. Quedarse de brazos cruzados esperando que algo cambie nunca fue solución a nada”. Por eso, apostó por la página web española Verkami para presentar su proyecto. Sordidez es un libro de once cuentos, unidos por una historia común. “Será mi primer libro de relatos. No me interesa que se impriman miles de ejemplares y salgan notas en diarios y revistas, sino que llegue a las manos de quien tenga ganas de leerlo. Empecé haciendo cuentas; me voy a encargar de contratar el diseño, de mandarlo a imprenta y de coordinar la distribución. No sé si conseguiré juntar la plata, pero parece una aventura interesante”. Los que quieran acompañar al autor en la aventura deben visitar este link.
Leo Piccioli, uno de los directores de la filial local de Staples, encontró en Ideame el espacio virtual ideal para obtener financiamiento para su libro sobre liderazgo. Es el primer libro de Piccioli, para quien el dinero es algo secundario. “Lo importante es poner el proyecto frente a miles de personas y ver qué ocurre –dice-. Ideame te da el sitio para publicar y la posibilidad de cobrar en todo el mundo, pero lo que el emprendedor tiene que hacer es toda la publicidad para atraer gente al proyecto. Mi libro posee un enfoque diferente: son historias reales con aprendizajes, siempre desde un punto de vista honesto y humano”. Una de las recompensas que Piccioli ofrece a los mecenas es que ellos mismos sean protagonistas del libro. “Hubo un momento en el que la recaudación se aceleró y, aun sin llegar al 100%, ya sabía que iba a llegar. Ahí me asusté”, confiesa. Elegido “dirigente del año” en 2016, el autor y exempresario recaudó más del 150% del objetivo. “Dos personas aportaron en bitcoin”, agrega.
La industria del libro, como la época impone, está cambiando y de a poco los lectores se vuelven protagonistas de ese cambio.
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